La Iglesia católica ya tiene nuevo Papa. El cónclave sólo ha necesitado cuatro votaciones para elegir al sucesor de Francisco después de que la fumata blanca asomara por la chimenea del Vaticano pasada las seis de la tarde. Al igual que Benedicto XVI, el nuevo Pontífice ha salido en el primer escrutinio de la tarde del segundo día del Cónclave.
El cardenal Dominique Mamberti será el encargado de pronunciar, en los próximos minutos, el ya célebre Habemus papam con el que conoceremos la identidad del nuevo pontífice, que pronunciará sus primeras palabras y hará la bendición urbi et orbi. Los italianos Pietro Parolin y Matteo Zuppi y el filipino Luis Antonio Tagle son los favoritos.
Una vez elegido con al menos dos tercios de los votos -89- y aceptar el encargo, debe decidir con qué nombre quiere ser llamado. Sólo entonces se anuncia al mundo la elección de un nuevo Papa y se abre un pequeño lapso hasta que se asoma al balcón central de la plaza de San Pedro.
En ese lapso y desde la Capilla Sixtina, el elegido Papa se traslada a una habitación cercana, la llamada Sala de las Lágrimas, donde desde hace días está preparada la vestimenta que puede empezar a usar.
En esa cámara hay tres hábitos largos o sotanas de color blanco de distinto tamaño en función de la altura del nuevo Papa, así como cuatro vestimentas cortas tipo sobrepelliz, el solideo, una muceta o esclavina de color morado y una estola púrpura con decoración dorada. También, si lo desea, puede escoger entre zapatos de distintos números, fajines, un cordón y una cruz dorada, todo allí dispuesto y perfectamente colocado.
Cada Papa elige cómo comparece ante los fieles en San Pedro y, así, en el caso de los dos últimos pontífices, el cardenal alemán Joseph Ratzinger salió al balcón con la esclavina y la estola mientras el argentino Jorge Bergoglio optó por aparecer sin esas piezas y se presentó al mundo sólo de blanco y con una cruz en el pecho.
Los 133 cardenales electores del Colegio Cardenalicio salieron este jueves a las 7:45 horas local de la residencia de Santa Marta, en la que se alojan durante el Cónclave, para dirigirse a la Capilla Paulina, que se encuentra a casi un kilómetro de distancia. Allí celebraron una misa antes de volver a encerrarse en la Capilla Sixtina hacia las 9:30 horas. Tras rezar la liturgia de las Horas, realizaron dos votaciones por la mañana que dieron como resultado una fumata negra.
Finalmente, ha sido en la cuarta votación, la primera de la tarde este jueves, cuando ha habido consenso de los cardenales para designar al sucesor de Francisco.
Miles de personas esperaban expectantes conocer el resultado de estas votaciones en la Plaza de San Pedro con la mirada fija en todo momento en la chimenea, que ha arrojado un intenso humo blanco que da la noticia de que la Iglesia católica ya tiene nuevo Papa tras la muerte de Francisco el pasado 21 de abril.