El caso es que lo sabíamos. Bueno, no todos, porque de saberlo los gestores públicos se comportarían de otra manera. Sí, la Cultura es una industria estratégica. Así lo reconocen los datos de estudios recientes. Desde luego no es un gasto inútil, ni innecesario, ni carente de valor porque no aporta votos. No es un adorno para un día o para un discurso protocolario en el que ni quien lo pronuncia cree. La cultura tampoco es una cuestión de "unos cuantos culturetas". La Cultura es un bien público y una de las inversiones más provechosas que se pueden hacer. Siempre devuelve más de lo que se gasta. La Cultura, y su expresión máxima, que es el Arte, es lo que pervive por encima de los avatares del tiempo, de las guerras, de la política, de la economía. La Cultura, por lo demás, cohesiona las sociedades, las mejora. Un pueblo culto, que aprecia los valores de la Cultura, es más feliz, razón suficiente para entender el valor estratégico de la Cultura en las naciones, en los territorios, en las ciudades, en los barrios. j1j38

El alcalde de Toledo ha entendido el valor de la Cultura y se ha lanzado a un proyecto como es intentar que Toledo sea declarada capital europea de la Cultura en el año 2030. Que triunfe o no la iniciativa es lo de menos. Porque la propuesta le va a servir para tapar ineficiencias, incapacidades de gestión y carencias de un proyecto de ciudad, cada día más evidente. Emplea el proyecto cultural no solo para su promoción personal, sino también para su campaña política. Entiende que apostar por un proyecto Cultural para la ciudad refuerza sus propias aspiraciones personales. Mueve a quienes en las guerras culturales se sitúan en el bando de las derechas conservadoras. Trae y lleva gente a dar conferencias, a actos de distinta entidad. Estos, a su vez, divulgan los valores conservadores, con lo cual preparan su próxima campaña electoral.

La otra istración, casi desde su nacimiento, abdicó de la Cultura. No tenía cabida entre otras cosas más urgentes. Nunca han existido en la Comunidad Autónoma recursos económicos suficientes para la Cultura. Dentro del gobierno era y es una "maría". Los titulares de las responsabilidades o no sabían nada de Cultura o se centraban en un localismo restringido, confundiendo cultura con identidad y en otros casos espectáculo con Cultura.

Así que lo más probable es que de esta época y de estos gestores solo quede el polvo del olvido. La Historia nos enseña que lo que realmente sobrevive es la Cultura y sus efectos. La sociedad seleccionará aquello que le sirva para fortalecerse a sí misma. Puede ser una arquitectura modélica, un museo, una biblioteca, una obra de arte, el libro de un gran escritor, la música de un compositor. Sin Cervantes, y en el caso de Toledo, sin el Greco, seríamos mucho menos de lo que somos.

En el Informe presentado recientemente por el presidente del Gobierno se constata que las artes crecen por encima de la economía española. Que aportan más que la industria textil, farmacéutica o química y fomentan un tipo de turismo más sostenible y de más calidad. España es el cuarto país, por detrás de Italia, Francia y Estados Unidos, en cultura y patrimonio. Un patrimonio que, por otro lado, debe ser cuidado y mimado porque siempre corre el riesgo de deterioro o pérdida. Nos encontramos en ese punto en el que solo aquellos que sean conscientes de la importancia de la Cultura en los siguientes años podrán encarar el futuro sobre una base sólida. Y es que sin Cultura el futuro será muy negro o no será.