
El presidente de Celsa Group, Rafael Villaseca. Celsa 2v3235
La salida de Simón recorta las opciones para que Criteria entre en el capital de Celsa 5q3a5v
El nombramiento de Rafael Villaseca como presidente de Veolia y su cercanía con Fainé no garantizan que la ampliación de capital prevista se vaya a hacer. 6t1t2s
Más información:La apuesta de Fainé poniendo a Reynés al frente de Criteria augura "cambios profundos" en el universo Caixa. u6k6z
La salida de Ángel Simón de Criteria ha dejado todavía más en el aire la opción de que el brazo inversor de la Fundación La Caixa entre en el capital del grupo siderúrgico Celsa, una operación de la que se anunció un principio de acuerdo a primeros de abril, pero que quedó paralizada quince días después.
Fuentes empresariales conocedoras de la situación aseguran que "quien daba por hecha esa ampliación de capital, que se olvide, porque está más lejos que nunca de ser aprobada". Desde la corporación declinan hacer valoraciones al respecto, más allá de que se trata de una operación en estudio, sin más.
Este mismo miércoles se ha conocido el nombramiento del actual presidente de Celsa, Rafael Villaseca, como presidente también no ejecutivo de Veolia España (propietaria de Aguas de Barcelona) con el visto bueno de Isidro Fainé. Hace apenas un mes que Criteria se hacía con un 5% del capital de Veolia con una inversión de 1.000 millones de euros.
Lejos de considerar ese acercamiento al presidente de Celsa como un acicate para la operación, desde el propio entorno de Caixa se advierte que la situación sigue igual, pendiente de ser revisada y sin más visos de salir adelante que los que tenía hace una semana. Hay incluso quien lo ve más lejos todavía.
El bloqueo de la operación de Celsa ha sido uno de los motivos que se aducen para justificar la salida de Ángel Simón, si bien fuentes bien informadas aseguran que las reticencias entre el CEO de Criteria y el presidente de la Fundación, Isidro Fainé, venían de mucho antes.
Ángel Simón había sido uno de los grandes impulsores de la entrada de Criteria en Celsa, auspiciada sobre todo desde la Generalitat y las istraciones catalanas, que tras el concurso de acreedores y la llegada al poder de los fondos acreedores no veían con claridad el proyecto industrial del grupo.
La sentencia que sacó de la empresa a los Rubiralta y la dejó en manos de los fondos obliga a que haya un inversor industrial español que garantice que el centro de decisiones se queda en España. En Celsa contaban con Criteria para eso, pero no parece que vaya a ser así, dado que la corporación también necesita que haya un plan industrial previo para justificar su inversión.
Reto para Reynés 17342o
Este va a ser uno de los primeros temas espinosos en los que se va a tener que involucrar el nuevo vicepresidente de Criteria, Francisco Reynés, si bien todo apunta a que el proyecto no cumple, por ahora, con todas las garantías para que se lleve a cabo la ampliación de capital en un 20% que se había previsto como cauce para entrar en el capital.
No obstante, en el entorno más catalanista del grupo Caixa no se entendía la nueva apuesta por salvar a Celsa y convertirse en el socio industrial español que reclaman los fondos, cuando en su día no se quiso apoyar a la familia Rubiralta, propietaria del grupo que dejó la entidad por la sentencia judicial derivada del concurso de acreedores.

Esas mismas fuentes aseguran que la gran apuesta de valor que entonces tenía la compañía pasaba por su expansión internacional y la compra de las filiales de Polonia, Reino Unido y los países nórdicos, precisamente las primeras que se pusieron a la venta por parte de los fondos.
De hecho, a primeros de año se ha cerrado la venta de toda la parte británica y la de las empresas de Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamarca, por un montante que se estima en 600 millones de euros, al grupo checo Seven Global Investment. Quedaría por hacer la enajenación de la filial polaca, que es la más valiosa de todas.
Desde la empresa se aseguró que todo ese dinero irá directamente a la reducción de la deuda, mientras se continúa con la definición del nuevo plan industrial y la reorganización financiera.
A falta de los resultados de 2024, fuentes del sector advierten que el año no ha sido bueno y afronta un 2025 lleno de incertidumbre por los aranceles de Trump y la guerra comercial en marcha.
Los empresarios españoles del sector no temen tanto las tasas que imponga EEUU, un mercado en el que han entrado poco en el último año, como una avalancha de exportaciones desde China y el sudeste asiático, con todo el material sobrante que acumulen, que tumbe los precios a la baja y recorte sus ingresos.
Con ese escenario sobre la mesa y la deuda que acumula la compañía, estimada en unos 1.600 millones de euros, fuentes empresariales del sector aseguran que la ampliación planteada apenas ofrecería garantías para recuperar la delicada situación financiera e industrial de Celsa.