Manuel Viso (foto: Fundación San Rafael)

Manuel Viso (foto: Fundación San Rafael)

Salud y Bienestar

Manuel Viso, médico: "Ni frito ni en tortilla. La forma más saludable de preparar el huevo es cocido o escalfado"

Aunque el huevo es una excelente fuente de nutrientes esenciales, su preparación puede influir en sus beneficios para la salud.

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En España, los huevos son uno de los alimentos estrella. En 2023, los hogares españoles consumieron 407 millones de kilos, lo que equivale a una media de 137 por persona al año, según datos de Mercasa.

Los huevos son una fuente de nutrientes bioactivos, grasas insaturadas beneficiosas y proteínas de calidad que implican a cambio pocas calorías. Sus múltiples beneficios lo convierten la clave de prácticamente todas las dietas saludables, gracias, también, a su increíble versatilidad.

Fritos, revueltos, estilo poché, en tortilla sa, rellenos... un sinfín de formas de las que podemos disfrutar de ellos. Sin embargo, te has preguntado alguna vez ¿cuál es la más saludable? Según el médico Manuel Viso, los huevos cocidos o escalfados preservan mejor sus nutrientes.

La forma más saludable de preparar huevos

De acuerdo con los expertos y a diferencia de lo que mucha gente cree, la preparación del huevo afecta significativamente su perfil nutricional y cómo impacta en la salud.

El calor, la cocción y la técnica de preparación pueden alterar la disponibilidad de nutrientes, la digestibilidad de las proteínas y la ingesta de grasas y calorías.

En este sentido, la forma más saludable de cocinar un huevo es cocido o escalfado, según Viso. Ambas técnicas tienen dos ventajas considerables y es que "no requieren añadir grasas y preserva mejor sus nutrientes".

Al no requerir grasas, como si exigen otras técnicas, el huevo cocido o escalfado, conserva el contenido nutricional sin incrementar su densidad calórica.

Cuando cocemos un huevo, simplemente tenemos que sumergirlo en agua caliente hasta que la clara y la yema se solidifiquen, mientras que el escalfado consiste en cocinar el huevo directamente en agua sin cáscara, usualmente con un leve hervor.

Estas formas de cocción no solo mantienen intactos la mayoría de los nutrientes, sino que también evitan la formación de compuestos potencialmente nocivos asociados a las altas temperaturas y a la fritura en aceites.

"Si los huevos se fríen a altas temperaturas, pueden generarse compuestos dañinos como la acrilamida o productos de oxidación lipídica, especialmente si se reutiliza el aceite", subraya Viso.

Estas sustancias han sido asociadas con efectos perjudiciales como inflamación, estrés oxidativo e incluso un mayor riesgo de enfermedades crónicas si se consumen en exceso y de forma continuada.

Otra opción recomendada por el médico es cocinar el huevo "a la plancha con muy poco aceite (preferiblemente de oliva virgen extra)", un tipo de grasa rica en ácidos grasos monoinsaturados y antioxidantes.

Sin embargo, de acuerdo con el experto, "las preparaciones como el huevo frito o las tortillas muy grasientas pueden absorber mucho aceite, aumentando el contenido calórico y de grasas saturadas".

Durante la fritura, el huevo actúa como una esponja, absorbiendo parte del aceite. "Por eso, cuanto menos grasa añadida y menor temperatura de cocción, mejor", subraya Viso.