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El Gobierno de Netanyahu ha dado luz verde este lunes a expandir sus operaciones en la Franja de Gaza para controlar todo el enclave, así como un esquema con el que reanudar y restringir la entrada de ayuda humanitaria, que está bloqueaba totalmente desde hace más de dos meses.



Según el diario Israel Hayom, la estrategia está enfocada a aumentar gradualmente la presión militar sobre el enclave, que desde octubre de 2023 se ha cobrado ya la vida de más de 52.200 personas, para presionar a Hamás para aceptar un alto el fuego.

La expansión de estas operaciones pasa por ocupar más territorios con el claro objetivo de hacerse con el control total de la Franja y forzar el desplazamiento de su población al sur, donde el Ejército israelí ya ha ocupado buena parte del terreno al apoderarse de la ciudad de Rafah.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha confirmado esta nueva ofensiva en Gaza en un vídeo publicado en X, en el que ha afirmado que será una "operación militar intensiva destinada a derrotar a Hamas", aunque sin detallar qué parte del territorio del enclave sería confiscada.

"La población será desplazada para su propia protección", declaró, además de explicar que los soldados israelíes no entrarán en Gaza, lanzarán incursiones y luego se retirarán: "La intención es la contraria".

Contratistas de EEUU y control de la ayuda 512a5d

Además, el gabinete de seguridad ha aprobado un plan para reanudar, controlar y limitar el de ayuda humanitaria a Gaza, el cual Israel bloqueaba desde marzo y acercaba a su población cada vez más a la hambruna, el cual busca evitar que Hamás tenga a los productos que entran en la Franja, según el periódico Yediot Ahronot. 

Un funcionario israelí ha revelado este lunes que los suministros aún no llegarán al enclave, sin poner fecha al fin de este bloqueo.

Este es el bloqueo más largo que Israel ha mantenido sobre el enclave desde el inicio de la ofensiva, antes del alto el fuego limitaba notablemente la entrada de ayuda: la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) llegó a registrar el de unos 92 camiones diarios en Gaza en noviembre de 2024, cuando antes de la guerra rondaban los 500, ya considerados insuficientes entonces.

El plan israelí para reactivar la ayuda, que es totalmente insuficiente y que ya han rechazado la ONU y ONGs, apoya la creación de "cuatro o cinco" centros de distribución sólo en el sur de Gaza y potencialmente un centro adicional bajo el área militar de Netzarim, ubicada al sur de ciudad de Gaza. Todo ello con contratistas de EEUU. 

El modelo de entrega propuesto por Israel evita que la ayuda se almacene: unos 60 camiones entrarían a diario -una décima parte de lo que entró diariamente durante el alto el fuego- con paquetes de 20 kilos de ayuda humanitaria, mayormente alimentos, que serán recogidos por los cabezas de familia.

Lo mismo ocurre con la comida caliente: esta sólo podrá salir de los centros de distribución del Ejército, sin la existencia de cocinas comunitarias, como hasta ahora, dirigidas por ONGs como World Central Kitchen o panaderías que antes eran apoyadas por el Programa Mundial de Alimentos.

Toda la ayuda humanitaria entraría por el cruce de Kerem Shalom, controlado por Israel, y sólo las ONGs registradas en Israel podrán operar en estas zonas humanitarias, lo que excluye a la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), vetada por el Gobierno israelí desde finales de enero pese a ser el mayor proveedor de asistencia en Gaza.

Una vez dentro del enclave, la ayuda viajará a estos centros bajo la protección de contratistas de seguridad estadounidenses, que también estarán dentro y alrededor de los puntos de distribución. Sin embargo, toda la distribución directa y el o con los palestinos estaría a cargo de trabajadores humanitarios no gubernamentales.

"Acolarada discusión" entre ministros 12561h

La reactivación de la ayuda humanitaria ha tensado la ya maltrecha relación entre algunos ministros después de que varios de ellos se hayan opuesto a permitir que alimentos, medicinas y otros bienes de primera necesidad vuelvan en Gaza. 

De hecho, el ministro Seguridad Nacional, el ultranacionalista Itamar Ben Gvir, ha afirmado este lunes durante el encuentro que "no hay necesidad de introducir ayuda en Gaza", así como que "los almacenes de comida de Hamás deberían ser bombardeados", desatando lo que la prensa local califica como una "acalorada discusión" con el jefe del Estado Mayor del Ejército, Eyal Zamir.

"No entiendes lo que estás diciendo. Nos pones en peligro a todos. Existe el derecho internacional y estamos comprometidos con él. No podemos hacer morir de hambre a la Franja, tus afirmaciones son peligrosas", le replicó el jefe del Ejército, según la Cadena 12 de la televisión israelí. 

Agua de mar para beber 595r5q

Al menos 54 personas han muerto por malnutrición y desnutrición (la inmensa mayoría, niños) desde que Israel lanzó su ofensiva sobre Gaza.

La ONU y Amnistía Internacional denuncian que el enclave palestino es "un infierno de muerte y destrucción" en el que sus habitantes están "al borde de la supervivencia" ya que no entra comida, ni medicamentos ni combustible desde hace dos meses debido al bloqueo de Israel, que controla los s a la Franja. 

Los alimentos básicos, como el pescado y la carne, se han vuelto prohibitivamente caros, empujando a innumerables familias al hambre extrema. Desde la ONU califican esta situación de "abominación".

Otro de los problemas de la Franja es la escasez de agua, un mal "endémico" en Gaza que ahora "se ha vuelto crítico", hasta el punto de que algunos recurren al agua de mar para beber. 

"Los daños en las infraestructuras y la escasez de combustible han limitado gravemente el al agua potable. Los residentes de Beit Lahia no han tenido agua para uso doméstico durante cinco días consecutivos", describe Amnistía.