
Una imagen de Antonio y el accidente fatal. 4fk2c
Antonio Ramos, el policía al que ha matado un kamikaze: "Disfrutaba cazando a los malos sin horarios. Era el mejor" 2g181t
El subinspector formaba parte del Grupo Gotham, que está totalmente destrozado por su pérdida. Lo definen como un policía único con un olfato impresionante 6jd1b
Más información: Antonio, el policía muerto tras chocar contra tres ladrones cuando salía de trabajar en Málaga: "Era muy querido" 72u1e
Desde niño llevó el deber cosido al alma, como una herencia silenciosa que se transmite más por el ejemplo que por las palabras.
En su casa, el uniforme azul marino no era solo una prenda: era un símbolo, aunque él en más de veinte años se lo haya colocado en contadas ocasiones porque siempre trabajaba de paisano, como más le gustaba, para "cazar a los malos" en sus horas bajas y en los lugares más insospechados.
Su padre, policía nacional retirado, le inculcó que servir no es una opción, sino una vocación, pero él se lo tomó como un estilo de vida. Anteponía el trabajo policial a lo personal.
"Su padre en alguna ocasión le decía que tenía que echar el freno, que no paraba", dicen algunas personas que le quieren mucho y no tienen duda de que Antonio Ramos vino al mundo con la firme voluntad de proteger a los demás. Y se ha ido de él haciéndolo.
“Era el mejor en lo suyo”, repiten este triste jueves con un nudo en la garganta quienes compartieron con él más que una profesión.
Antonio Ramos era el subinspector de la Policía Nacional fallecido este jueves de madrugada tras colisionar su vehículo de frente contra otro coche que conducía en sentido contrario como kamikazes.
A bordo de ese Peugeot 5008 de alta cilindrada kamikaze iban los tres atracadores que minutos antes, hacia las 4.40 horas, habían intentado robar en una farmacia de Puerto de la Torre, en Málaga capital. Les perseguía la Policía Local y llegaron a superar los 200 kilómetros por hora en su huida.
El destino y la ingrata fortuna quisieron que en su regreso a casa, Antonio se diese de bruces con estos delincuentes. Los dos coches chocaron y ardieron casi al instante. Los cuatro murieron en el acto.
Por su forma de ser y su impresionante olfato policial, los que le conocen no descartan que el agente viera en aquel coche algo extraño y decidiera actuar, aunque será la investigación la que determine qué ocurrió realmente.
Horas antes de perder la vida, el subinspector había protagonizado su último servicio en vida, al participar en la detención de cuatro ladrones que se dedicaban a asaltar a turistas.
No podía imaginar que horas más tarde acabaría dejándose la vida ‘deteniendo’ a los integrantes de una banda organizada procedente de Europa del Este y que estaba especializada en las farmacias.
Adiós a uno de los Gotham 6f1n1r
Antonio pertenecía al grupo Gotham de la Comisaría Provincial de Málaga, una unidad que se encarga de velar por la seguridad de los malagueños cuando todos duermen, al igual que el superhéroe Batman, que da nombre al indicativo.
Se trata de uno de los grupos que cuenta con un menor número de funcionarios, apenas 17, y que se reparten, a su vez, en dos subgrupos, siendo responsable de uno de ellos el fallecido.
Uno de los Gotham ha pasado casi veinte años trabajando codo con codo con él en tres grupos diferentes.
En las dependencias policiales del distrito oeste y en los grupos de Robos y Gotham. "Esto es algo poco habitual, porque uno asciende, otro cambia de camino y no pasas tantos años con alguien... Al final, la casualidad nos ha llevado a que fuéramos de la mano, hemos aprendido mucho", declara este agente, con la voz rota.
Con "una mirada", dice, se entendían. "Creo que si hubiéramos fichado los dos todas las horas que hemos trabajado juntos, estaríamos jubilados", sentencia este también intrépido agente, que encontró desde sus inicios en el cuerpo en la figura del subinspector Ramos un confidente y un compañero de locuras. "Hemos hecho verdaderas barbaridades, persecuciones de película", sostiene su compañero.
"Él nunca cedía. Hasta que el malo no caía, ahí estaba él. Él siempre iba a caballo ganador y, sinceramente, si él estaba en una operación, yo estaba seguro de que iba a salir bien", declara.
