Varios personas ante la tienda de Apple en la Grand Central Station de Nueva York.

Varios personas ante la tienda de Apple en la Grand Central Station de Nueva York. Reuters 675el

Tecnología

El iPhone, un 40% más caro: los aranceles amenazan el negocio de Apple y la capacidad de EEUU para competir con China j2xy

El precio de los dispositivos electrónicos se disparará y el proceso de transformación digital podría frenarse como consecuencia de los aranceles. 1h4i2t

Más información: La UE ofrece a Trump bajar todos los aranceles en lugar de subirlos pero amenaza a las 'big tech' si el diálogo fracasa 5h6d5f

Publicada

Comprar un iPhone en Estados Unidos podría acabar siendo más de un 40% más caro que en la actualidad por culpa de los aranceles anunciados por Donald Trump el pasado 2 de abril en el denominado 'Día de la Liberación'. Un aumento de precio que no sólo sufrirán los productos de Apple, sino también los del resto de marcas que fabrican sus dispositivos en países como China o Taiwán.

Sin embargo, a nivel tecnológico, las consecuencias no se limitarán a unos teléfonos móviles u ordenadores más caros. Analistas y empresas avisan también que puede poner en riesgo la transformación digital de Estados Unidos y socios como Europa, permitiendo así a China alcanzar una posición de dominio aún mayor en el desarrollo digital.

Citi apunta que más del 90% de los productos de Apple se fabrican en China, país para el que Donald Trump ha impuesto unos aranceles del 54%. De ahí, las fuertes caídas registradas en bolsa por la compañía de la manzana en estos dos días, en los que se ha dejado alrededor de un 16% de su valor.

Según los cálculos realizados por la firma de análisis Rosenblatt Securities, Apple se verá obligada a incrementar los precios de muchos de sus productos para compensar el coste que supondrá para la compañía los nuevos aranceles y que cifra en unos 39.500 millones de dólares (unos 36.036 millones de euros al tipo de cambio actual).

En concreto, apunta a un incremento medio del 43% para los iPhones y los Apple Watches, del 42% para los iPads y del 39% para los AirPods o los ordenadores Mac. En consecuencia, el precio del iPhone más barato lanzado el pasado mes de febrero pasaría de 599 dólares a 856 dólares y el del 16 Pro Max de 1.599 dólares a 2.300 dólares.

En esta línea, los analistas de Wedbush apuntan que en general los aranceles provocarán una subida de los precios de todos los dispositivos electrónicos de entre un 40% y un 50%. Pero es que la alternativa es aún más costosa. Un iPhone fabricado en Estados Unidos costaría de media unos 3.500 dólares, frente a los 1.000 dólares actuales.

Asimismo, Cosmos Currency Exchange señala que fabricantes de ordenadores como Dell o HP registrarían aumentos de costes de entre el 10-25%, lo que aumentaría entre 200 y 500 dólares el coste por unidad. Un escenario ante el cual las empresas sólo tienen dos opciones: o reducir sus márgenes o subir sus precios.

Digitalización 2h162v

Además, hay que tener en cuenta que serían necesarios de cuatro a cinco años para construir una fábrica en EEUU. Y el coste de la mano de obra en el país norteamericano no es realista para este tipo de fábricas, al mismo tiempo que las habilidades de los trabajadores están muy lejos de las que se necesitan para llevar a cabo esta transición a la que obligan los aranceles de Trump.

"El daño económico que generarán estos aranceles es difícil de describir y, en esencia, puede hacer retroceder una década a la industria tecnológica estadounidense mientras China avanza de forma arrolladora", advierten desde Wedbush.

Además, los analistas de la firma señalan que en sus 25 años cubriendo el sector tecnológico nunca habían visto "una debacle autoinfligida de proporciones épicas como la lista de aranceles de Trump" de los últimos días.

"El concepto de llevar a Estados Unidos de regreso a la 'época manufacturera' de 1980 con estos aranceles es un mal experimento científico que, en nuestra opinión, provocará un Armagedón económico y aplastará el comercio tecnológico, la revolución de la inteligencia artificial (IA) y la industria en general", resaltan.

Alarma en la industria 3s1r1o

Pero los avisos del impacto que los aranceles pueden tener en el ámbito tecnológico y digital no llegan sólo desde los analistas económicos. La propia industria, tanto en Europa como en Estados Unidos, ha puesto de relieve las consecuencias que tendrán tanto para los consumidores como para el proceso de digitalización a ambos lados del Atlántico.

DigitalEurope, la patronal de la industria digital en el Viejo Continente, ha mostrado su "firme oposición" a los aranceles por el daño económico que podrían causar. "La introducción de aranceles genera incertidumbre en las cadenas de suministro, incrementa los costes para empresas y consumidores y, en última instancia, pone en peligro el crecimiento y el empleo", avisa.

En este sentido, remarca que se trata de un impuesto adicional sobre productos esenciales para el funcionamiento de la economía digital, como maquinaria avanzada, tecnologías de red y equipos de telecomunicaciones. "Es perjudicial tanto para EEUU como para Europa", incide.

Así, asegura que, juntas, ambas regiones pueden ganar la carrera tecnológica, pero advierte de que, para ello, las empresas necesitan un mercado transatlántico abierto que les permita "escalar, innovar y crear productos y soluciones que puedan generar valor y mantenernos seguros".

Además, DigitalEurope alerta de que también ponen en peligro la seguridad colectiva, ya que EEUU y la UE dependen mutuamente de las tecnologías críticas que definirán el futuro. "Los costes adicionales ralentizarán su desarrollo y perjudicarán a las empresas de defensa y de uso dual que innovan en la próxima generación de tecnologías que nos mantendrán seguros", recalca.

En esta misma línea, se ha pronunciado Consumer Technology Association (CTA), la mayor asociación de comercio tecnológico de Estados Unidos y de la que forman parte desde startups hasta grandes marcas como la propia Apple. Y su respuesta es clara: "los estadounidenses se empobrecerán a causa de estos aranceles".

Gary Shapiro, consejero delegado y vicepresidente de la CTA, asegura que se tratan de "aumentos masivos de impuestos" a los ciudadanos que impulsarán la inflación, destruirán empleo y pueden causar una recesión en la economía estadounidense. Además, añade que obligarán a los socios comerciales del país a tomar represalias.

"Esta no será una época dorada, sino una vuelta a la catástrofe económica mundial de los aranceles Smoot-Hawley de la década de 1930, que perjudicará de forma desproporcionada a los estadounidenses de bajos ingresos y trabajadores", remarca Shapiro, quien subraya que los políticos elegidos en Washington "tendrán que rendir cuentas ante los votantes" por ello.