Un hombre señala al puente sin finalizar entre China y Corea del Norte, en Dandong (China).

Un hombre señala al puente sin finalizar entre China y Corea del Norte, en Dandong (China). Reuters 2z3g1l

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El conflicto entre China y Corea del Norte escondido bajo el agua 4o65n

Aunque la reanudación de las obras del puente entre China y Norcorea podría interpretarse como una señal de recuperación de sus tensas relaciones, subyacen intenciones estratégicas. 3z2o4h

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A pesar de que el nuevo puente del río Yalu, ubicado en la frontera entre China y Corea del Norte, se acabó hace más de diez años, todavía queda cerrado y abandonado.

Sin embargo, desde febrero pasado, han construido un edificio de aduanas en la parte norcoreana y la construcción y el mantenimiento de las infraestructuras circundantes se han puesto en marcha, indicando el movimiento hacia su apertura. Este cambio implica más que la mera reanudación del comercio.

La construcción del nuevo puente del río Yalu fue el proyecto liderado por China bajo el pretexto de expandir el comercio entre los dos países asiáticos. Cuando China propuso por primera vez construirlo en 2006, Corea del Norte lo rechazó, debido tanto a la falta de demanda interna real como a la preocupación por el posible uso militar del puente por parte de China, especialmente por el posible avance militar a gran escala de China hacia Corea del Norte en caso de contingencia.

En 2010, China propuso otra vez construir no sólo el puente, sino también instalaciones aduaneras, carreteras y ferrocarriles sin costo alguno. El entonces líder norcoreano, Kim Jong-il, lo aceptó sin reservas, tendiendo a usarlo como una vitrina para sus logros.

La construcción del puente se completó en 2014, pero China no cumplió su promesa en relación con la inversión en infraestructuras para Corea del Norte, alegando sobrecostes presupuestarios como motivo.

El presidente Trump estrecha la mano del líder norcoreano Kim Jong-Un durante su reunión en la isla Sentosa (Singapur) en junio de 2018.

El presidente Trump estrecha la mano del líder norcoreano Kim Jong-Un durante su reunión en la isla Sentosa (Singapur) en junio de 2018. Reuters

En 2015, Corea del Norte incluyó la construcción de infraestructura en esta zona como uno de sus 100 objetivos de construcción e intentó atraer inversión privada desde China para completar el proyecto.

Sin embargo, este esfuerzo fracasó debido a la postura poco cooperativa de China. Como resultado, el Nuevo Puente del Río Yalu ha permanecido como un símbolo de la falta de confianza entre China y Corea del Norte, sin poder cumplir su función prevista durante más de una década.

En este contexto, ¿qué implican las recientes obras de construcción?

Aunque podrían interpretarse como una señal de recuperación de las tensas relaciones entre China y Corea del Norte –resultado del acercamiento de Corea del Norte y Rusia–, detrás de ellas subyace una clara intención estratégica por parte de ambas partes.

En primer lugar, China buscará recuperar su influencia estratégica sobre Corea del Norte y promover la estabilidad en su región norte. Los rumores de que China está financiando los costes de construcción de las instalaciones aduaneras en el lado norcoreano, actualmente en marcha, respaldan esta interpretación.

Por su parte, el principal objetivo de Corea del Norte será probablemente asegurar beneficios económicos mediante la expansión del comercio con China, apoyándose en su confianza en sus avanzadas capacidades nucleares y misilísticas.

De hecho, la relación entre ambos países, a pesar de su apariencia externa de una "alianza de sangre", está marcada por una historia de desconfianza y contención.

Cuando China estableció relaciones diplomáticas con Corea del Sur en 1992, Corea del Norte experimentó un profundo sentimiento de traición. Al punto que Kim Jong-il, indignado, llegó a ordenar una revisión sobre la posibilidad de establecer relaciones diplomáticas con Taiwán.

Además, durante la hambruna de Corea del Norte a mediados de la década de 1990, China, en contra de las expectativas norcoreanas de recibir apoyo económico, desplegó tropas de élite del Ejército Popular de Liberación en la región fronteriza. Esto no sólo representó una falta de apoyo económico, sino que también profundizó la desconfianza política y militar entre ambos países.

"La relación entre China y Corea del Norte, a pesar de su apariencia externa de una 'alianza de sangre', está marcada por una historia de desconfianza y contención"

Incluso bajo el régimen de Kim Jong-un, Corea del Norte ha expresado abiertamente sentimientos antichinos, refiriéndose a China de manera despectiva como "los chinos esos" en documentos internos. Esto revela una desconfianza estructural profundamente arraigada que va más allá de simples arrebatos emocionales.

Por su parte, China también ha considerado durante mucho tiempo a Corea del Norte no como un socio estratégico, sino como un objeto de "gestión" y "control", percibiéndolo como un posible factor de riesgo.

Recientemente, Corea del Norte ha estado ampliando sus vínculos políticos, militares y económicos con Rusia, reforzando de manera efectiva su alejamiento de China en materia de política exterior. A ello se suma la posibilidad, actualmente en discusión, de una cumbre entre Estados Unidos y Corea del Norte, lo cual incrementa la preocupación de China, al considerar que la incertidumbre en la frontera chino-norcoreana va en aumento.

Si Corea del Norte lograra liberarse de la esfera de influencia china mediante una mejora de sus relaciones con Estados Unidos, la frontera entre China y Corea del Norte podría convertirse en una vulnerabilidad estructural para la seguridad de Pekín. En medio del aumento de las tensiones militares en torno a Taiwán, la incertidumbre en la región septentrional representa un riesgo que China no puede permitirse asumir.

En este contexto, los recientes movimientos en torno al nuevo puente del río Yalu podrían representar una maniobra estratégica de China que contempla incluso la posibilidad de una intervención física en Corea del Norte.

Este puente no constituye simplemente una infraestructura logística, sino un "recurso bajo la manga de penetración estratégica" que podría ser utilizado como vía para establecer un régimen prochino en Pionyang. O para desplegar fuerzas militares directas en caso de una contingencia, como el colapso del régimen de Kim Jong-un.

La razón por la cual este puente no ha sido utilizado hasta ahora podría deberse a que China lo ha gestionado como un "recurso de reserva estratégica", en lugar de una ruta comercial ordinaria. En última instancia, la reanudación de las obras de infraestructura en el lado norcoreano del Nuevo puente del río Yalu no constituye únicamente una señal del reinicio del comercio.

Aunque aparentemente la construcción está siendo liderada por Corea del Norte, es altamente probable que refleje la intención de China de reorganizar su compleja relación con Corea del Norte y reforzar su influencia estratégica sobre Pionyang.

Corea del Norte ha retrasado deliberadamente la apertura del nuevo puente del río Yalu desde las primeras etapas de su discusión, consciente y temerosa de las intenciones ocultas de China. Sin embargo, las tendencias recientes parecen indicar una creciente confianza de Kim Jong-un en la estabilidad de su régimen, sustentada en su poder nuclear, así como una sensación de urgencia por resolver las dificultades económicas.

Si en el futuro se llegase a abrir el puente, será fundamental observar con atención cómo se utilizará con el paso del tiempo.

*** Un desertor norcoreano anónimo, exdiplomático encargado de comercio de Corea del Norte.