Eudald Carbonell, arqueólogo, prehistoriador y exdirector de Atapuerca. Foto: RBA

Eudald Carbonell, arqueólogo, prehistoriador y exdirector de Atapuerca. Foto: RBA 365t52

Historia

Eudald Carbonell, exdirector de Atapuerca: "En el yacimiento hay trabajo para 1.000 años más" 5p4l38

El arqueólogo recupera el célebre libro en el que recorre la historia de las excavaciones y los revolucionarios descubrimientos que realizó al frente del proyecto. 126f6h

Más información: Atapuerca vuelve a reescribir la evolución humana: la cara de Pink cambia la historia de los primeros europeos 1j4l6l

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Cuando a Eudald Carbonell (Gerona, 1953), codirector de los trabajos de investigación en el yacimiento de Atapuerca desde 1991 hasta 2024, le preguntan si volvería a elegir trabajar en aquello a lo que ha dedicado toda su vida, contesta con un "no" rotundo, y ríe cuando lo dice.

No resulta convincente, por mucho que insista. En las primeras páginas de Atapuerca. 40 años inmersos en el pasado (escrito junto a la periodista Rosa M. Tristán y recientemente reeditado por RBA), el arqueólogo (y paleontólogo, y prehistoriador, y un largo, larguísimo etcétera de oficios) rememora de forma breve su juventud en la que ya se obsesionaba con adivinar el pasado a través de las piedras y detritos que encontraba en las inmediaciones de su pueblo.

En su conversación con El Cultural, su voz destila dedicación y amor por su trabajo y, aunque diga lo contrario, satisfacción por haber gastado su vida entre simas y huesos.

Es raro verle en las fotografías sin el sombrero que Hollywood nos ha enseñado que debe llevar cualquier arqueólogo que se precie. El atuendo no hace el oficio, pero nadie puede discutir que Eudald es uno de los grandes. Junto a Juan Luis Arsuaga y José María Bermúdez estuvo al frente del yacimiento de Atapuerca durante su época de mayor esplendor.

Ahí estuvo cuando las excavaciones de la sierra burgalesa saltaron al plano internacional en 1997 con el descubrimiento del Homo antecessor, una nueva especie de homínido que era un eslabón más en la cadena de evolución hasta el Homo sapiens. Y ahí continuó hasta su jubilación el pasado año.

En Atapuerca. 40 años inmersos en el pasado, el veterano investigador recorre la historia del yacimiento, desde el mismo momento en el que hay registros del paso del ser humano por las cuevas de esta sierra, hasta nuestros días, con el desarrollo de un proyecto pionero en todo el mundo.

Portada de 'Atapuerca. 40 años inmersos en el pasado' (RBA, 2025).

Portada de 'Atapuerca. 40 años inmersos en el pasado' (RBA, 2025).

Pregunta. Su equipo pasó de ser liderado por Emiliano Aguirre a recaer en un "triunvirato", como usted lo llama, formado por Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez y usted. ¿Por qué se dio esta división del liderazgo?

Respuesta. Por las circunstancias, como en Roma [ríe]. José María, Juan Luis y yo éramos los más veteranos. Los tres estábamos haciendo nuestra tesis en aquel momento, así que cuando Aguirre se jubiló nos pasó la antorcha.

P. De sus tres décadas como codirector, ¿hay algún momento que recuerde con especial cariño?

R. Nos marcó la rueda de prensa que realizamos en Estados Unidos para anunciar el descubrimiento del Homo antecessor, una nueva especie. Fue muy importante tanto para el equipo como para mí.

»También nuestro último logro. El descubrimiento de la cara de Pink [en honor a la banda Pink Floyd y su "cara oculta de la luna"], el Homo affinis erectus que descubrimos en 2022 y dimos a conocer hace poco es probablemente el hallazgo más importante en todo lo que llevamos de investigación. Fue muy especial para mí que sucediera justo cuando me iba a jubilar.

Vista de una de las galerías del yacimiento de Atapuerca. Foto: Rosa M. Tristán

Vista de una de las galerías del yacimiento de Atapuerca. Foto: Rosa M. Tristán

P. La guinda del pastel.

R. Sí, así uno se jubila bien a gusto [ríe].

P. ¿Cuáles son los momentos clave que considera que han definido al proyecto?

R. Creo que todo empezó con el descubrimiento en la Sima de los Huesos de Miguelón (nombre en honor a Miguel Induráin) en 1992, un cráneo de Homo neanderthalis totalmente completo. En el 94 fue el descubrimiento del Homo antecessor, datado en unos 800.000 o 900.000 años.En 2007 descubrimos la mandíbula de la Sima del elefante, que en su momento fue la prueba de la presencia de homínidos más antigua de Europa, con una datación de 1,2 millones de años. Por último, el que he mencionado antes, el descubrimiento del rostro de Pink, que actualmente es el más antiguo de Europa, con 1,4 millones de años aproximadamente.

