El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante una sesión plenaria, en el Congreso de los Diputados, a 7 de mayo de 2025.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante una sesión plenaria, en el Congreso de los Diputados, a 7 de mayo de 2025. Fernando Sánchez / Europa Press 115z59

Observatorio de la Energía

Recurso en España para 18 años de suministro y un plan europeo para cortar con Rusia: claves del debate sobre el uranio 251x1m

La mina de Berkeley, las inversiones europeas en enriquecimiento y la hoja de ruta de Bruselas ponen en duda las recientes declaraciones de Sánchez. 3o5937

Más información: La UE prohibirá la compra al contado de gas ruso desde finales de 2025 y los contratos a largo plazo en 2027 2m2c6n

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Las declaraciones de Pedro Sánchez el miércoles en el Congreso de los Diputados, en las que afirmó que “España no produce uranio”, provocaron una lluvia de críticas y reavivaron la controversia sobre la energía nuclear y la minería de uranio.

El presidente del Gobierno matizó después que los yacimientos fueron abandonados por su “inviabilidad económica” y su impacto contaminante, además de señalar que la capacidad para procesar y enriquecer uranio se concentra en Rusia y China. Pero, ¿realmente se ajustan estas explicaciones a la realidad de los recursos y las alternativas que España tiene a su disposición?

Según la empresa pública Enusa, el 86% del uranio que consume hoy España proviene de países bajo la influencia de Rusia. Aunque nuestro país no cuenta con actividad minera de uranio, alberga uno de los yacimientos más grandes de Europa: la mina de Retortillo, en Salamanca.

España posee aproximadamente 34.400 toneladas de uranio, lo que equivale a 89 millones de libras de triuranio octóxido, el compuesto utilizado en la industria nuclear, según el Red Book 2022. Estos recursos están bajo los derechos mineros de la empresa australiana Berkeley, encargada del proyecto de Retortillo.

De ese total, 54,6 millones de libras han demostrado ser económicamente viables y técnicamente factibles, lo que podría representar alrededor de 18 años de suministro de uranio para el 100% del parque nuclear español.

No obstante, en 2021 el Ministerio para la Transición Ecológica, bajo la dirección de Teresa Ribera, rechazó la iniciativa después de recibir un informe negativo del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que recomendaba no conceder la licencia.

El motivo no fue económico, como señaló Sánchez, sino por riesgos medioambientales asociados. En particular, los relacionados con la gestión de residuos radiactivos y la posible contaminación de aguas subterráneas, que eran demasiado elevados. Aunque Berkeley Minera España presentó modificaciones para mitigar estos riesgos, el Gobierno mantuvo su decisión.

De hecho, la empresa australiana ha interpuesto una demanda ante el CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones) contra el Estado español.

En su defensa, sostiene que la negativa del Gobierno no siguió el procedimiento legalmente establecido, al no considerar los informes de mejora presentados junto a la solicitud inicial. La empresa busca que un organismo independiente valore su propuesta de manera integral.

El uranio, en los planes de Europa 30s3n

España carece de plantas de enriquecimiento de uranio, tal y como señaló Pedro Sánchez, pero puede acceder a la capacidad europea. En Europa, dos grandes actores dominan este mercado: Urenco -conformado por Reino Unido, Alemania y los Países Bajos- y Orano -la principal empresa sa del sector-.

Si bien Rusia y China desempeñan un papel importante en la conversión y enriquecimiento de este recurso, “el mercado global de uranio natural y procesado es bastante diversificado”, tal y como recoge la Comisión Europea en su hoja de ruta para acabar con la dependencia energética de Rusia, presentada este martes.

Lo que sí advierte la Comisión es que “un obstáculo importante es la concentración de los servicios de conversión y enriquecimiento de uranio, necesarios para transformar el uranio procesado en combustible nuclear, en un número limitado de empresas”.

Europa cuenta con instalaciones propias, pero estas resultan insuficientes para satisfacer la demanda, especialmente en el contexto de resurgimiento de la energía nuclear que vive el continente desde 2022

Los baluartes del enriquecimiento de uranio en Europa ya han puesto en marcha planes para ampliar su capacidad. En diciembre de 2023, Urenco aprobó una inversión para aumentar un 15% la producción de su planta de Almelo (Países Bajos). Además, está modernizando e incrementando sus instalaciones en Gronau (Alemania) y Eunice (Estados Unidos).

Por su parte, Orano aprobó en octubre de 2023 una inversión de aproximadamente 1.700 millones de euros para incrementar en más de un 30% la capacidad de la planta Georges Besse 2, ubicada en Tricastin (Francia). Esta inversión cuenta con el respaldo del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que formalizó en marzo de este 2025 un préstamo de 400 millones de euros para financiar la ampliación.

Pero "la primera nueva instalación de enriquecimiento no se espera antes de 2027", alerta Bruselas en su estrategia para cortar lazos con Rusia. Además, "la industria global de conversión de uranio enfrenta obstáculos para aumentar la producción debido a la complejidad tecnológica y a las incertidumbres del mercado", añade.

Por esta razón, y lejos de tratarlo como un sector de escasa relevancia estratégica -tal como ha insinuado el presidente del Gobierno español-, la Comisión Europea ha anunciado su intención de impulsar una "acción sistemática" entre los Estados para "eliminar los suministros de combustible nuclear, servicios de combustible y repuestos provenientes de Rusia y reemplazarlos, con el tiempo, con alternativas totalmente europeas".

La Comisión buscará hacer que "las importaciones rusas de uranio enriquecido sean menos viables económicamente, presentando, el próximo mes, medidas comerciales sobre la importación de uranio enriquecido".

Esto "equilibrará las condiciones y alentará decisiones políticas y empresariales en los Estados pertinentes para acelerar la inversión y el fortalecimiento de la capacidad, desarrollar una cadena de valor de la UE y diversificar gradualmente lejos de Rusia, permitiendo suministros de otros socios internacionales", ha apuntado en su reciente hoja de ruta.

Así, requerirá que los Estados desarrollen planes nacionales con acciones concretas y plazos, y recomienda que "los Estados presenten sus primeros planes nacionales antes de finales de 2025, "con el objetivo de proporcionar tranquilidad y previsibilidad a los actores económicos al tomar decisiones de inversión para disponer de suficiente capacidad de conversión y enriquecimiento de uranio".