Con él ha encerrado a expertos en alunizaje, han perseguido a ladrones que hacían estallar con explosivos cajeros y han acabado resolviendo varios robos de identidad junto a la Policía Judicial. Todo ello en ciudades como Málaga y Madrid, pero también en Sevilla, Castellón o Valencia.
Un mes de diciembre en Madrid, este agente y Antonio se pasaron trabajando de ocho de la mañana a dos de la madrugada a diario. Prometieron que volverían a Málaga para ver las actuaciones de Navidad de sus pequeños, pero no cumplieron.
"Nos pasó lo mismo que en las películas americanas", sostiene. Dejaron las sillas vacías, pero encarcelaron a unos experimentados ladrones que asaltaban naves de móviles.
Para él, dice, no existían los horarios. "No sería la primera vez que se le ha cruzado una información comprando en el Mercadona y nos ha acabado montando una operación, es real. No descansaba, da igual que hubiera terminado de trabajar", dice este agente; a lo que otro compañero añade que no había otro como él, "tenía una inteligencia y un coco tremendos".
Funcionaba, dicen sus compañeros, como una máquina engrasada. Recordaba matrículas y rostros con facilidad, pero es que además sabía hilarlo todo hasta dar con el malo de turno. "Manejaba las bases de datos de diez y las redes sociales más aún", añaden.
Pero ojo, que el plano personal también es clave cuando pasas horas trabajando con alguien, y más cuando el sueño aprieta. Uno de los agentes del grupo se ríe recordando el humor tan característico del subinspector.
“Tenía un humor negro que tela, que viene bien cuando trabajas en algo así”, dice, poniendo en valor su gracia y las ganas de “cachondeo” que siempre tenía.
Así, el que lleva dos décadas trabajando con él reconoce que no es sencillo tirarte tantos años trabajando con una persona y no tener enfrentamientos, más con una persona que era tan intensa con su trabajo. "Todo se resolvía más allá del momento de tensión, nunca hubo enfados. Por eso todo el mundo confiaba ciegamente en él", sostiene.
Un impresionante expediente 442i5r
La trayectoria profesional del subinspector Ramos no tiene ni una mancha. Su expediente es impoluto. Más allá de trabajar en esta unidad nocturna de la Comisaría Provincial de Málaga, debutó en la comisaría de a-Villaverde en los zetas de Madrid y ya en Málaga entró en la comisaría de la zona oeste, donde ascendió como oficial.
Ya como subinspector estrenó categoría en el Grupo de Robos, no sin antes pasar unos días en San Pedro de Alcántara, y, posteriormente, en los Gotham.
Contaba con dos cruces al mérito policial de la Policía Nacional y una de la Guardia Civil por sus múltiples intervenciones, distinciones a las que ahora hay que sumar, a título póstumo, una cruz al Mérito Policial con distintivo rojo que le acaba de conceder el Ministerio del Interior, a propuesta del director general de la Policía Nacional, Francisco Pardo.
Así, este año habían sido propuestos tanto Antonio como uno de los agentes de este artículo para que Interior los condecorara con una nueva Medalla al Mérito Policial.
Hasta hace unos días bromeaban juntos de que no creían que se las fuesen a dar a los dos. Pero tristemente Antonio no ha podido ni optar a recibirla. Los delincuentes se acabaron llevando su vida por delante.
Benarrabá, roto 3tl2g
Antonio era natural de Benarrabá, donde la noticia ha sentado como un jarro de agua fría al pueblo, totalmente devastado con su pérdida.
La familia del subinspector es muy conocida en esta pequeña localidad malagueña, solía ser habitual verlo por allí en las fiestas como un vecino más; y su alcalde, Silvestre Barroso, ha decretado tres días de luto en el pueblo. “El fallecido era de la familia y estamos todos rotos”, ha dicho el regidor a EL ESPAÑOL de Málaga.
Si bien, Antonio vivía con su familia en Benalmádena. Estaba casado con su amor de siempre y tenía dos hijos, Manuel y Alba, de 17 y 14 años, a los que sus compañeros han visto nacer.
"Nos alegra de que se le hagan estos homenajes para que ellos, aún menores de edad, tengan un recuerdo y se hagan la idea del nivel de profesionalidad que tenía su padre. De que fue único", añade uno de los agentes.
Se da la fatídica circunstancia de que este jueves, Manuel se enfrentaba a la última jornada de la Selectividad, lo que hace aún más difícil la pronta e inesperada pérdida de su padre.