
Mina de litio en Portugal. Foto de Unsplash. 4i6g5u
Litio: el nuevo oro del siglo XXI 57q51
La fiebre por el litio provoca una nueva colonización. 6t3a4c
California experimentó una migración masiva a mediados del siglo XIX después de que el explorador James W. Marshall encontrara oro en Sutter’s Mill, cerca de la actual capital de Sacramento. Su descubrimiento hizo que el pequeño asentamiento de San Francisco se convirtiera en una gran urbe.
El oro llevó a que California se convirtiera en otro estado más de Estados Unidos en el año 1850. Dos siglos más tarde, el oro ha sido relegado a un segundo plano por otro metal: el litio, pieza clave en la transición ecológica.
La proliferación del coche eléctrico ha provocado que los países ricos se lancen a una nueva campaña colonizadora para hacerse con las reservas de litio allá donde aparezca este metal alcalino.
Silicon Valley encabeza la nueva fiebre del oro. Ahora que la meca tecnológica del mundo ejerce más influencia que nunca en el nuevo gobierno del país, no es de extrañar el interés de la istración Trump por hacerse con este recurso finito allá donde se halle.
Ucrania atraviesa su situación más delicada desde que comenzara la invasión rusa el 24 de febrero de 2024. Tras la victoria de Trump, Estados Unidos parece interesado en acercarse a Rusia y negociar la paz en Ucrania. La pregunta es, ¿cuánta fuerza tendrá el presidente ucraniano Volodímir Zelenski en estas negociaciones?Trump ha puesto un precio: el 50% de las reservas de minerales ucranianas a cambio de un acuerdo favorable para el país. De esta manera, Estados Unidos se cobra los miles de millones de dólares aprobados por el Congreso durante los últimos tres años para subsidiar la guerra y al gobierno ucraniano.
Zelenski no llegó a descartar la oferta por completo, pero tampoco la aceptó, argumentando que la propuesta del país aliado no “cuenta con las provisiones de seguridad necesarias para Ucrania”.
El interés de Silicon Valley y de Estados Unidos por los recursos naturales de otros países es más evidente que nunca.
Trump también ha puesto su mirada en Groenlandia, un territorio con un gran potencial mineral. El derretimiento acelerado de sus capas de hielo, consecuencia del cambio climático, podría dejar al descubierto valiosos yacimientos.
El litio se ha convertido en un elemento indispensable en nuestro día a día y es clave en la industria tecnológica. Silicon Valley sigue luchando a contrarreloj para prolongar la vida útil del litio en baterías.
Investigadores de la Universidad de Stanford están desarrollando nuevas baterías más seguras y que ofrecen una mayor eficiencia energética. En un artículo publicado por la universidad en febrero del año pasado, aseguraban que “las baterías de metal de litio podrían duplicar la autonomía de los vehículos eléctricos, pero las baterías actuales se degradan rápidamente durante su uso”.
El equipo de investigadores descubrió que se puede mejorar la vida útil del ciclo de la batería simplemente dejándola reposar durante varias horas en estado descargado.
Pero mientras las mejoras en este ámbito avanzan, también lo hacen los países interesados en hacerse con las reservas de litio. Estados Unidos no quiere bajar la guardia con respecto a uno de sus principales rivales: China.
El gigante asiático, que cuenta con una amplia extensión geográfica, dispone de algunas de las mayores reservas de metales del mundo.
Otro país que juega un papel principal en esta nueva fiebre es Australia, que cuenta con las segundas reservas de litio más grandes del mundo, después de Chile, y la mayor parte de su litio es exportado a China.
Sin embargo, es importante señalar que la fiebre por el litio está impulsando un nuevo movimiento colonizador. Australia ha encontrado rechazo a la extracción del mineral por parte de sus comunidades indígenas.
Estas ansias de expansión han llevado al país a buscar yacimientos en otros lugares en los que el rechazo de la ciudadanía poco importa. Las compañías llegan con la promesa de crear cientos de empleos mientras extraen ‘el nuevo oro’. ¿Y si los países protegieran más sus propias reservas?