Un funcionario de Reagrupamiento Nacional distribuye folletos en apoyo de la líder de extrema derecha.

Un funcionario de Reagrupamiento Nacional distribuye folletos en apoyo de la líder de extrema derecha. Stephanie Le Cocq Reuters 2v6h6h

Europa

Le Pen aún no ha muerto: sus rivales políticos le 'disculpan' la corrupción y un tribunal puede absolverla antes de elecciones 6w1o19

El Tribunal de Apelación de París cuenta con resolver el recurso por su condena por corrupción "en el verano de 2026", lo que, en caso de que el veredicto le fuese favorable, le permitiría presentarse a las presidenciales del 2027. 2h6h49

Más información: La 'muerte judicial' de Marine Le Pen en Francia calienta a una extrema derecha que se ve en el poder con o sin ella en 2027 1r4b4o

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El primer ministro francés François Bayrou manifestó este martes su “inquietud” ante la sentencia que inhabilita a Marine Le Pen de cualquier cargo público durante los próximos cinco años. Es un sentir común en toda la clase política del país vecino: Éric Ciotti, el líder del partido gaullista Los Republicanos, mostró su indignación, anunció una proposición de ley para poder retrasar la ejecución de estas inhabilitaciones para cargos políticos en el futuro y acusó al poder judicial de querer robarle al pueblo la soberanía.

El argumento es casi calcado al de Jean-Luc Mélenchon, el líder de La Francia Insumisa, conglomerado de fuerzas de izquierdas que se quedó a escasas décimas de disputarle a Macron la presidencia en 2022. Según LFI, inhabilitar a un político es algo que solo puede hacer “el pueblo” y nunca un juez. Sería un acto de usurpación de funciones que justificaría el final de la V República y obligaría a un referéndum para la implantación de una VI República en Francia, algo que Mélenchon lleva tiempo reclamando.

La situación, pues, es compleja: ante la corrupción, gobierno y oposición se unen en tibiezas cuando no en un apoyo directo a la condenada, lo que reabre el tema de los límites y las garantías en las democracias liberales. En todos los países, ha habido momentos en los que el legislativo y el ejecutivo se han sentido perseguidos por el judicial y, mal que bien, han salido adelante. Lo curioso es que, desde el Reagrupamiento Nacional, se acuse a esa misma clase política de estar detrás de la decisión que impedirá a su líder presentarse a las elecciones presidenciales de 2027.

A menos, claro, que prospere un recurso ante el Tribunal de Apelaciones de París que fallará meses antes de la llamada a las urnas. Un fallo favorable para Le Pen puede hacerla sucesora de Macron en el Elíseo.

Manifestación para el domingo 6u3y3k

El único partido que parece haber reaccionado con algo parecido a la cordura es el Partido Socialista, una formación que llegó a gobernar el país hace no tanto tiempo y que ahora malvive como cuarta fuerza política. En un comunicado, el partido liderado por Olivier Faure manifestó lo siguiente: “No hay amenaza alguna a la democracia cuando una responsable política es condenada por delitos graves. Lo que amenaza a la democracia es la impunidad, la presión sobre los magistrados y el rechazo de los políticos a asumir sus responsabilidades y las consecuencias de sus actos”.

Asimismo, el PS quiso recalcar que “ninguna persona está por encima de la ley”, mensaje que también se quiso lanzar desde el Sindicato de la Magistratura, que afirmó en un comunicado que “los jueces se limitan a aplicar las leyes que emanan del pueblo”. En principio, deberían ser obviedades, mucho más en un país con la tradición democrática y republicana de Francia. El hecho mismo de que solo una minoría las defienda abiertamente ya es de por sí preocupante.

A la espera de la toma de postura del presidente Macron, que esperemos que no sea tan tibia como la de su primer ministro, el Reagrupamiento Nacional ya ha anunciado una movilización para este domingo contra el “escándalo político” que supone la inhabilitación de su presidenta. Las manifestaciones relativamente recientes de los “chalecos amarillos” hacen temer que se produzcan actos violentos y que estas protestas se prolonguen en el tiempo.

El recuerdo de Trump 3m5r5x

La otra obviedad que poca gente destaca es que ningún juez impide a la formación de ultraderecha presentarse a las elecciones, defender sus ideas o gobernar allí donde han sido elegidos. Se inhabilita a una persona por la comisión de un delito. Puede presentarse cualquier otro, por ejemplo, Jordan Bardella, que ya estuvo a punto de ganar las legislativas el año pasado y que no deja de ser el líder de la oposición. El problema del populismo es que sigue al pie de la letra la consigna de “un pueblo, un líder”, y parece que, sin el líder, nada más importa.

Algo parecido sucedió en 2024 con los distintos juicios a Donald Trump. El actual presidente estadounidense al final sí pudo presentarse -y ganar- las elecciones pese a tener sentencia firme en su contra por el pago con fondos electorales a una actriz porno con el fin de comprar su silencio. En otro momento, el hecho en sí habría acabado con la carrera de cualquier político, especialmente la de un político conservador cuyos votantes y cuyo discurso se basan en la defensa de la familia y las tradiciones.

Sin embargo, Trump y el movimiento MAGA supieron utilizar esos juicios y esas condenas en su favor, como arma electoral. En el fondo, a nadie le viene peor una situación así que a los defensores de las democracias liberales. En el victimismo, las fuerzas antisistema se mueven como peces en el agua y son capaces de aunar fuerzas incluso con enemigos acérrimos. Lo hemos visto en Francia con la defensa de Mélenchon a Le Pen.

El cuestionamiento constante de la ley y el hostigamiento a quienes la hacen cumplir es un clásico de todas las autocracias. Comoquiera que Occidente vive en un continuo “efecto Gran Hermano” por el que gana más el que más llora y mejor domina “el relato” de la popularidad, este cuestionamiento y este hostigamiento lo vemos prácticamente en cada país. Entre la libertad bajo la ley y la acción directa, Europa y el mundo entero deben elegir. Los fantasmas del pasado están más presentes que nunca.