39 personas murieron y más de 600 resultaron heridas en Heysel

39 personas murieron y más de 600 resultaron heridas en Heysel Reuters 111w44

Fútbol

Heysel, 40 años después: la tragedia que cambió el fútbol europeo e inició la lucha contra los 'hooligans' en los estadios 4h5w36

El 29 de mayo de 1985 fallecieron 39 personas después de una avalancha en las gradas en la previa de la final de la Copa de Europa entre el Liverpool y la Juventus. x5f2n

Más información: El caos de la UEFA en la final de Champions: robos, entradas falsas, brutalidad policial y avalanchas s6f2o

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Hace 40 años, el 29 de mayo de 1985, el estadio Heysel de Bruselas fue escenario de una de las mayores tragedias en la historia del fútbol. Esa tarde, 39 personas murieron y más de 600 resultaron heridas antes de la final de la Copa de Europa entre Liverpool y Juventus.

La magnitud de la catástrofe, sumada a la transmisión en directo, conmocionó al mundo y obligó a replantear la seguridad y la gestión de los aficionados en los grandes eventos deportivos.

El estadio, construido en 1920, presentaba graves deficiencias estructurales y de seguridad. Los muros exteriores estaban dañados y permitían el de espectadores sin entrada, lo que provocó un sobreaforo de unas 10.000 personas respecto a la capacidad permitida.

Las entradas se distribuyeron de forma caótica: muchos hinchas de la Juventus acabaron en la llamada "zona Z", teóricamente neutral, pero situada junto a los aficionados ingleses. Entre ambos grupos solo había una valla metálica débil, insuficiente para contener cualquier incidente.

Desde horas antes del partido, la tensión era palpable. A las 19:00, un grupo de hooligans del Liverpool rompió la valla y cargó contra los aficionados italianos y belgas. La reacción fue una estampida: cientos de personas intentaron huir, pero quedaron atrapadas contra un muro de contención.

La presión de la multitud provocó una avalancha humana en la que la mayoría de las víctimas murió asfixiada o aplastada.

Placa de homenaje a los 39 fallecidos en la tragedia de Heysel.

Placa de homenaje a los 39 fallecidos en la tragedia de Heysel. EFE

La policía belga, poco numerosa y mal equipada, tardó en intervenir. Solo cinco agentes separaban las zonas de hinchas rivales. El caos era total: los servicios médicos no daban abasto y muchos heridos recibieron los primeros auxilios de otros aficionados.

Las ambulancias y equipos de rescate tardaron en llegar y tuvieron que tomar decisiones dramáticas sobre a quién atender primero. Los cadáveres fueron depositados en un espacio anexo al campo, a la vista de miles de espectadores y de las cámaras de televisión que transmitían la tragedia en directo.

Los jugadores de la Juventus levantan el trofeo de campeones de Europa.

Los jugadores de la Juventus levantan el trofeo de campeones de Europa. REUTERS

A pesar de la magnitud del desastre, la UEFA y las autoridades decidieron que el partido debía jugarse para evitar disturbios mayores. La Juventus ganó 1-0, pero el resultado quedó completamente eclipsado por la tragedia.

Lucha contra ultras 136q4x

La tragedia de Heysel marcó un antes y un después en la gestión de la violencia en el fútbol europeo. El fenómeno hooligan, muy extendido en Inglaterra durante los años 80, fue identificado como el principal responsable del desastre.

Los hooligans aprovechaban el anonimato de las masas y la falta de control para protagonizar actos de violencia y vandalismo, tanto en los estadios como en las ciudades a las que viajaban sus equipos.

La reacción de la UEFA y la FIFA fue inmediata y contundente. Todos los clubes ingleses fueron excluidos de las competiciones europeas durante cinco años, y el Liverpool recibió una sanción de seis años, aunque luego se rebajó a la misma duración que el resto.

Esta decisión no solo castigaba a los equipos, sino que también obligaba a las autoridades británicas a tomar medidas drásticas para erradicar la violencia ultra.

En Inglaterra, el gobierno de Margaret Thatcher impulsó leyes más estrictas contra los hooligans, incluyendo la prohibición de entrada a los estadios para los condenados por violencia y la colaboración internacional para identificar y detener a los líderes de estos grupos.

La imagen del aficionado inglés quedó estigmatizada en toda Europa, y la palabra “hooligan” se convirtió en sinónimo de violencia y descontrol en el fútbol.

A nivel de seguridad, la tragedia de Heysel supuso cambios profundos en la organización de los grandes eventos deportivos. Se eliminaron las vallas metálicas que separaban el campo de la grada, se impuso la instalación de asientos numerados y se exigieron sistemas de videovigilancia.

Además, se establecieron protocolos estrictos para la separación de las aficiones rivales y la profesionalización de la seguridad en los estadios. Solo los estadios que cumplieran con los nuevos estándares podían albergar finales europeas.

En el ámbito judicial, la investigación belga concluyó que la tragedia fue consecuencia tanto de la violencia de los hooligans como de la negligencia de las autoridades y la policía local.

La justicia condenó a 14 hinchas ingleses por homicidio involuntario, así como a responsables de la federación belga y de la seguridad del estadio por su falta de previsión y actuación.

Fin a la hegemonía inglesa 13447

Hasta 1985, el fútbol inglés dominaba Europa: los clubes británicos habían ganado siete de las ocho Copas de Europa anteriores, con Liverpool, Nottingham Forest y Aston Villa como protagonistas.

La sanción provocada por Heysel cortó en seco ese dominio. Durante cinco años, los clubes ingleses estuvieron ausentes de las competiciones continentales, lo que tuvo consecuencias deportivas y económicas muy graves.

Sin presencia internacional, los clubes ingleses perdieron ingresos por taquilla, patrocinio y derechos televisivos. Además, muchos de los mejores futbolistas británicos emigraron a ligas como la italiana y la española para poder competir al máximo nivel y mantener su prestigio.

Futbolistas como Gary Lineker, Ian Rush y Glenn Hoddle, entre otros, dejaron Inglaterra para fichar por equipos europeos. Los clubes ingleses dejaron de ser atractivos para las grandes figuras del continente.

Gary Lineker, durante su etapa en el Barça.

Gary Lineker, durante su etapa en el Barça. EFE

Mientras tanto, la Serie A italiana y la Liga española aprovecharon el vacío de poder para consolidarse como las competiciones más fuertes y atractivas de Europa. Juventus, Milan, Real Madrid y Barcelona se convirtieron en los nuevos referentes del fútbol continental.

Inglaterra, por su parte, vivió años de crisis: los estadios se vaciaron, la violencia persistió y la imagen internacional del fútbol británico quedó seriamente dañada.

La hegemonía inglesa en Europa no se recuperó hasta la década de los 2000, con la modernización de los estadios y la creación de la Premier League.

La tragedia de Heysel no solo costó vidas, sino que transformó radicalmente la manera de entender y organizar el fútbol en Europa. 40 años después de la tragedia, el foco sigue puesto en los ultras para evitar más problemas en los estadios.