El entrenador del FC Barcelona, Hansi Flick.

El entrenador del FC Barcelona, Hansi Flick. Reuters Reuters 283b16

Fútbol

El Barça gana su 28ª Liga y sella el doblete: un año de más a menos en el que Flick resucitó a un equipo que no valía con Xavi 4m2x3u

El conjunto blaugrana culmina con doblete una temporada llena de adrenalina gracias al arriesgado estilo de juego del técnico alemán, capaz de optimizar el rendimiento de jugadores antaño transferibles como De Jong o Raphinha  3e83v

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La temporada del FC Barcelona ha estado marcada por el vértigo, la adrenalina y las victorias agónicas en partidos vibrantes y repletos de goles, por lo que ser campeones desde el sofá no era muy coherente. La sufrida victoria del Real Madrid ante el Mallorca de este miércoles obligaba a los culés a ganar en Cornellá y los de Flick no fallaron.

El Barça se ha proclamado campeón del título de Liga por 28ª vez tras imponerse 0-2 al Espanyol y, como ya sucediera en 2023, se hacen con el trofeo de la regularidad en casa de su histórico rival en un derbi decantado con un golazo de Lamine Yamal.

Aunque el juego coral del conjunto catalán ha sido clave para el éxito, es imposible obviar el protagonismo del técnico alemán Hansi Flick, capaz de dejar atrás la figura de Xavi Hernández y revitalizar un proyecto que parecía muerto.  La explosión de Raphinha, la madurez de Pedri, la magia de Lamine Yamal o la química de la pareja Iñigo-Cubarsí en la arriesgada propuesta táctica del entrenador, sus principales medallas de la temporada.

Los 97 goles a favor (169 entre todas las competiciones este curso) y 36 en contra son la mejor radiografía del equipo. La asfixiante presión, la calidad en el último tercio y la capacidad goleadora de sus tres atacantes ha contrastado con una línea defensiva capaz de lo mejor y de lo peor dado el arriesgado estilo de juego de Flick.

El técnico alemán ha sabido adaptarse a la filosofía blaugrana dotándola de los ingredientes idiosincráticos del fútbol germano: poderío físico, presión adelantada, verticalidad y velocidad a la contra. Además, Flick ha logrado devolver la autoestima, la personalidad y la confianza a un club al que cualquier contratiempo era capaz de derribar con facilidad. 

En verano, la situación económica del club catalán dibujaba una realidad clara: ante la dificultad para vender piezas como Frenkie de Jong o Ronald Araújo, el club debía ser comedido en el mercado y renunciar a objetivos como Nico Williams.

La estrategia de Deco, Laporta y Flick debía pasar por optimizar el rendimiento de los fichajes de temporadas anteriores y el de los jugadores jóvenes. Y el alemán cumplió en ambas facetas. 

La única incorporación de campanillas fue Dani Olmo (60 millones de euros), que tras maravillar con la Selección Española en la pasada Eurocopa y en el RB Leipzig, volvía al club donde se formó antes de marcharse a Croacia con 16 años.

Lo que parecía una historia destinada a funcionar, pronto se encontró con un revés legal. La Liga no aceptó la inscripción de Olmo (tampoco la de Pau Víctor) alegando que el Barça incumplía el fair play financiero. El jugador tenía una cláusula para salir libre si esta circunstancia se producía, pero decidió respetar al club a la espera de que se resolviera el asunto.

El Barça pidió, sin éxito, ayuda a la Federación, y finalmente solo una cautelar del Consejo Superior de Deportes permitió que ambos jugadores fueran inscritos. La situación aún no está resuelta y la inscripción definitiva dependerá de si la Liga da luz verde a las cuentas culés.

Raphinha de oro l161s

Si uno de los ingredientes claves en el título de Liga para los culés ha sido la labor de Flick para optimizar el rendimiento de jugadores cuyas prestaciones iban en declive en las últimas temporadas, el caso de Raphinha es el más notorio.

El extremo brasileño, con un pie y medio fuera del Barça el pasado verano, ha acabado completando una temporada de ensueño que lo eleva a las quinielas de posibles ganadores del próximo Balón de Oro.

Tras llegar del Leeds hace tres temporadas, el brasileño fue de más a menos bajo las órdenes de Xavi Hernández hasta el punto de perder su sitio en el once titular, llegando a aparecer frecuentemente en la lista de transferibles.

Más allá de la importancia, las sensaciones y el juego, las cifras explican por sí mismas cómo Flick ha convertido a Raphinha en un extremo total: intenso en la presión, determinante como asistente y, sobre todo, capaz de anotar goles de todo tipo: en carrera, de cabeza, de disparo lejano o de jugada individual.

La temporada pasada, el extremo acabó su temporada con 10 goles y 13 asistencias en 37 partidos disputados. Cifras aceptables, pero muy lejos de los 34 goles y 23 asistencias en 54 encuentros que suma hasta la fecha en el año de su vida.

El jugador del FC Barcelona, Raphinha, celebra sobre el césped tras la victoria en el Clásico.

El jugador del FC Barcelona, Raphinha, celebra sobre el césped tras la victoria en el Clásico. Reuters Reuters

Flick también ha sabido sacar un rendimiento muy por encima de lo esperado en otros casos como el de Iñigo Martínez, Frenkie De Jong, Jules Koundé o Alejandro Balde, que han completado la mejor temporada de sus carreras pese a que comenzaron el curso con muchas dudas.

