
Sor Geneviève, la monja amiga del Papa Francisco, lloró y rezó junto a su féretro. Redes sociales 3t6i2o
Sor Geneviève, la monja amiga del Papa Francisco, se salta el protocolo en San Pedro para llorar y rezar junto a su féretro d4g5e
La 'enfant terrible', como la apodaba Bergoglio, consiguió lo imposible: acercar al Pontífice a los últimos de Roma, los feriantes y las transexuales. 1t6d4e
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Mientras los cardenales y obispos daban el último adiós a Francisco uno por uno, una pequeña religiosa se saltó el protocolo y se colocó en uno de los lados para detenerse en oración durante varios minutos sin que nadie pudiera decirle nada: era sor Geneviève Jeanningros, amiga del Papa y quien le llevó ante los últimos de Roma, los feriantes y las transexuales.
La monja, de 81 años, de la orden de las Hermanitas de Jesús y con una mochila sobre sus hombros, se acercó discretamente a la zona donde se había colocado el féretro del Papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años, para rezar y llorar en silencio.
A pesar de que no formaba parte del rígido protocolo que obligaba a los cardenales, obispos y personal del Vaticano a ser los primeros en dar el adiós al Pontífice, nadie se atrevió a decirle a la religiosa que ese no era su lugar y allí permaneció durante varios minutos.
Sor Geneviève Jeanningros, de 81 años y a quien el Papa llamaba la 'enfant terrible', vive en una caravana de un circo de Roma y visitaba al Papa los miércoles. Mensualmente le llevaba personas transgénero.
— Ibon Perez (@IbonPerezTV) April 23, 2025
Hoy ha roto el protocolo para despedirse de él.pic.twitter.com/vgBPmLSCL2
La 'enfant terrible' llamaba el Papa Francisco a esta religiosa que se dedica desde hace 56 años a asistir a las mujeres transexuales y a los feriantes de Ostia, la costa de la región del Lacio.
Sor Geneviève empezó cada miércoles a llevar a las audiencias generales a grupos de homosexuales y transexuales, muchas de ellas que ejercen la prostitución en esta zona degradada a las afueras de Roma.

El Papa Francisco se reúne con sor Geneviève Jeanningros y la comunidad de artistas de circo en el Luna Park de Ostia (Italia) el 31 de julio de 2024. Reuters
En medio de la pandemia del coronavirus, junto con el párroco de la Santísima Virgen Inmaculada de la localidad de Torvaianica, don Andrea Conocchia, llamó a la puerta del cardenal limosnero Konrad Krajewski para que llevase ayuda a las personas que trabajan en las ferias y a la comunidad trans: unas 40 o 50 personas, muchas sudamericanas, que ya no podían trabajar.
Un miércoles acompañó a Claudia, a Marcella y a muchas otras transexuales para que conociesen al Papa. "Incluso una fue asesinada poco después. Se habían tomado una foto con el Papa, se la llevé y él rezó por ella", contaba a los medios vaticanos.
Y la monja consiguió incluso el 31 de julio de 2024, que un Papa visitará el parque de atracciones de Ostia para encontrarse con los feriantes.