Euforia en las calles de Seúl, ayer, tras aprobarse la destitución del presidente Yoon.

Euforia en las calles de Seúl, ayer, tras aprobarse la destitución del presidente Yoon. Kim Hong-ji Reuters 3c633e

Asia

Corea del Sur irá dividida a elecciones tras la destitución del presidente: "Yoon despreció nuestro trauma con la guerra" 10402c

El país, tras la caída del hombre que en diciembre decretó por sorpresa la ley marcial y abocó a una de las democracias más sólidas de Asia a una de sus peores crisis en décadas, se da ahora un plazo de 60 días para convocar a los ciudadanos a las urnas. 314e2r

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Suwon (Corea del Sur)
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Las calles de Suwon, una de las ciudades más pobladas de Corea del Sur, amanecieron el viernes envueltas en una tensa calma. Se respiraba un silencio similar al que precede a los grandes acontecimientos. Cuatro meses después de que el presidente Yoon Suk-yeol desatara una de las peores crisis políticas en décadas al declarar, por sorpresa, la ley marcial, el país entero contenía la respiración a la espera del veredicto del Tribunal Constitucional sobre el proceso de destitución (impeachment) contra el jefe de Estado. 

En las portadas de los principales diarios aparecían los rostros de los ocho jueces que sostenían en sus manos el destino de una de las democracias más robustas de Asia. Y en el semblante sereno de los surcoreanos se dibujaba una mezcla de inquietud, desvelo y esperanza contenida

A mediodía, en una comparecencia televisada que paralizó al país, los magistrados anunciaron su decisión: la destitución del presidente por violar la Constitución. Un fallo histórico, adoptado por unanimidad, que no solo ha cerrado —al menos por el momento— un capítulo oscuro, sino que ha reavivado la confianza de una parte de la población en una democracia que aún arrastra las cicatrices de la dictadura militar de finales de los años ochenta. 

"No puedo contener mi sonrisa", dice Sook Park. Para esta guía turística nacida y criada en Seúl, que el máximo garante constitucional del país respaldara la decisión de la Asamblea Nacional (el Parlamento) de suspender a Yoon de sus funciones es motivo de alivio. "No era alguien digno de ser presidente; la democracia está para servir al pueblo y él quería utilizarla para someterlo", sostiene.

A sus 54 años, reconoce que lo primero que sintió al escuchar que el presidente declaraba el estado de emergencia fue miedo. Miedo a que el pasado se repitiera. Y es que, desde su fundación en 1948, el país ha atravesado al menos 16 estados de excepción, según datos del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS, por sus siglas en inglés). El último, en 1979, derivó en una de las represiones estatales más sangrientas, conocida como la masacre de Gwangju, en la que cientos de personas perdieron la vida de manera brutal. 

La gente celebra después de que se aceptara el juicio político del presidente Yoon Suk Yeol, cerca del Tribunal Constitucional de Seúl, Corea del Sur.

La gente celebra después de que se aceptara el juicio político del presidente Yoon Suk Yeol, cerca del Tribunal Constitucional de Seúl, Corea del Sur. Reuters

"Yoon es un ignorante; parece no entender que aún vivimos con ese trauma", añade Park. "Sabemos que cada vez que se declara la ley marcial es porque estamos en guerra", afirma por su parte Yum Geum Ju, una joven surcoreana de 31 años que se declara "encantada" con la decisión judicial.

Tras semanas de deliberaciones judiciales, incertidumbre y un aumento del control policial —solo el viernes, más de 14.000 agentes (una décima parte de toda la fuerza del país) fueron desplegados en la capital—, la destitución de Yoon marca un punto y aparte en una etapa que describe como confusa. "Cuando el ya expresidente anunció la medida, por un momento pensé que Corea del Norte nos estaba atacando, pero seguimos sin saber exactamente por qué lo hizo", explica. 

Un presidente "romántico" 5j4c32

Lo cierto es que Yoon justificó su decisión de otorgar a las Fuerzas Armadas poderes extraordinarios, desplegar tropas en el Parlamento y suprimir los derechos civiles y libertades, alegando que necesitaba "proteger el orden constitucional liberal", amenazado, según él, por fuerzas opositoras a las que acusaba —sin pruebas ni fundamento— de conspirar para llevar a cabo "actividades antiestatales" alineadas con el régimen norcoreano.

