Vonda Wright, cirujana.

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Salud y Bienestar

Vonda Wright, cirujana: "Los 45 años son la 'década crítica' en la que en la que se decide el futuro del cuerpo" 2ujn

Las decisiones tomadas durante esta década clave pueden determinar, en gran medida, el grado de bienestar físico y mental. 5s3l58

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La longevidad es uno de los conceptos más estudiados a lo largo de la historia. Durante mucho tiempo se creyó que era una cuestión fuera de nuestro control, determinada principalmente por la genética o el paso inevitable del tiempo.

Sin embargo, hace tan solo unos años se demostró que nuestros hábitos diarios juegan un papel fundamental en cómo envejecemos. Y no solo eso, sino también el momento en el que empezamos a implementarlos.

De acuerdo con los expertos, tenemos que prestar atención a nuestro estilo de vida desde que somos jóvenes. Según la cirujana Vonda Wright, hay una época clave que define de manera decisiva nuestro bienestar futuro: la década entre los 35 y los 45 años.

La 'década crítica' según Wright 5za5e

Según datos del Foro Económico Mundial, alrededor del 70% de las muertes en el mundo se atribuyen a cuatro comportamientos relacionados con el estilo de vida: inactividad física, mala alimentación, consumo excesivo de alcohol y tabaquismo.

Lo relevante de estos factores es que no se manifiestan de forma aislada o puntual, sino que sus efectos son el resultado de conductas mantenidas a lo largo del tiempo.

En este sentido, y a pesar de que los expertos consideren que nunca es tarde para empezar una vida saludable, sí es cierto que hay momentos clave en los que tenemos mucho más poder.

Según la cirujana ortopédica Vonda Wright, la década entre los 35 y 45 años es una 'década crítica', que constituye "una ventana de oportunidad" para consolidar hábitos que mantendrán la movilidad, la fuerza y la vitalidad del cuerpo con el paso de los años.

En una entrevista con la autora Mel Robbins, Wright explicó que el envejecimiento, tal como suele percibirse, no debe asumirse como una condena inevitable.

"En realidad, a cualquier edad podemos mejorar nuestra salud. Si tenemos 92 años y únicamente tenemos un amigo, ir a hablar con él ya es significativo", indica la experta.

La cirujana Vonda Wright y el envejecimiento.

Sin embargo, a partir de los 35 años, es el último momento en el que el cuerpo tiene vigor juvenil y capacidad de corrección para formar hábitos saludables duraderos.

"En la década de los 35 hasta los 45 todavía eres lo suficientemente joven como para corregir el rumbo de tu vida", explica Wright.

La cirujana sostiene que esta década marca el último punto en el que el cuerpo conserva tanto la vitalidad propia de la juventud como la capacidad de adaptación necesaria para introducir cambios sostenibles en la salud física.

Además, para Wright, este momento vital suele coincidir con una etapa de cierta estabilidad en la vida adulta. Muchas personas ya tienen un trabajo fijo, una familia o un rumbo de vida definido.

De acuerdo con la experta, quienes no adoptan rutinas de movilidad, fuerza y alimentación adecuada en este tramo enfrentarán mayores dificultades a medida que envejecen.

La ausencia de estos hábitos puede convertirse en una carga a medida que pasan los años, dificultando no solo la capacidad física, sino también la autonomía personal y la salud mental.

El enemigo del envejecimiento c3og

En esta etapa todavía podemos conservar las ganas de promover un estilo de vida saludable. Y es que, de acuerdo con Wright, uno de los principales enemigos del envejecimiento es el sedentarismo crónico.

Esta inactividad prolongada desencadena un deterioro acelerado del sistema musculoesquelético, afecta negativamente al metabolismo y contribuye al desarrollo de enfermedades crónicas.

Según la experta, entre el 50% y el 70% de la población estadounidense no realiza ningún movimiento intencional a lo largo del día.

A pesar de que muchas de nuestras rutinas ya estén definidas por este sedentarismo, la experta confiesa que cualquier cambio es válido.

Incorporar sesiones breves de ejercicios de fuerza, caminar con intención, elegir alimentos naturales en lugar de ultraprocesados o simplemente dedicar algunos minutos al estiramiento pueden marcar una gran diferencia.