Ahora que hablar de tierras raras y de minerales críticos por su especial geolocalización, quizás sea un buen momento para advertir en el Nanoclub de Levi sobre cómo la diplomacia internacional se activa en función de intereses económicos o, más crudamente, la minería subyace en la mayoría de los conflictos sobre los que pongamos la lupa. 5m6854
La República Democrática del Congo, por ejemplo, intercambia sus recursos por garantías de seguridad de Estados Unidos, que ya saben que está negociando un acuerdo similar con Ucrania. La demanda de minerales vitales para las tecnologías renovables casi se triplicará para 2030, y la carrera por recursos como el litio y el cobalto se intensificará, a medida que Europa y Donald Trump buscan romper el control de China en la cadena de suministro.
Pero las consecuencias ambientales y sociales para las poblaciones locales también están aumentando a medida que los países ricos en recursos aceleran esta especie de fiebre verde global. La República Democrática del Congo, el país más grande del África subsahariana, alberga vastas reservas de minerales estratégicos como coltán, cobalto, cobre y litio. Su riqueza mineral se estima en 24.000 millones de dólares.
No hace falta leer los informes de Naciones Unidas para entender que los conflictos han estallado periódicamente durante décadas, alimentados en parte por el comercio ilícito de estos minerales. Más de 100 grupos armados, como el M23, mayoritariamente tutsi y respaldado por Ruanda, han ido tomado el control de las minas, lo que ha provocado la muerte de al menos 7.000 personas y el desplazamiento de otras 600.000.
Desde el avance del M23, la Unión Europea se ha visto presionada para congelar un acuerdo sobre minerales con Ruanda, ante el temor de que esté alimentando el conflicto. En diciembre pasado, la República Democrática del Congo presentó denuncias penales contra las filiales de Apple en Francia y Bélgica, acusando a la empresa tecnológica de utilizar minerales de conflicto en su cadena de suministro. Apple, obviamente, niega todo, pero Bélgica ha designado un juez de instrucción para decidir si presentar cargos penales. Veremos
Otro ejemplo. Ucrania tiene depósitos de 22 de los 34 minerales identificados como críticos por la UE. Entre ellos, tiene las mayores reservas de titanio del continente, utilizado en turbinas eólicas, pilas de combustible y baterías. Dado que estos recursos representan potencialmente billones de dólares de riqueza sin explotar, el país se está acercando a un acuerdo crucial sobre minerales con EEUU.
En el caso de Groenlandia, ansiada por Trump como si fuera un objeto al alcance de su billetera, su riqueza se basa en los minerales llamados de emisiones netas cero, como el grafito y el litio, ampliamente utilizados en baterías, o las tierras raras, que son vitales para impulsar los vehículos eléctricos y turbinas eólicas. Aunque muchos groenlandeses ven su riqueza mineral como un camino hacia la independencia, las empresas mineras han visto sus proyectos estancarse en medio de la burocracia y la oposición indígena o local.
Pero esto podría cambiar ahora, ya que el Partido Democrático, etiquetado como pro-empresarial, consiguió una victoria sorpresa en las últimas elecciones, un resultado que podría impulsar la apuesta de Trump por aprovechar la riqueza mineral de la isla.
Y si miramos a Chile, allí se encuentran las mayores reservas mundiales de litio, denominado “oro blanco”, empleado en almacenamiento de energía y vehículos eléctricos. Sin embargo, el 90% de las reservas de litio están en el desierto de Atacama y su extracción utiliza enormes cantidades de agua, agotando y contaminando los limitados suministros para las empresas y las comunidades indígenas, a la vez que amenaza los frágiles ecosistemas.
Chile dijo que en 2023 planeaba tomar el control estatal de la industria del litio y desarrollar métodos de extracción más sustentables en consulta con las comunidades indígenas afectadas. Se espera que el gobierno lance una estrategia nacional de minerales en 2025 y planea invertir alrededor de 83.000 millones de dólares hasta 2033.
El último caso sería Brasil. Con reservas de níquel, litio, casiterita y bauxita, Brasil ha experimentado un aumento de las actividades mineras, así como conflictos en zonas amazónicas ricas en biodiversidad y hogar de pueblos indígenas.
Un informe de la ONG brasileña Terra de Direitos detectó 348 conflictos que enfrentaron a pequeños agricultores, trabajadores, pueblos indígenas y afrodescendientes con empresas mineras entre 2020 y 2023. Brasil planea intensificar este año la actividad con nuevos proyectos de exploración, particularmente en el Valle de Jequitinhonha, en el sudeste, foco del proyecto conocido como el "valle del litio" del gobierno estatal destinado a atraer inversores, en esta fiebre verde local que afecta al mundo.