P. ¿Cuál fue el pistoletazo de salida para la investigación moderna en Atapuerca?

R. Atapuerca empezó a madurar a la vez que nosotros. No éramos ni cuarentones. Empezamos a decidir que sería una investigación a largo plazo hace unos 35 años, cuando convocamos las ruedas de prensa desde Nueva York, Tokio... Fue a partir de entonces cuando consolidamos lo que serían los tres pilares de nuestro proyecto conjunto: la academia, la investigación y la socialización de nuestros descubrimientos cara al resto de la población.

P. El descubrimiento en 1994 del Homo antecessor, que anunciaron en 1997, se tradujo en el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica ese mismo año. ¿Qué significó para ustedes este momento?

R. Fue la prueba de que había varios Homos activos en aquel momento. Y, en su momento, el homínido más antiguo descubierto en Europa. Como más tarde lo sería Pink. Aquel fue el momento en el que empezamos a tener reconocimiento internacional y convocamos la rueda de prensa desde Nueva York, nuestra primera rueda de prensa, que fue acojonante. Tuvimos por primera vez un foco mediático histórico. Ahí fue donde empezó la proyección internacional de Atapuerca.

Vista de la Gran dolina, en el yacimiento de Atapuerca. Foto: Fundación Atapuerca

Vista de la Gran dolina, en el yacimiento de Atapuerca. Foto: Fundación Atapuerca

P. ¿Hasta entonces eran ignorados en el plano internacional?

R. Sí, pero cuando descubrimos la cara del Homo antecessor nuestra intuición nos decía que teníamos algo grande entre manos. Éramos jóvenes, pero muy potentes. Podíamos ver claramente que nos encontrábamos ante una nueva especie muy cercana al Homo sapiens.

»Decidimos llamar a esta nueva especie de homínidos Homo antecessor, porque así se le llamaba a la vanguardia de exploradores del Imperio romano. Y eso es lo que eran los individuos de esta nueva especie, al fin y al cabo: pioneros en la colonización de Europa. A día de hoy se siguen haciendo excavaciones en D6 [uno de los niveles de Gran dolina, en la Sierra de Atapuerca, ubicación donde se descubrió por primera vez restos de Homo antecessor] y todavía se están descubriendo nuevas muestras de esta especie.

P. ¿Reciben la financiación suficiente para que el proyecto pueda salir adelante como debería?

R. Sí. Aunque siempre se necesita más, y todo dinero que venga será bien empleado, lo cierto es que recibimos mucho apoyo, tanto público como privado. Podría aumentar la inversión, claro, que es lo que propone el Parlamento ahora. Se necesita una inyección de dinero suficiente y continuado para la excavación y para la investigación. Aunque hay proyectos de financiación europeos, cuanto más dinero haya, más se puede hacer.

P. ¿Cómo cree que evolucionará el proyecto tras su marcha?

R. Creo que será fundamentalmente continuista. Se va a seguir excavando los yacimientos que se han empezado y se tratará de reconstruir toda la línea histórica desde el período que empieza hace 1,4 millones de años [época a la que pertenece Pink] durante el Pleistoceno hasta el Neolítico y la Edad de bronce.

»No creo que se vaya a vivir una época de descubrimientos como la que hemos vivido nosotros, porque ya se ha peritado todo el yacimiento, pero hay muchísimos restos humanos todavía por descubrir, muchísimo trabajo por realizar y muchas secuencias que peinar. Atapuerca tiene mucho que decir todavía. Hay trabajo para mil años más.

El Portalón de Cueva Mayor, en el yacimiento de Atapuerca. Foto: Fundación Atapuerca

El Portalón de Cueva Mayor, en el yacimiento de Atapuerca. Foto: Fundación Atapuerca

P. ¿Cuál es su balance de sus más de treinta años como codirector?

R. Ha sido algo apasionante y muy duro a la vez. Una pelea constante con los políticos, años y años de enfrentamientos para lograr el reconocimiento y la atención que merecíamos. También consumía mucha energía todo el tema de la logística y las batallas internas que hemos tenido, y hemos tenido muchas. Ha sido una pelea muy dura.

P. ¿Se le queda alguna espina clavada?

R. No, ninguna. Es imposible. Hemos tenido muchos éxitos y muy consecutivos. Pero no volvería a hacerlo. No querría volver a sufrir tanto.

P. ¿Me quiere decir que al pequeño Eudald le aconsejaría alejarse de Atapuerca?

R. Sí [ríe]. Bueno, es muy fácil decirlo ahora que ya está todo hecho. Por encima de todo me siento muy orgulloso. Sobre todo de haber formado a tantos profesionales de primer nivel, más de mil, que ahora forman parte de la élite mundial. Nuestros "hijos" y "nietos" científicos ahora están en la primera línea de la arqueología y la antropología internacional. Es algo maravilloso que me permite jubilarme satisfecho.