
José Manuel Felices, médico. 6a40j
El médico José Manuel Felices advierte a España: "Quitar el pan puede ser más perjudicial que comerlo" 1a3v21
Aunque en las personas sanas los alimentos con gluten no son un problema, en aquellas que sufren celiaquía puede generar problemas importantes que deben ser controlados por especialistas. 5z5q2z
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En España, entre un 1% y un 2% de la población sufre celiaquía, lo que equivale aproximadamente a entre 450.000 y 900.000 personas, según los datos de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE). Sin embargo, lo más preocupante es que alrededor del 80% de los afectados aún no está diagnosticado. Es decir, cientos de miles de personas podrían estar conviviendo a diario con molestias digestivas, fatiga o problemas de salud sin conocer la verdadera causa: una intolerancia permanente al gluten.
La celiaquía es algo mucho más complejo que sentirse pesado después de comer pan, pasta o bollería. Se trata de un trastorno autoinmune en el que el sistema inmunológico reacciona de forma anormal al gluten, dañando el intestino delgado y dificultando la correcta absorción de nutrientes. Pero en muchos casos, los síntomas son tan difusos que pueden pasar años sin recibir un diagnóstico certero.
De hecho, una de las primeras decisiones que muchas personas toman al notar hinchazón o molestias digestivas es eliminar el pan o los alimentos con gluten por su cuenta, algo que puede ser un error si no hay una valoración médica previa. Así lo explica el doctor José Manuel Felices: "El pan suele ser el primer sospechoso”, señala. Pero advierte que “eliminarlo sin indicación profesional puede ser incluso más perjudicial que seguir consumiéndolo"
En personas sanas, el gluten -una proteína presente en cereales como el trigo, la cebada o el centeno- no supone un problema. "Cuando el gluten llega al intestino de una persona sana, las vellosidades intestinales lo absorben y lo trasladan a la sangre", detalla el doctor Felices.
El problema aparece en casos de celiaquía. En ellos, el sistema inmunológico identifica erróneamente el gluten como una sustancia dañina. "El cuerpo reconoce al gluten como extraño y, cuando llega al intestino, impide su paso. Esto provoca que las vellosidades intestinales se aplanen y pierdan su capacidad de absorber nutrientes", explica. Como resultado, los nutrientes no absorbidos llegan en mayor cantidad al colon, lo que puede agravar los síntomas digestivos.
Un diagnóstico riguroso por especialistas 2i674o
El diagnóstico de la celiaquía suele ser sencillo, sobre todo si se sigue el protocolo médico adecuado. "En la mayoría de los casos, basta con una analítica de sangre para detectar los anticuerpos frente al gluten", explica el doctor Felices. Sin embargo, "si dejamos de consumir gluten sin indicación médica, los niveles de anticuerpos bajan y generar un falso negativo en los análisis".
Para confirmar el diagnóstico, los especialistas siguen un proceso clínico estructurado. Según detalla FACE, es necesario cumplir al menos cuatro de los siguientes cinco criterios diagnósticos:
· Sospecha clínica. Se valoran los síntomas compatibles con la celiaquía: molestias digestivas recurrentes, diarreas, pérdida de peso, fatiga, anemia, erupciones cutáneas o antecedentes familiares. También se estudia si el paciente pertenece a grupos de riesgo, como personas con otras enfermedades autoinmunes asociadas.
· Serología. Mediante un análisis de sangre se detectan los principales marcadores serológicos de la enfermedad: anticuerpos antigliadina, antiendomisio y antitransglutaminasa tisular. Su presencia indica una respuesta inmunológica alterada al gluten. Sin embargo, una serología negativa no descarta completamente la enfermedad.
· Pruebas genéticas. El estudio genético busca la presencia de los genes HLA-DQ2 y HLA-DQ8, asociados a la predisposición genética a desarrollar celiaquía. Aunque casi todos los celíacos son portadores, su presencia aislada no confirma la enfermedad, pero su ausencia prácticamente la descarta.
· Biopsia intestinal. Considerada la prueba definitiva, consiste en extraer una muestra de tejido del duodeno (la parte inicial del intestino delgado) para analizar si existen lesiones intestinales características, como el aplanamiento de las vellosidades responsables de la mala absorción de nutrientes.
· Dieta sin gluten y evolución clínica. Finalmente, se evalúa la respuesta del paciente tras iniciar una dieta estricta sin gluten. La mayoría experimenta una mejora de los síntomas relativamente rápida, aunque la regeneración completa de la mucosa intestinal puede tardar meses.