
El don de la palabra lo tiene Vigo: "Mi baza ganadora fue conectar con la gente"
El don de la palabra lo tiene Vigo: "Mi baza ganadora fue conectar con la gente"
Roberto Pérez Marijuán logró el primer puesto y la medalla de oro en el Spring Conference 2025 de Toastmasters de oratoria en la categoría de idioma español, una competición internacional con participantes de Portugal, Marruecos, Andorra, Gibraltar, Túnez y Argelia
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"La oratoria lo que hace es ser capaz de transmitir las ideas a través del lenguaje y hacerlo de manera precisa, no deja de ser el vestido de nuestras ideas". Así define Roberto Pérez Marijuán la disciplina que le ha llevado a consagrarse a nivel internacional a mediados de este mes de mayo.
Nacido en Alemania, criado en Burgos, pero asentado en Vigo desde el año 92, por lo que se considera "más de aquí que de cualquier otro sitio", se alzó con el primer puesto y la medalla de oro en el Spring Conference 2025 de Toastmasters de oratoria en la categoría de idioma español, una competición internacional con participantes de Portugal, Marruecos, Andorra, Gibraltar, Túnez y Argelia que se celebró en Rabat del 16 al 18 de mayo.
Consultor de comunicación, o como él precisa, "el que ayuda a los inventores y empresas innovadoras a convertir en dinero sus sueños, sus inventos o lo que hayan desarrollado", llegó a la oratoria a través de una asociación que fundaron hace ya casi 5 años, el Club Toastmasters de Vigo, vinculada a una asociación internacional que cumplió 100 años en 2024 y con presencia en más de 140 países, y que tiene como objetivo "mejorar las habilidades de oratoria y de liderazgo de las personas".
7 minutos
Para Roberto, fue la oportunidad para aplicar en la práctica todo aquello que había leído y absorbido a través de sus lecturas: "Tienes reuniones que se dividen en tres partes: en la primera, hay dos o tres del club que imparten un discurso de un máximo de 7 minutos", explica, señalando lo importante del tiempo acotado, porque no es hablar por hablar. Tras cada discurso, llega la segunda parte: "Una persona del club te da retroalimentación con un formato que se llama 'sándwich': te dicen qué es aquello que has hecho bien, qué es aquello que puedes mejorar y te lanzan un reto para la siguiente vez".
La tercera pata es la improvisación: "Un maestro de improvisaciones te da un tema y tienes un mínimo de un minuto y un máximo de dos para improvisar". Esto, incide Roberto, te obliga a "pensar de pie", ya que es necesario "articular algo que tenga sentido". "Cuando llega la retroalimentación, empiezas a ver que te subiste sin saber qué ibas a decir y te has bajado sin saber qué has dicho", apunta entre risas.
El camino hasta Rabat
Para llegar hasta Rabat, ha tenido que pasar dos filtros: en León y en Madrid, aunque el primer paso es que tu club te "nomine" porque considera que tienes posibilidades de competir. "Para mí fue una pasada, porque en Madrid hay 10 clubes, y estás compitiendo con gente muy profesional", revela. "Cuando me clasifiqué para la final en Rabat, me encontré con gente que lleva años preparándose", añade.
El discurso que presentó en la final lo había ido matizando y perfeccionando a través de las distintas fases y gracias a esa retroalimentación de su club. Él decidió apostar por el mismo con el que viajó a León, mientras que otros participantes optan por tener varios discursos diferente. Lejos de lo que pueda parecer, la oratoria no trata de hacer grandes demostraciones de lenguaje, con cultismos y palabras rimbombantes, "sino de hacerlo de la manera más clara y más precisa".

Imagen de una de las intervenciones en Rabat.
En el club, para practicar, se parte de un itinerario: 7 minutos para investigar sobre algo que no sepas y preparar una charla, o relatar una experiencia vital o un aspecto familiar. "Al final, esto no deja de ser un gimnasio", aclara Roberto, que explica que dentro del Club Toastmasters de Vigo hay todo tipo de perfiles, tanto de edad como de profesión, que tienen en común "que quieren mejorar sus habilidades de comunicación a través de la práctica".