En la práctica, sin embargo, Yoon llevaba tiempo bloqueando la propuesta de la oposición, con mayoría en la Asamblea, para abrir una investigación especial sobre las actividades de su esposa, perseguida por numerosos escándalos. Éstos van desde corrupción —incluida la aceptación de un bolso de Christian Dior de 2.200 dólares, en una posible violación de la ley anticorrupción— hasta interferencia en políticas estatales. "En Corea bromeamos con que Yoon es un romántico, una estrella de K-drama", dice entre risas Yum. 

Moon Hyung-bae habla durante el fallo final sobre juicio político al presidente Yoon, en Seúl,

Moon Hyung-bae habla durante el fallo final sobre juicio político al presidente Yoon, en Seúl, Kim Min-Hee Reuters

En realidad, apenas seis horas después de haberla impuesto, cuando 190 diputados —de los 300 que componen la Cámara— lograron reunirse en el hemiciclo y votaron de forma unánime para revocar la medida, el presidente anunció su retirada. Pero el shock fue tal que miles de ciudadanos, tanto en contra como a favor, se volcaron a las calles. 

Desde entonces, Yoon ha logrado esquivar una investigación de la fiscalía y el arresto domiciliario, pero enfrenta un juicio penal separado en el que se le acusa de instigar una insurrección, un delito que conlleva cadena perpetua o incluso la pena de muerte, aunque esta no se aplica desde 1997.

Además de sumir a la población en el caos, su decisión ha debilitado la próspera economía surcoreana hasta el punto de que el won, que en diciembre cayó a su nivel más bajo desde 2009, no ha dejado de desplomarse. "Ha manchado la imagen global de nuestra nación, y no es lo que necesitamos en momentos como este", lamenta Yum. 

Se refiere, entre otras cosas, a la decisión de Estados Unidos de imponer aranceles recíprocos que afectan a todos los países, incluido Corea del Sur, su tradicional aliado en el Indopacífico. Pero también al contexto de polarización extrema que se ha intensificado durante el juicio político. 

La sombra del fraude  4p4d1s

Por el momento, el presidente interino, Han Duck-soo, permanecerá en el cargo hasta que los surcoreanos elijan un nuevo líder en un plazo de 60 días. Dos meses que se anticipan, cuando menos, intensos. 

Entre otras razones porque Yoon ha expresado en repetidas ocasiones su desprecio hacia sus adversarios liberales y ha respaldado teorías conspirativas sobre fraude electoral. Pero también porque su partido, el conservador, y la extrema derecha se han sumado al carro y ha cuestionado públicamente la legitimidad del sistema judicial y de las fuerzas del orden. 

os manifestantes de extrema derecha reaccionan después de escuchar que el juicio político del presidente Yoon Suk Yeol fue aceptado, cerca de su residencia en Seúl

os manifestantes de extrema derecha reaccionan después de escuchar que el juicio político del presidente Yoon Suk Yeol fue aceptado, cerca de su residencia en Seúl Reuters

Varios analistas consultados por este periódico sostienen que existe un alto riesgo de manifestaciones durante la campaña electoral y posibles alteraciones el día de la votación. "Nos esperan semanas difíciles", reconoce Sook Park, quien deja de lado su entusiasmo por un momento para expresar su malestar con una clase política que, asegura, "no es capaz de ponerse de acuerdo". 

En esta línea, la Asociación de Periodistas de Corea (JAK, por sus siglas en inglés), que cuenta con la membresía de más de 10.000 profesionales, considera que "la sentencia debe servir como punto de partida para poner fin a la extrema lucha política y evitar una mayor división nacional"

Pero aunque muchos dan por hecho que se impondrá Lee Jae-myung, el líder opositor, las últimas encuestas de febrero sitúan al gobernante Partido del Poder Popular (PPD) y al principal bloque de la oposición, el Partido Democrático, técnicamente empatados en popularidad, con un 39% y un 37%, respectivamente. "Hoy ha sido un día histórico; hemos demostrado que hemos aprendido de nuestra experiencia y que si violas la ley, serás castigado. Tengo esperanzas de que las cosas van a cambiar", sostiene conciliador el alcalde de la ciudad norteña de Siheung y representante de la oposición, Lim Byung-taek.

"Ya somos un país dividido [con Corea del Norte], por eso espero que seamos capaces de evitar la división interna y reconstruirnos como una sociedad unida", concluye con optimismo Yum Geum. Y lo cierto es que, a lo largo de su historia, Corea del Sur ha demostrado que sabe salir fortalecida de las crisis. Ahora, habrá primero que esperar a que su democracia se reafirme en las urnas.