También ha sido capaz de sacarse de la chistera soluciones en la cantera como la de Marc Casadó, Gerard Martín o Héctor Fort, mientras otros canteranos que ya habían destacado en el pasado, como Fermín López o Pau Cubarsí, también han dado un paso adelante.

La madurez de Pedri y Lamine 1nw4e

La buena temporada del Barça tampoco se entiende sin el jugador que más influye en su patrón de juego: Pedri González. El canario ha dado un paso adelante esta temporada y se ha convertido en uno de los centrocampistas más destacados del mundo del fútbol.

A su capacidad asociativa, su calidad en el regate y en el pase, Pedri ha añadido otra serie de herramientas que lo convierten en un jugador completo que se adapta a las exigencias del fútbol moderno. No en vano, ha sido el jugador de la Liga con más recuperaciones de balón (238).

Su buen estado físico le ha permitido ser constante en la presión durante los partidos, y lo que es más importante, eludir las lesiones que, durante años, le impidieron mostrar su calidad con continuidad. En las últimas tres temporadas, el canario pudo participar en 22, 35 y 34 partidos, pero este año, su ma 56 cuando aún faltan tres jornadas ligueras.

Pedri esconde el balón ante Jude Bellingham.

Pedri esconde el balón ante Jude Bellingham. EFE EFE

Si el paso adelante de Pedri ha sido clave, qué decir de la temporada de Lamine Yamal. A pesar de que sus cifras estadísticas no son tan elevadas como las de Raphinha o Lewandowski, el joven extremo de 17 años ha sido, probablemente, el mejor jugador de la Liga esta temporada.

Con 8 goles y 12 asistencias en el campeonato de la regularidad (17 y 24 en total), su rendimiento esta temporada le ha confirmado como un jugador de máxima élite a pesar de su corta edad. Sus exhibiciones en Champions también le han granjeado el respeto del mundo y salvo sorpresa, estará en la terna del Balón de Oro.

Lewandowski 3k1d

Flick no solo ha sido capaz de optimizar a los jóvenes o de resucitar a los caídos, sino que también ha logrado dotar a los veteranos como Robert Lewandowski de una segunda juventud.

Su lesión en el choque contra el Celta del pasado 19 de abril de la jornada 32 está restando brillo a sus cifras en el tramo final de la temporada e incluso podría dejarle sin un premio Pichichi que tuvo en su mano todo el año hasta que Kylian Mbappé (28) le ha dado soro aprovechando su ausencia.

Pero el campeonato culé no se entiende sin la asidua cita del polaco con el gol durante gran parte de la campaña. Cerca de cumplir 37 años, Lewandowski ha marcado 40 goles esta temporada, 25 en Liga, 11 en Champions y 3 en Copa del Rey.

Su ausencia también ha permitido a Flick colgarse otra medalla al ser capaz de reemplazar a Lewandowski con un Ferrán Torres ahora convertido en suplente de lujo: 19 goles y 7 asistencias en menos de 2.000 minutos.

Remontadas 73f5j

Una de las principales virtudes del equipo de Flick ha sido su capacidad para resistir anímicamente los golpes del rival y continuar jugando de la misma manera independientemente del resultado.

El Barça ha empezado hasta 12 veces con desventaja en la temporada, y en 9 de ellas, ganó el partido. En otras 7 ocasiones, el conjunto culé ha marchado con dos goles de desventaja en el marcador, logrando remontar en cuatro ocasiones y empatar en dos de ellas.

Momentos duros 4i6cz

En el mes de noviembre, el Barcelona marchaba líder de la Liga con un juego espectacular y había derrotado al Real Madrid por 0-4 en el Clásico. También volaba en la liguilla de Champions League (acabaron en el 2º puesto), donde también le endosaron un póker al FC Bayern.  

De repente, mezcla de la juventud y del arriesgado estilo de juego de Flick, el Barcelona entró en parálisis y dilapidó su ventaja liguera con una racha para olvidar: 6 puntos de 24 posibles en un noviembre negro en el que cayeron en tres partidos consecutivos en Montjuic contra el Atlético, Leganés y Las Palmas

En marzo, la repentina muerte del doctor Carles Miñarro antes del partido ante Osasuna también fue un palo duro para el vestuario del Barça, aunque el equipo se conjuró para dedicarle los éxitos de la temporada.

Marcus Thuram (i), consuela a Lamine Yamal (d) al finalizar el partido.

Marcus Thuram (i), consuela a Lamine Yamal (d) al finalizar el partido. Reuters Reuters

Deportivamente, el palo más duro llegó en las semifinales de Champions ante el Inter, donde los de Flick se quedaron a las puertas de pelear por el tercer triplete de su historia. Tras remontar un 0-2 en la ida y un 2-0 en la vuelta, los italianos mandaron el partido a la prórroga en el último suspiro y remontaron una eliminatoria histórica (7-6 en el global) en el tiempo extra.

Apagado el sueño del triplete, ahora los blaugrana se contentan con un doblete digno de celebrar. Pero, sobre todo, miran al futuro con la ilusión disparada y una certeza sobre el proyecto: no faltarán emociones fuertes mientras su capitán se llame Hansi Flick.