El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, instantes antes de entrar en el Air Force One.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, instantes antes de entrar en el Air Force One. Reuters 475u

Opinión EN EL MOMENTO ADECUADO

Siguen sin entender cómo funciona Donald Trump 3lwv

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A los medios de comunicación españoles les está costando mucho entender la forma de negociar de Donald Trump. Es curioso, porque hay una expresión -que también se utiliza en España- que lo define muy bien: el palo y la zanahoria.

La estrategia del palo y la zanahoria no es muy sutil, pero tampoco lo es Donald Trump. Se trata de combinar amenaza con recompensa. Primero te amenazo y, si respondes adecuadamente, recibes un premio.

Los medios se pueden permitir no entender nada, pero los inversores tienen la necesidad de entender lo que está ocurriendo. Y de analizarlo de forma objetiva, salvo que les importen más sus preferencias políticas que la rentabilidad de sus inversiones. Porque con Trump ambas cosas pueden chocar.

Objetividad y ausencia de opinión política es un requisito inexcusable en el caso del asesor financiero

No es fácil que te guste Trump, pero, en la medida en que afecta a tus inversiones, tienes que hacer el esfuerzo de entender su forma de actuar y sus objetivos. Y cómo afecta todo ello a la evolución de los mercados financieros. O a las inversiones de tus clientes, si, como es nuestro caso, eres un asesor.

De hecho, objetividad y ausencia de opinión política es un requisito inexcusable en el caso del asesor financiero, al que le pagan por ayudar a sus clientes a rentabilizar sus ahorros e inversiones. El asesor financiero que se deja llevar por sus opiniones políticas en lugar de por el análisis objetivo no es un buen asesor.

En los medios de comunicación vemos hasta qué punto las preferencias políticas afectan a la calidad de la información: pese a que Trump repite una y otra vez exactamente la misma táctica, ellos siguen sin entender lo que hace. Pues eso es, precisamente, lo que no puede hacer un inversor (o su asesor).

Todo empezó con un “palo” muy gordo: la amenaza de unos aranceles totalmente surrealistas, en aquel nefasto 'Día de la Liberación'. Bueno, nefasto para quien no hubiera acumulado liquidez para así aprovechar para comprar barato, en previsión de que esto es lo que haría Trump, precisamente porque es lo que ha hecho toda su vida (aunque hemos de reconocer que en esta ocasión superó todas las expectativas).

El 'Día de la Liberación' fue nefasto para quien no hubiera acumulado liquidez para aprovechar y comprar barato

Luego llegó la zanahoria en forma de tregua. Y el mundo respiró aliviado. Pero, para Trump, lo importante es que sus contrapartes en la negociación ya estaban más blanditos. Y todos en fila negociando.

Es más, después de un susto como ese, a todos les parece razonable un arancel de, por ejemplo, el 5% (de media), habiendo sido amenazados con un 30% o un 40%. Y a Trump incluso un 5% le viene bien, porque es el doble de lo que cobraba Biden (una información que los medios ignoran y no tienen interés en conocer).

Pero con la UE hemos topado, debió de pensar Trump cuando le informaron recientemente sobre el desarrollo de las negociaciones. Esa Unión Europea de la póliza y del “venga usted mañana”, de la burocracia y de la indefinición.

Y como es Trump, no se lo pensó dos veces y sacó de nuevo el palo. Y, como es lógico, en un tipo como Trump, el palo en esta ocasión es mayor que en la anterior. Lo que los americanos denominan double down cuando juegan al póquer (y nosotros envidar más en el mus). Así que 50%. Y nada de esperar al 8 de julio: ya mismo.

Úrsula Von der Layen levantó el teléfono y le aseguró a Trump que se pondría las pilas

Como era de esperar, Ursula von der Leyen levantó el teléfono y le aseguró a Trump que se pondría las pilas. "Europa está dispuesta a avanzar en las conversaciones con rapidez y decisión", escribió en X.

Eso era exactamente lo que esperaba Trump, pese a que los medios españoles han dicho que se había echado atrás. Digan lo que digan, la realidad es que ya está cobrando una pasta en aranceles.

Si estos aranceles pasaran a ser simplemente del 5% ya sería el doble de lo que cobraba EEUU con Biden y que, si algo está garantizado, es que va a conseguir que se reduzcan las trabas comerciales para EEUU en todos los mercados.

Eso es tan real y objetivo como lo desagradable y basto que puede resultar Trump. Pero es el tipo de análisis que deben realizar los inversores.

Ahora el inversor o su asesor tendrán que determinar cuál es la dirección de estas negociaciones. Si las probabilidades se inclinan hacia acuerdos al final de la tregua o, por el contrario, si se volverá a las hostilidades.

Y si utiliza los traspiés provocados por las diatribas de Donald Trump como oportunidad de compra o las zanahorias como ventana de oportunidad para salir del mercado. Pero lo que seguro que no tiene que hacer es tomar esas decisiones con base en sus simpatías o antipatías políticas.

***Víctor Alvargonzález es socio fundador de la empresa de asesoramiento financiero independiente Nextep Finance.