El Consejo de Ministros del pasado 6 de mayo aprobó el anteproyecto de ley que reduce la jornada laboral de 40 horas semanales a 37,5 horas sin reducción salarial. Motivo por el que, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, afirmó que la medida “cambia la vida de la gente”.
La medida, que debe pasar por el Congreso de los Diputados para su aprobación definitiva, beneficiaría a más de 12 millones de trabajadores. "Este cambio normativo no solo impulsa la conciliación entre la vida laboral y personal, sino que también puede ser un catalizador para repensar la organización interna, ganar en eficiencia y motivar a los equipos", afirma Elisabeth Marin, de Woffu.
Y añade: "No se trata solo de reducir horas, sino de repensar cómo trabajamos, cómo priorizamos y cómo medimos el rendimiento de los empleados”.
Oportunidad para las empresas 10z5s
La nueva legislación también contempla el derecho efectivo a la desconexión digital y el control horario mediante registros digitales. Según la compañía, “representa una oportunidad estratégica tanto para grandes corporaciones como para pequeñas y medianas empresas, que deberán adaptar sus modelos operativos en los próximos meses”.
Dicho de otra manera, y desde el punto de vista empresarial, la reducción de jornada y el control horario, por ejemplo, abre la puerta a modelos de trabajo más flexibles, centrados en resultados y en la mejora de la experiencia del empleado.
“Estudios recientes indican que jornadas más racionales, combinadas con políticas de bienestar, tienen un impacto positivo en la retención de talento, la reducción del absentismo y la mejora de la productividad”, añaden.
Por todo ello, ya hay empresas que están realizando diferentes ajustes operativos como revisión de turnos y cargas de trabajo, automatización de tareas istrativas, reforzamiento del liderazgo intermedio para gestionar equipos con mayor autonomía, e inversión en herramientas digitales de gestión del tiempo y control horario.
Eso sí, hay sectores empresariales, sobre todo pequeñas y medianas empresas (pymes) que ven en la medida costes operativos y organizativos que podrían afectar a su día a día.
Y es que la necesidad de reorganizar turnos, adaptar procesos internos y mantener la misma productividad con menos horas “plantea desafíos reales, particularmente en entornos con alta carga operativa o escasos recursos tecnológicos”, indican desde Woffu.
Y concluyen resaltando que, al optimizar la planificación, fomentar la autonomía de los equipos y apostar por herramientas digitales, las empresas pueden no solo mantener, sino incluso mejorar sus niveles de eficiencia.
“La clave está en entender esta medida no como una imposición, sino como un impulso hacia una gestión más inteligente del tiempo. Las empresas que apuesten por digitalizar sus procesos y medir el tiempo de manera eficiente estarán mejor posicionadas para ganar en competitividad y en clima laboral”, remarca Marín.