
Soldados de las fuerzas armadas alemanas Bundeswehr durante una práctica de tiro. Fabrizio Bensch Reuters 2i3j69
Sin armas para Ucrania, sin soldados en Europa y sin tregua de aranceles: la UE se prepara para el peor chantaje de Trump 65456b
Bruselas teme que la istración estadounidense pida sacrificios en materia de defensa a cambio de concesiones en el marco de las negociaciones comerciales. 50473f
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Mette Frederiksen lo tiene claro. La primera ministra danesa había emitido algunas señales, pero no había confirmado, como sí hizo a principios de esta semana, su intención de elevar la inversión en defensa hasta el 5% del PIB, el nuevo techo de gasto que la OTAN pasará a exigir a sus socios a instancias de los Estados Unidos de Donald Trump. La cifra no será oficial, en principio, hasta la próxima cumbre anual de la Alianza, que tendrá lugar dentro de tres semanas en La Haya. Pero los aliados ya están prevenidos.
Hace no demasiado tiempo, resultaría impensable que Dinamarca, uno de los de la Unión Europea con mayor aversión a los aumentos de gasto público, abandonara el bloque de los países frugales de la forma en la que lo hizo Frederiksen.
Es la nueva realidad continental. Un cambio de paradigma que, en buena medida, responde a los intentos de Trump de retomar sus relaciones bilaterales con la Rusia de Vladímir Putin y, en el caso concreto de Copenhague, a las ambiciones expansionistas del mandatario republicano sobre Groenlandia.
“La última vez tuvimos un papel de liderazgo en el grupo de los frugales. La próxima vez, tendremos un papel de liderazgo en otro grupo”, trasladó a la prensa Frederiksen, que aludió al club de los austeros que integraron en su día Alemania, Suecia, Austria y los Países Bajos de Mark Rutte, actual secretario general de la OTAN. “Como daneses, siempre seremos duros en las negociaciones presupuestarias. Pero formar parte de la fuerza frugal ya no es el lugar adecuado para nosotros”, zanjó la dirigente socialdemócrata.
Del mismo modo que otros líderes europeos, como el presidente francés Emmanuel Macron, el canciller alemán Friedrich Merz o la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, Frederiksen aspira a construir una Europa independiente, sobre todo, en materia de seguridad.
“Cuando hablo de rearme, pienso en términos europeos”, comentó la primera ministra danesa durante una entrevista con el semanario Der Spiegel. “Fue un grave error reducir drásticamente nuestros presupuestos tras el fin de la Guerra Fría. Como europeos, debemos preguntarnos: si no estamos dispuestos a luchar por nosotros mismos ahora, ¿quiénes somos?”.
Frederiksen tiene respuesta: “Para mí, Europa no es solo un punto en el mapa. Europa representa nuestros valores, nuestras ideas, nuestra visión del mundo, nuestra forma de vida y de construir sociedades. Si perdemos la voluntad de luchar por eso, nos perdemos a nosotros mismos”.
El enfoque del Gobierno danés será importante, y más aún cuando los funcionarios europeos que negocian el acuerdo comercial con la istración estadounidense temen que Trump pida hacer sacrificios a cambio de concesiones.
“Todas estas crisis, todas al mismo tiempo: es la tormenta perfecta”, advirtió en noviembre del pasado año el antiguo jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. “Puede intentar presionarnos y arrinconarnos desde las tres direcciones”.
¿Cómo? Borrell barajaba entonces la posibilidad de que Washington razonara de la siguiente manera en las conversaciones con Bruselas: “Si no me dan un buen acuerdo comercial, no apoyaremos a Ucrania”. “Si me presionan para apoyar a Ucrania, entonces aumentaremos nuestras exigencias sobre su gasto militar para la OTAN”.
Borrell ofreció sólo dos ejemplos, pero puede haber más. Según el Financial Times, los funcionarios europeos estudian las respuestas que puede ofrecer el bloque comunitario frente a tres escenarios hipotéticos que resulten de las conversaciones con la istración Trump.
Esos escenarios hipotéticos contemplan, por ejemplo, que Estados Unidos suspenda la ayuda a Ucrania, que deje de compartir información de inteligencia y que prohíba a los países europeos suministrar a Kyiv armamento adquirido en Estados Unidos. Las dos primeras premisas ya sucedieron, de hecho, por mucho que Trump acabara echándose para atrás.
Otros escenarios que estiman probables los negociadores de la Comisión son, por un lado, una guerra comercial “a gran escala” con Washington, que tendría, desde luego, consecuencias devastadoras para la economía continental, y, por otro, la retirada militar estadounidense de Europa.
“Esto ha pasado de ser una estrategia de escenarios ideales a una de control de daños. En comercio, defensa y Ucrania, la elección es entre un mal resultado y uno muy malo”, comenta un funcionario europeo citado por el rotativo británico.
¿Es probable que Trump llegue a tomar esas medidas? Giuseppe Spatafora, investigador de las relaciones transatlánticas en el Instituto de Estudios de Seguridad de la Unión Europea (EUISS, por sus siglas en inglés), considera que depende del contexto y del punto de vista del inquilino de la Casa Blanca. “Si cree que Europa debe ceder en algo –por ejemplo, en comercio o en gasto en defensa–, podría decidir retirar tropas”, explica en conversación con EL ESPAÑOL.
“Pero, últimamente, su istración ha mostrado más interés en recalcar que Estados Unidos no se marchará de Europa. Lo mismo ocurre con Ucrania: podría suspender la ayuda si considera que Ucrania es un obstáculo para la paz. Pero recientemente ha adoptado una postura más dura con Putin”, matiza Spatafora, que subraya, de todos modos, que “todo está por verse”.
Desde la Comisión parecen tenerlo más claro. “No podemos permitirnos… caer una vez más en la falacia de que la tormenta pasará”, expuso la pasada semana Von der Leyen. “Que todo volverá a como era antes: si tan solo terminara la guerra, o se lograra un acuerdo arancelario, o las próximas elecciones tuvieran otro resultado. No, no será así”.
Un mes de cumbres existenciales e14r
El calendario es endiablado. El G7 tiene previsto reunirse en poco más de una semana en Canadá. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, además de Macron y Merz, coincidirán con Trump en la cumbre del Grupo de los Siete, en la que también estarán presentes el premier británico Keir Starmer, líder de la coalición de los voluntarios, y, cómo no, el primer ministro canadiense Mark Carney, uno de los líderes occidentales que con mayor insistencia ha advertido de los peligros que el mandatario estadounidense representa para sus aliados.
Una semana después del encuentro en Canadá, los líderes europeos de la OTAN desembarcarán en La Haya, con la esperanza de que sus promesas de disparar el gasto en defensa, como pide Trump, sirvan para apaciguarlo.