
El artesano Vicente Martínez, junto a su alumna Daniela. LM 1o6u1f
Vicente, artesano de los barcos de sal de Torrevieja: "Queremos ir a Fitur para que se conozca esta tradición única" 3n3m2v
A mediados del siglo XIX, los salineros empezaron a crear maquetas para cuajarlas y llenar las casas de pequeñas obras de arte. 4r5l2t
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En la casa de un torrevejense existen dos elementos que no pueden faltar: la esencia de los abuelos y sus correspondientes recuerdos de todo tipo, y un auténtico barco de sal.
Si bien cada vez quedan menos familias "pata negra", término utilizado para referirse a aquellas personas con padres y madres torrevejenses, muchas siguen preservando algunos elementos característicos de Torrevieja.
Tradiciones presentes en muchos hogares que, acostumbrados a su presencia, pocas personas se detienen realmente a reflexionar sobre su origen y su importancia.
A mediados del siglo XIX nació en Torrevieja una tradición que perdura hasta la actualidad. En aquel entonces, la ciudad era conocida por ser el epicentro de la industria salinera en España, por lo que muchas personas trabajaban en las salinas.
En su tiempo libre, los trabajadores comenzaron a confeccionar maquetas que posteriormente sumergían en agua salada para que se cuajaran en sal.
Así nació la artesanía de los barcos de sal, con el objetivo de representar lo mejor posible la cultura torrevejense, estrechamente ligada a la sal y a la pesca.
Para ello, los salineros construían los barcos con madera que cubrían con tela, una práctica que luego incluía la aplicación de sal para darles su aspecto característico.
Con el paso de los años, los trabajadores transmitieron el arte de esta artesanía a sus discípulos y aprendices. Poco a poco, las casas de Torrevieja se fueron llenando de barcos de sal expuestos en urnas de madera y cristal.
Conservar la tradición v5h4m
En la actualidad, solo dos personas pueden sumergir las maquetas de los barcos en un lugar muy específico de las salinas de Torrevieja: Manuel Sala Campos y Miguel Pérez Muñoz.
Una tarea que los maestros salineros solo pueden realizar durante los meses de verano, cuando la salinidad del agua alcanza su punto más alto.
Hace cuatro años, Vicente Martínez Samper, torrevejense y amante de los barcos de sal desde siempre, decidió llevar esta artesanía al siguiente nivel creando la Escuela Municipal de Artesanía de Barcos de Sal.
Gracias también a la colaboración de alumnos de colegios como el CEIP Inmaculada o el Colegio Acequión, los estudiantes de la escuela municipal se encargan de tomar el relevo de los salineros en la confección de las maquetas.

Las maquetas de barcos de sal, listas para "cuajar" en sal.
Para elaborar estas pequeñas obras de arte, los artesanos utilizan materiales como tablero marino, plásticos, telas, hilos de algodón y pintura con arena, que facilita el cuaje de la sal.
Posteriormente, colocan sus creaciones en tablas de madera que se sumergen en el agua salada durante 2 o 4 días, dependiendo de las condiciones climatológicas.
En la escuela, más de 40 alumnos de todas las edades confeccionan maquetas de barcos de sal durante todo el año. Para ello, dedican dos horas semanales a esta artesanía, en una escuela a la que cualquier persona puede inscribirse a través de la Concejalía de Cultura.
Relevo generacional 1q423
"Si no se fomenta la preservación de esta tradición, faltará relevo generacional y ya no se harán barcos de sal en ninguna parte del mundo", advierte Martínez con contundencia desde la sede de la escuela, junto al Auditorio Internacional de Torrevieja.
Las salinas de Torrevieja son las únicas en el planeta que reúnen las condiciones meteorológicas y de salinidad necesarias para realizar artesanías con sal.
Por ello, el artesano reivindica con fuerza esta tradición y hace frente a la falta de difusión: "Muchos torrevejenses ni siquiera saben que existe la escuela ni que los barcos de sal se siguen haciendo en la actualidad".
"Si no se da a conocer nuestro trabajo, esta tradición se perderá para siempre", añade.

Los barcos de sal ya "cuajados" en sal, en las salinas de Torrevieja.
Para evitarlo, el artesano propone soluciones: "Nuestro gran objetivo sería tener un espacio en grandes eventos de promoción turística como Fitur en Madrid", una feria a la que llevan muchos años intentando asistir, sin éxito.
Terapéutico u183q
Además de ayudar a preservar la tradición, en estos cuatro años de existencia de la escuela, Vicente Martínez ha notado cómo el estado de ánimo de los alumnos ha mejorado visiblemente.
"Muchas personas vienen aquí con sus propias preocupaciones personales y siempre salen con una sonrisa, afirmando que estas horas de manualidades les producen bienestar", asegura.
Tanto es así, que el artesano plantea a EL ESPAÑOL una sugerencia: "Me encantaría colaborar con el Hospital Universitario de Torrevieja para recibir a pacientes con distintos tipos de patologías, realizar manualidades y regalarles momentos de bienestar y convivencia, como si de una terapia se tratase".
Y es que en la escuela no todo gira en torno a habilidades y manualidades; allí los alumnos encuentran un verdadero espacio para compartir experiencias y vivencias con personas mayores.
Daniela, alumna de la escuela, afirma que "ama con locura" estos momentos de encuentro: "Además de ayudar a preservar una tradición preciosa, también conocemos a personas y aprendemos sobre Torrevieja", asegura.