España sufría este lunes el primer ‘cero energético’ de su historia. Un apagón que dejaba sin luz a toda la península ibérica. El corte de suministro dejaba el sistema energético ‘cao’ y sin luz a 45 millones de españoles que vieron como, progresivamente, la luz volvía a sus hogares.
Más de diez horas fueron necesarias para dar servicio a casi el 90% de los suministros, aunque algunas localidades no volvieron a la normalidad hasta el martes por la mañana. Y todo por un fallo, aún no aclarado, que desató la tormenta en sólo cinco segundos.
Red Eléctrica, el operador del sistema, ha descartado un ciberataque como causa del fallo eléctrico, mientras que el presidente del Gobierno ha expresado que no descarta todavía ninguna posibilidad. Ahora, será la investigación que se lleva a cabo la que aclare lo ocurrido.Lo único seguro es que el tramo desde las 12:33:00 a las 12:33:05 fue clave para que los plomos de España se fundieran en menos de lo que tarda en contestar Chat GPT a una consulta.
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A las 12:30 horas de este lunes, la red eléctrica funcionaba con total normalidad y las centrales mantenían su curso.
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En ese momento, la energía solar fotovoltaica representaba el  54,9% , seguida por la eólica con un  10,9% , la nuclear con un  10,5%  y la hidráulica con un  9,9 % .
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Un segundo después de marcar las 12:33 horas, se produce una primera “desconexión” en la parte suroeste de la península.
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Esta desconexión se produce en una de las centrales de energía solar.
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Automáticamente los mecanismos de control e inercia de Red Eléctrica actúan, consiguiendo que el sistema se recupere de esta primera desconexión en un segundo y medio.
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Una vez restablecido el sistema, ocurre nuevamente una desconexión en la misma zona que afecta a las variables del funcionamiento del sistema eléctrico.
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El sistema se satura y se desencadena una “desconexión masiva” con fuertes “oscilaciones de potencia” y disparos de protecciones en “líneas de transmisión”, como ha explicado este martes Eduardo Prieto, director de operaciones de Red Eléctrica.
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Para proteger la red europea, las líneas de interconexión con Francia y Marruecos se desconectan automáticamente y la península ibérica queda eléctricamente aislada.
Los datos que proporciona el operador reflejan cómo desde las doce de la noche hasta las 12:30, el consumo de energía real y la provista van de la mano, habiendo una diferencia media del 0,18% entre ambas. Sin embargo, a las 12:35 se produce una ruptura y el consumo real se encuentra un 43,1% por debajo del previsto.
Esta distancia abismal, se mantiene en el 48,9% de diferencia hasta las ocho de la tarde, cuando comienzan a aproximarse las dos curvas y no vuelven a tocarse hasta las seis de la mañana del día siguiente, cuando la normalidad comienza a recuperarse en toda la península.
La composición del sistema energético español está conformada, en su mayoría, por un combinado de energías renovables. Estas fuentes alternativas conformaron el 56% de la energía empleada el año pasado, principalmente liderada por la eólica (22,9%), seguida por la nuclear (19,6%) y la solar fotovoltaica (17%), que el año pasado entró en el podio por primera vez.
La generación fotovoltaica viene a sustituir el espacio que antes ocupaba el ciclo combinado (13%)- Al mismo nivel se encuentra la hidráulica (13%) que el último año se vio gravemente afectada por las sequías.
De las distintas plantas de generación repartidas por todo el país, la energía solar es la que más peso tiene, 1.578 de las 5.871 pertenecen a la producción de electricidad solar, es decir, el 26,8%. Por detrás se encuentran otras fuentes como la eólica terrestre con 1.139 (19,4%) instalaciones y de nuevo la hidráulica con 857 (14,6%).A nivel internacional, los vínculos energéticos sólo se manifiestan en los 56 parques de importación y exportación energética de Francia y uno de Marruecos. Este apagón evidencia la fuerte desconexión de España con el resto de la Unión Europea, situándonos en una tasa de interconexión (6,6) muy por debajo de las exigencias de Bruselas que se sitúan en 15 para el año 2030.
La duda que queda por resolver es si otro fallo de cinco segundos podría volver a provocar un caos de este nivel. En teoría el sistema resiste, en la práctica no ha quedado tan claro.
