La Comunidad de Madrid, un enclave esencial para la industria de los centros de datos, enfrenta un desafío energético que podría comprometer su crecimiento y poner en jaque una de las grandes apuestas (a la hora de crear empleo y 'marca' propia) de la presidenta Isabel Díaz Ayuso.
Actualmente, la región cuenta con 35 centros de datos en funcionamiento con una potencia instalada de 204 megavatios (MW) y otros 11 en construcción, que elevarían la demanda total a 510 MW. Instalaciones que podrían verse comprometidas si el apagón nuclear programado en España, y contra el que se ha posicionado la presidenta regional, llega a producirse.
Según ha podido saber Madrid Total, la reducción de energía proveniente de centrales nucleares en España afectará a la disponibilidad de energía y, respectivamente, a la viabilidad de estas industrias.
Madrid se ha convertido en un polo de atracción para estas infraestructuras en España. Según el informe de Cushman & Wakefield publicado esta misma semana, la capacidad total del mercado de centros de datos en el país alcanza los 852 MW, con Madrid liderando con 538 MW. Esto sitúa a la región entre las diez principales ciudades de la región EMEA (Europa, Oriente Medio y África).
El dinamismo del sector y el creciente interés de los inversores en Madrid se refleja, por ejemplo, en transacciones como la reciente adquisición de terrenos por parte de Damac Group para la construcción de un centro de datos, valorado en 400 millones de euros.
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Zonas como Alcobendas y el Corredor del Henares, como señala el propio informe, se han convertido en áreas muy atractivas para poner en marcha este tipo de instalaciones, con la inversión que eso revierte para el municipio y los puestos de trabajo que se crean.
Pero todo este castillo de naipes podría desmoronarse si se produce un apagón nuclear: la estabilidad de la red eléctrica es fundamental para el correcto funcionamiento de los centros de datos.
De hecho, hay que recordar la consigna proclamada esta semana por la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, de que el 40% de la energía que se consume en la Comunidad de Madrid proviene de las centrales nucleares de Almaraz y Trillo. Su cierre incrementará la dependencia de centrales de gas, lo que podría suponer un reto para garantizar un suministro estable y suficiente para las nuevas infraestructuras digitales.
Además, el aumento derivado en la demanda del gas elevará los costes energéticos, impactando directamente en la operatividad de los centros de datos.
En 2024 ya se registraron episodios en los que fue necesario activar el Sistema de Respuesta Activa de la Demanda debido a cortes de suministro. Sin la contribución de la energía nuclear, estos episodios podrían intensificarse en los próximos años, afectando a la industria y a otros sectores con alta dependencia de la electricidad.
A toda esta situación hay que sumarle, además, la falta de inversión en redes de transporte y distribución de energía supone un obstáculo para la expansión del sector.
Las inversiones proyectadas en centros de datos superan las capacidades establecidas en el plan quinquenal de Red Eléctrica para el periodo 2021-2026, lo que podría limitar la viabilidad de futuras instalaciones.
El almacenamiento de energía es otro de los aspectos que preocupan a la región. España tiene previsto alcanzar una capacidad de almacenamiento de 20 GW en 2030 y 30 GW en 2050. Sin embargo, estos sistemas aún se encuentran en fases iniciales de desarrollo y no pueden suplir de inmediato la generación de electricidad que aportaban las centrales nucleares.
Con toda esta situación, es fácil ver que estos problemas con el suministro energético son un factor determinante para la inversión en centros de datos. La disponibilidad de energía fiable y a un coste competitivo es clave para la expansión del sector en Madrid. Sin un garantizado a la energía necesaria, las empresas podrían reconsiderar sus planes de inversión en España.
Por ello, desde la Comunidad de Madrid se han preocupado en señalar estas semanas la necesidad de asegurar un suministro estable y planificado a largo plazo. Algo que se podría conseguir manteniendo abierta Almaraz o, como ha propuesto la presidenta Ayuso, instalando pequeños reactores frente a industrias 100% demandantes, como son los centros de datos.