Ana Molina, dermatóloga: "Las esponjas en la ducha lo único que hacen es acumular bacterias e irritar la piel" 1c165y

Según un informe de la empresa de investigación de mercados Euromonitor, España es el país europeo que más se ducha a diario. Además de la frecuencia, el tipo de ducha y sus rios también varía de un país a otro.

En España, las duchas "tipo lluvia" con cabezales grandes son comunes, mientras que en algunos países, como EE. UU., se prefiere una ducha con un cabezal fijo a la pared. Los productos, además, también llaman la atención en países de Latinoamérica, donde, generalmente, usan jabón duro y la esponja no es un rio esencial.

Esta última práctica, aunque nos resulte sorprendente, es más bien beneficiosa. Aunque para muchos españoles la esponja sea imprescindible para una limpieza más profunda, los expertos llevan años advirtiendo sobre los posibles peligros asociados con su uso regular.

Los peligros de la esponja de ducha 5b5g5k

Durante mucho tiempo, las esponjas de ducha han sido consideradas como herramientas básicas de higiene. Este rio ayuda a distribuir el jabón de forma más uniforme, a remover células muertas y a generar una sensación de mayor limpieza.

Sin embargo, son muchos los expertos quienes han empezado a cuestionar su uso, concretamente en personas con piel sensible o condiciones dermatológicas. De acuerdo con la dermatóloga Molina, "las esponjas sobre todo sirven para acumular bacterias y para arañar la piel".

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Una de las principales razones por las cuales se desaconseja el uso de esponjas en la ducha es la proliferación de bacterias y hongos.

Al ser objetos húmedos y porosos, especialmente cuando se utilizan materiales naturales o esponjas sintéticas de textura abierta, se convierten en el ambiente perfecto para el crecimiento de microorganismos.

A medida que la esponja se humedece y se guarda en la ducha, se crea un entorno propicio para el crecimiento de microorganismos, algunos de los cuales podrían ser perjudiciales para la salud. Ya que, al entrar en o con la piel durante la ducha, estas bacterias podrían provocar infecciones cutáneas e incluso más graves.

Además del problema higiénico, pueden provocar irritaciones físicas en la piel. Las esponjas, especialmente aquellas con texturas ásperas, pueden causar irritación en la piel.

Al frotar intensamente, se pueden eliminar las células muertas de la epidermis, pero también se corre el riesgo de dañar la capa protectora de la piel. Algo particularmente preocupante para quienes tienen piel sensible o condiciones dermatológicas preexistentes, como eccemas o psoriasis.

En relación con ello, los dermatólogos advierten que el uso excesivo de esponjas en la ducha puede eliminar los aceites naturales de la piel, contribuyendo así a la sequedad y aumentando la sensibilidad cutánea. Por lo que, en lugar de mejorar la salud de la piel, el uso regular de esponjas podría tener el efecto contrario.

Su textura abrasiva, aunque útil para exfoliar cada cierto tiempo, puede resultar demasiado agresiva, sobre todo en pieles sensibles o con afecciones como el acné corporal.

Según la experta, "lavando únicamente zonas imprescindibles como las axilas o los genitales y permitiendo que el jabón caiga es más que suficiente".

De acuerdo con sus declaraciones, es mucho mejor usar la mano para lavarnos el cuerpo. Son suficientemente eficaces para distribuir el producto de forma suave y respetuosa con la piel.

Y aunque muchas personas crean que no limpian porque no producen tanta espuma, la realidad es que esta sustancia de burbujas "es un efecto cosmético".

"La espuma no es más que aire, es un efecto cosmético. Un buen gel puede limpiar suavemente sin hacer mucha espuma", indica Molina.

De hecho, algunos geles dermatológicos de alta calidad están formulados para generar poca espuma precisamente porque contienen menos ingredientes potencialmente agresivos, lo cual es preferible para pieles sensibles o con tendencia a la sequedad.