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Francisco Fernández Yuste, empresario experto en Psicología, Recursos Humanos, Orientación Laboral, Coaching y Salud Mental, ha explicado mediante un vídeo en su red social TikTok (@mejoratuexitolaboral) “¿Por qué la generación Z no quiere trabajar?”.

Unos planteamientosque muchos jefes se habrán hecho: "La generación Z no quiere trabajar, están desmotivados"... comenta el empresario. Sin embargo, Fernández Yuste explica que “no tiene que ver con que no quieran trabajar, el modelo de trabajo ha cambiado”.

Para entender esto, hay que retroceder algunos años. Las generaciones anteriores crecieron en una cultura laboral donde se “vivía para trabajar porque no había tanto ocio”, explica el empresario. “La tecnología no había avanzado tanto y el trabajo daba sentido a nuestra vida”.

El cambio de paradigma 4nf1c

En este modelo anterior, el empleo no solo otorgaba un propósito, sino también una ‘estabilidad’ y los recursos necesarios para vivir, lo que permitía “sacar una familia adelante, comprar una casa”, comenta, entre otras cosas.

Sin embargo, todo esto fue cambiando con el tiempo. “Llega la crisis de Lehman Brothers y, ya en los trabajos, el salario es paupérrimo, el coste de todo sube una barbaridad y se cambia el modelo”.

El modelo laboral da un giro en el que el trabajo deja de ser solo una fuente de beneficios económicos y pasa a ser una experiencia que debe generar bienestar. “Los trabajos nos tienen que dar experiencias y hacernos sentir bien porque ya no hay tanto dinero y no nos pagan tan bien”, explica Fernández Yuste.

Así, se llega al evento que moldea laboralmente a la generación Z: la pandemia del COVID-19. En este periodo, la mayor parte de las personas que forman parte de este grupo generacional aún no habían ingresado al mundo laboral o apenas se estaban incorporando.

El cambio de paradigma generado por la pandemia radica en que “nos muestra la importancia de la salud mental y de nuestro bienestar”, explica el empresario. Como consecuencia, ahora esta generación busca evitar trabajos que ‘les dañen’.

“Hace 40 o 50 años tú entrabas en un trabajo, le echabas 40.000 horas y eso te daba para sobrevivir”, comenta Fernández Yuste. “Pero ahora eso no ocurre”.

El experto señala el contraste con la actualidad, donde una persona puede trabajar esas ‘40.000 horas’ y aun así “no tiene para pagarse el alquiler”.

Por ello, “mucha gente está rechazando trabajos que les exploten con malas condiciones y que les dañen, no solo a nivel físico, sino también emocional”.