Inma Pelegrín. Foto: Laura Russo

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Letras

Inma Pelegrín gana el Premio Lumen de Novela con un libro que "te atrapa y asfixia" 6q4v1h

La escritora murciana se alza con el galardón por una novela de iniciación "dotada de una sensibilidad especial", escrita con un lenguaje poético y feroz. 2c1bx

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Mientras el calor de junio golpeaba con fuerza los ventanales de la Fundación Ortega y Gasset-Gregorio Marañón, Inma Pelegrín recibía el Premio Lumen de novela, dotado con 30.000 euros, en una sala abarrotada de público. La escritora murciana se ha alzado con el galardón gracias a Fosca, una novela breve y poderosa que explora la sensibilidad, el desarraigo y la ternura en un entorno rural hostil.

La obra galardonada narra la historia de un chico "dotado de una sensibilidad especial" que no es capaz de recordar las caras de quien conoce, algo que también le ocurre a la autora. En un entorno rural que podría evocar al aire seco y dramático de la lorquiana Yerma, el protagonista tratará de aprender a defenderse en un mundo que no siempre permite la ternura.

El acto de entrega del premio ha tenido lugar este martes 10 de junio en Madrid, con la presencia de la autora y de las integrantes del jurado: Ángeles González-Sinde (ausente en el acto), Elena Medel, Clara Obligado, Lola Larumbe y María Fasce (jefa de la editorial Lumen).

"Es una novela de aprendizaje, de descubrimiento", ha explicado Fasce al leer el acta del jurado, "una historia que se lee con todos los sentidos". Con ecos de la narrativa de Ana María Matute, la novela de Pelegrín traza un itinerario emocional cargado de lirismo y crudeza, y sitúa al lenguaje como un personaje más.

Según ha defendido el jurado, una de las virtudes más destacadas de Fosca es su capacidad para capturar lo sensorial con una intensidad poco habitual. "Es una historia que se lee con todos los sentidos", señaló Clara Obligado durante el acto, subrayando cómo la prosa de Pelegrín "huele, se palpa, se escucha".

En palabras de Lola Larumbe, hay momentos en que "ese olor, como idea de la materia, está presente en toda la novela", desde los aromas agradables del campo hasta el vapor cálido de un baño improvisado, cargado de memoria e intimidad.

El jurado escuchando a Inma Pelegrín durante su discurso de aceptación. Foto: Gabriel Lavao

El jurado escuchando a Inma Pelegrín durante su discurso de aceptación. Foto: Gabriel Lavao

"Es un texto escrito desde la fiera oralidad, la geografía y la época en la que se sufre, pero con un latido lírico muy poderoso", añadió.

Pelegrín, visiblemente emocionada, ha confesado que la noticia del premio le ha dejado sobrecogida. "Escribir esta novela ha sido un proceso largo. Yo no sabía cómo explicar lo que me pasa", dijo refiriéndose a su prosopagnosia, una condición que impide reconocer rostros, y que también ha servido de semilla para el personaje principal de su historia.

"Quería hablar de eso, de una sensibilidad distinta, y también de la vida de las mujeres que han vivido pegadas a la tierra, en condiciones duras pero llenas de belleza", añade.

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La novela ha sido descrita por el jurado como "un híbrido entre tradición y modernidad, una fábula oscura y esperanzadora al mismo tiempo, que aborda temas como el desamparo, la masculinidad impuesta, el vínculo con la naturaleza o la transmisión intergeneracional del dolor".

"Es una novela que se arrastra hasta el final con una sensación de miedo, pero también de esperanza", dijo María Fasce. "Cada palabra importa. Cada forma, cada preposición. De principio a fin hay una tensión narrativa, te atrapa y te asfixia".

Lola Larumbe subrayó que el texto "podría ocurrir en Murcia, como sabemos, pero también en la India, en África, en cualquier parte del mundo donde la vida es difícil y la infancia, vulnerable".

La prosa de Pelegrín, que ya contaba con una sólida trayectoria como poeta, ha sido celebrada por su precisión y su capacidad para esculpir imágenes que se quedan en la mente del lector. "Tiene un brillo muy especial en las palabras", apuntó Larumbe. "Cada frase parece esculpida en la boca".

González-Sinde, por su parte, remarcó el carácter universal de los personajes femeninos y de quienes intentan "salirse de una tradición opresiva". En su intervención, ha hecho una lectura profundamente política de la obra, en tanto que plantea una reflexión sobre la masculinidad mal entendida y los "atributos heredados del hombre".

En su intervención final, Pelegrín, que empezó escribiendo Fosca como un poemario, cayó en la cuenta más tarde de que el lenguaje narrativo era la única forma posible de transmitir esta historia: "No sabía contar esto como un poemario. Necesitaba la forma de la novela".

Su historia, breve pero intensa, ha convencido por la densidad lírica y emocional que logra condensar en pocas páginas, sin dispersarse ni ceder a la tentación de lo ornamental.

Heredero del Premio Femenino Lumen (1994-1999), que descubrió autoras como Clara Obligado, Alicia Giménez Bartlett o Clara Usón, este nuevo galardón ha reconocido en sus ediciones anteriores a la argentina Leticia Martin, con Vladimir, y a Natalia Litvinova con Luciérnaga.

Este año, se recibieron 402 manuscritos procedentes de ocho países. La próxima convocatoria se abrirá en noviembre y culminará el 30 de marzo de 2026.