Una idea "muy simple" y un escollo resuelto
Ese discurso que le llevó a lograr la medalla de oro se basaba en una idea muy simple: si eres capaz de ver que lo que haces es un pequeño paso de un proceso mucho más grande y de mejorarlo, obtendrás un mejor resultado final. Roberto lo ejemplificó con "algo tremendamente simple, que es un proceso como el de tender la ropa". Así, parte de una discusión con su mujer, que le reprende por "no tener ni idea" de tender la ropa, algo que a ella le dificulta la parte que le toca, que es la de planchar. Es decir, si mejora el paso de tender la ropa, obtiene un beneficio final del proceso al completo de hacer la colada.
En las dos fases previas en España, partía con un efecto que enganchaba al público: dos preguntas con cuya respuesta se identificaba el auditorio. Un arranque, por cierto, que se saltaba una norma que le habían dado en un taller impartido por la primera hispana que había ganado el concurso internacional, el de inglés, en Estados Unidos, titulado 'Las 18 cosas que tienes que tener en cuenta si quieres hacer un discurso ganador'.
Pero la fórmula le funcionaba y se encontraba con "un bosque de brazos" que se alzaban para responder a las preguntas "¿Cuántos de vosotros habéis escuchado a lo largo de las últimas semanas a alguien, o incluso a vosotros mismos, decir cosas como 'no tengo tiempo', 'voy pillado a todas partes', 'no me da la vida'...? y "¿Cuántas veces te has encontrado en un momento de tu vida en el que los resultados que estabas obteniendo en cualquier ámbito no eran los que tú esperabas?".
El problema se planteaba ante un público del que menos del 30% hablaba español. Diez minutos antes de salir al escenario, se le encendió la luz. Planteó las mismas preguntas, se levantaron muchos menos brazos, pero lanzó: "Los que no han levantado la mano es porque no me están entendiendo porque no hablan español". "Hubo ahí una carcajada colectiva de todos los que me entendieron y, a partir de ahí, fue una conexión brutal".
"Tu intervención respiraba verdad"

Roberto Pérez Marijuán en Rabat con sus acreditaciones como vencedor.
Fue esa conexión la que le dio la victoria final, según aprecia el propio Roberto. "Creo que mi gran baza fue la conexión, conectar con la gente", incide. A falta de poder revisar su intervención en el vídeo que espera que le remitan en próximos días, se puso en el borde del escenario y logró conectar con cada una de las personas que había en el auditorio, casi de manera individual.
"De hecho, cuando terminé me vino una chica marroquí y me dijo en inglés 'No he no he entendido nada de lo que has dicho, pero tu intervención respiraba verdad'. Y me encantó".
Esa fue su ventaja sobre otros participantes que él mismo ira las capacidades que tienen a la hora de exponer; desde llenar el escenario, cambiar la voz, elevar el tono y manejar el lenguaje no verbal hasta desplegar distintos roles durante su intervención.
La capacidad de hablar en público todavía es hoy una asignatura pendiente en la educación, especialmente la fase de la retroalimentación, que es la que más destaca Roberto, que hace mención de las ligas de debate, tanto en Universidades como en edades tempranas, como los 10 años, que refuerzan no sólo la habilidad para enfrentarse a un auditorio, sino también a tener las herramientas para defender una posición a favor y en contra de cualquier tema y ganarse la aprobación a través de evidencias, como informes u opiniones de personas relevantes en el tema en cuestión.
Reuniones los martes
Para aquellos que desconozcan las virtudes de la oratoria o quieran conocerlas más en profundidad, el Club Toastmasters de Vigo organiza reuniones el primer, tercer y, en caso de que lo haya, quinto martes de cada mes, de 19:00 a 20:45 horas, en la calle Brasil, 48, donde se ubica el CiP, Centro de Iniciativas Profesionales.