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Un depósito de 80 m3, dos llamativas 'torres gemelas' y todo ello junto a una calle principal de una urbanización de Miraflores de la Sierra. Así es la planta de gas natural licuado (GNL) que, desde hace unos meses, opera en un vecindario de este municipio del norte de Madrid. La construcción y la actividad de la instalación generó una oleada de quejas de la asociación vecinal Parque Miraflores. Lejos de calmarse los ánimos, la batalla ha ido más allá.

La asociación denunció el asunto a mediados del año pasado porque, a su juicio, la planta está muy cerca de las viviendas de la 'urba' y había "diversas irregularidades en la obra". Tras investigar los hechos, la Fiscalía Provincial de Madrid considera que el ingeniero municipal fue "determinante" para autorizar la infraestructura "pese a no cumplir las distancias de seguridad establecidas" y el "riesgo para la vida e integridad de las personas".

En el escrito, firmado el 7 de febrero y al que ha tenido EL ESPAÑOL, el fiscal acuerda denunciar al técnico del Ayuntamiento ante el Juzgado de Instrucción de Colmenar Viejo por un posible delito contra los recursos naturales y el medio ambiente.

La estación gasista se encuentra en el número 4 de la calle Rafael Alberti de Parque Miraflores. Esta urbanización se construyó hace más de dos décadas. La forman cientos de chalés individuales y pareados de entre tres y cinco dormitorios. El núcleo residencial está a tiro de piedra en coche de Miraflores, una de las localidades madrileñas situadas en el entorno del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.

Tal y como reflejó este periódico en un artículo publicado en abril, este grupo de vecinos se viene quejando desde hace un tiempo de diversas cuestiones, como la proximidad de la instalación de gas a las casas. Es en este punto en el que se centra el escrito del órgano fiscal, que abrió diligencias tras la denuncia formal de los vecinos de Parque Miraflores. Para su investigación, la Fiscalía ha contado con los informes del SEPRONA de la Guardia Civil y de la Policía local del municipio, así como con los expedientes tramitados para las obras de la estación.

Licencia pese a "no cumplir distancias" 3nv5w

Así, se refleja que, como parte del expediente de la licencia de obra mayor, el trabajador municipal emitió un informe favorable en noviembre de 2022 pese a que, en el proyecto presentado, el depósito "no cumplía las distancias de seguridad exigidas por la normativa". En este caso, el 'Reglamento técnico de distribución y utilización de combustibles gaseosos y sus instrucciones técnicas complementarias ICG 01 a 11'.

Para plantas satélites de GNL con un depósito de entre 40 y 80 m3, la normativa obliga a que existan 15 metros de distancia de seguridad entre las instalaciones gasistas y las aberturas de inmuebles y sótanos, límites de propiedad, calles públicas o carreteras. En la documentación recabada por la Fiscalía consta que la infraestructura está a menos de 15 metros de una lavandería que hay en la parcela contigua. Tampoco se cumplen los metros mínimos reglamentarios a la calle Rafael Alberti.

Con el informe favorable del técnico, la Junta de Gobierno acordó finalmente que se concediera la licencia para las obras solicitadas. Más adelante, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso dio su visto bueno para que se construyera la planta satélite, según el relato que expone el fiscal.

Por otro lado, la asociación de vecinos Parque Miraflores ha solicitado su personación en el Juzgado a través del despacho Next Abogados. La polémica planta pertenece a la compañía Madrileña Red de Gas. Aunque la historia de la parcela se remonta a muchos años atrás.

De propano a GNL o4f6d

El alcalde, Luis Guadalix (PP), recordó en un pleno que fue el PSOE quien aceptó en 2003 la donación de una parcela derivada de la cesión del 10% del aprovechamiento urbanístico del sector, con una carga de servidumbre para la instalación de los tanques. Los socialistas, en su defensa, recordaron que fue una petición de los vecinos de la urbanización "pero para darles servicio, no para almacenar y distribuir gas".

Durante años, lo que existió en Rafael Alberti 4 fue una instalación de gas propano gestionada por Repsol. La situación dio un giro cuando Madrileña Red de Gas compró el negocio del gas licuado del petróleo (GLP) a la multinacional energética, según el alcalde. En Miraflores, la distribuidora adquirió los derechos de los tanques. A partir de ahí, Madrileña Red de Gas abordó el desmantelamiento de la planta de propano para sustituirla por una de GNL. La compañía trabajó sobre el terreno para distribuir desde Rafael Alberti a toda la localidad y no solo a Parque Miraflores y a su vecina La Reserva.

Hace unas semanas, en el artículo previo que publicó este diario, la gasista negó irregularidad alguna en las obras y aseguró que Madrileña Red de Gas "no pondría en marcha una instalación en la que no se cumplieran estrictamente todas las normas, inspecciones y medidas de seguridad". El Consistorio, donde trabaja el ingeniero municipal en el punto de mira, también defendió entonces que la estación cumplía "todos los requisitos urbanísticos". El Ejecutivo autonómico, por su parte, indicó que todo se había tramitado y autorizado correctamente.