Una instalación de autoconsumo fotovoltaico.

Una instalación de autoconsumo fotovoltaico. Engel Energy 713b5k

Opinión

Lecciones de un apagón: ¿cómo conseguir que mi sistema de almacenamiento funcione como respaldo si la Red falla? 1t3361

Manuel de Castro, Executive Partner de Opengy
Publicada

El pasado lunes 28 de abril pasará a la historia energética de la península ibérica como una fecha inesperada y aleccionadora. En medio del apagón generalizado en España y Portugal, lo que para muchos parecía una garantía energética resultó ser un espejismo. Me refiero al caso de todos aquellos que, pese a tener una instalación fotovoltaica con baterías a plena carga, también se quedaron sin luz y para quienes el desconcierto fue generalizado.

Y no porque la tecnología fallara, sino porque nadie les explicó que tener baterías no es sinónimo de tener un sistema de respaldo energético. En otras palabras, no basta con tener energía almacenada si el sistema no está configurado para dar ese servicio.

Aquí radica el verdadero problema: la falta de información y asesoramiento. La mayoría de las instalaciones de autoconsumo actuales están diseñadas para generar y consumir energía solo cuando hay red eléctrica disponible. Es decir, el sistema depende de que la red funcione para operar, incluso si hay sol o baterías cargadas.

La mayoría de las instalaciones de autoconsumo actuales están diseñadas para generar y consumir energía solo cuando hay red eléctrica disponible

Esto se debe a que muchos inversores —el corazón del sistema de autoconsumo fotovoltaico y almacenamiento— son del tipo “grid-tied” o de conexión a red. Estos dispositivos necesitan una señal eléctrica externa para sincronizar su funcionamiento. Si esa señal desaparece, como ocurrió el 28 de abril, se desconectan automáticamente como medida de seguridad. Por tanto, dejan de suministrar electricidad, aunque la batería esté al 100% o aunque haya sol.

Para que una instalación pueda seguir funcionando de forma autónoma cuando la red falla —lo que se conoce como operar en modo isla o backup—, es necesario que el sistema cuente con un inversor de tipo “aislado” o “grid-forming”. Este sí es capaz de generar su propia señal de frecuencia y tensión, actuando como una mini red eléctrica independiente. Es decir, es capaz de crear “su propia red”, aislando el suministro del resto del sistema eléctrico.

¿Por qué no se instala más esta tecnología? 1i5b6u

La respuesta es sencilla: es muy poco frecuente en España que falle la Red y tiene un sobrecoste. Los sistemas preparados para funcionar en modo isla son algo más caros que los convencionales. Y como hasta ahora los apagones eran poco frecuentes en España, muchos consumidores y empresas no consideraban necesario asumir ese sobrecoste, aunque no sea relevante.

Pero el contexto energético está cambiando y los retos de estabilidad de la red hacen que eventos como el del 28 de abril puedan repetirse. No se trata de ser alarmistas, sino realistas. Además, hay sectores en los que el coste de un apagón puede ser infinitamente mayor que el de instalar un buen sistema de respaldo: hospitales, centros de datos, industrias con procesos críticos, laboratorios, supermercados, etc. Para estas actividades, disponer de energía continua no es una comodidad, sino una necesidad.

¿Qué alternativas hay para garantizar el suministro? u3ij

Tradicionalmente, la solución de emergencia ha sido instalar un generador diésel. Es una opción barata en términos de inversión inicial, aunque más cara de operar, ya que requiere combustible, mantenimiento y revisiones periódicas. Además, contamina y no está alineada con los objetivos de sostenibilidad que muchas empresas ya han asumido.

Hoy, con el avance del autoconsumo y la bajada del precio de las baterías, cada vez tiene más sentido pensar en soluciones híbridas: sistemas solares con almacenamiento que también puedan funcionar como respaldo energético siempre y cuando cumplan ciertos requisitos técnicos.

Cada vez tiene más sentido pensar en soluciones híbridas: sistemas solares con almacenamiento que también puedan funcionar como respaldo energético siempre y cuando cumplan ciertos requisitos técnicos

La buena noticia es que muchas instalaciones ya existentes pueden adaptarse. No siempre es necesario sustituir todo el sistema. Basta con añadir los elementos adecuados.

Y es precisamente ahí donde entra en juego el asesoramiento técnico personalizado. Recientemente, desde Opengy diseñamos un sistema para una empresa que identificó claramente sus consumos críticos: refrigeración industrial, servidores informáticos y ciertos equipos de seguridad. Estos posibles “puntos débiles” hacían necesario contar con un sistema solar con almacenamiento que garantizara que siguieran funcionando en caso de fallo de red.

Así pues, la jornada del 28 de abril, cuando toda la red eléctrica peninsular se vino abajo, su sistema entró automáticamente en modo isla. La instalación fotovoltaica, combinada con las baterías, mantuvo el suministro durante toda la tarde y noche, hasta que la red volvió a estar operativa a la 1:30 de la madrugada. De esta forma no solo se evitaron importantes pérdidas económicas, sino que la empresa reforzó su imagen como organización resiliente y preparada.

¿Qué otras ventajas ofrece un sistema de almacenamiento? 5p340

Más allá de la función de respaldo, las baterías aportan múltiples beneficios económicos y operativos. Permiten aprovechar los excedentes solares durante las horas de mayor producción, almacenando esa energía para utilizarla más tarde, por ejemplo, durante la noche. También permiten realizar arbitraje energético, es decir, cargar las baterías cuando la energía es más barata (como en horarios valle) y utilizarla cuando el precio sube, lo que se traduce en un ahorro real en la factura eléctrica.

Otra ventaja significativa es la posibilidad de reducir la potencia contratada. Muchas empresas sufren penalizaciones por picos puntuales de consumo, como los que se producen al arrancar maquinaria pesada. El uso de baterías en esos momentos permite reducir la demanda de la red, evitando sobrecostes. A esto se suma la mejora de la calidad de la instalación eléctrica, ya que las baterías pueden ayudar a compensar energía reactiva, equilibrar las fases o suavizar las fluctuaciones de tensión.

Por último, el almacenamiento puede facilitar la instalación de puntos de recarga para vehículos eléctricos sin necesidad de aumentar la potencia contratada con la distribuidora. Esta flexibilidad operativa no solo permite ahorrar, sino que también facilita la integración de nuevos usos energéticos sin limitaciones estructurales.

En definitiva, el almacenamiento otorga un mayor control sobre la energía que consumimos y generamos.

¿Y qué pasa con la rentabilidad? 215h67

Todavía hay quien piensa que las baterías son caras y no rentables. Es cierto que su precio fue una barrera en el pasado. Pero ya no lo es tanto. La bajada de costes y los avances tecnológicos, han cambiado el escenario.

El apagón del 28 de abril fue un toque de atención. Nos recordó que, aunque las energías renovables nos acercan a un modelo más limpio y autónomo, todavía hay aspectos técnicos que requieren atención y el almacenamiento jugará un papel importante en el futuro sistema eléctrico (también en el de cada consumidor).

Contar con un sistema de autoconsumo fotovoltaico con almacenamiento no es suficiente si no está diseñado para responder ante emergencias. Por eso, antes de decidir qué instalar, es fundamental informarse, comparar opciones y plantearse objetivos claros.

*** Manuel de Castro, Executive Partner de Opengy.