Giannakopoulos, el presidente de Panathinaikos que inició la guerra en el baloncesto griego: el Gobierno aplaza la final 6te3m

Crisis total en el baloncesto griego. El Gobierno anunció este lunes la suspensión del tercer partido de la final de liga por los incidentes que protagonizaron el último choque entre los colosos del basket heleno: Olympiacos y Panathinaikos.

El Ejecutivo ha amenazado con cancelar definitivamente la temporada si los presidentes de ambos clubes no se reúnen para firmar la paz. Por ahora los dos han rechazado la propuesta y Grecia es un polvorín.

Todo comenzó en la previa del segundo partido de la final, disputado este domingo en el caliente estadio del Olympiacos. El protagonista, cómo no, fue el presidente de Panathinaikos, Dimitris Giannakopulos, famoso por su forofismo y sus polémicas.

Giannakopulos protagonizó un episodio surrealista. Tras ser recibido por el pabellón rival entre insultos y comentarios desagradables hacia su hija de 18 años, pidió a los árbitros que la conducta de la grada rojiblanca fuese castigada.

Poco después, desesperado y fuera de sí, acabó expulsado por los árbitros por dedicar varios insultos y peinetas al público.

Lejos de aceptarlo, se negó a abandonar el recinto y estuvo forcejeando durante media hora con los agentes de policía en el túnel de vestuarios. Acabó huyendo del estadio ante la ira de los locales y perseguido por la policía.

El resultado del partido (Olympiacos ganó 91-83 para igualar la final, al mejor de cinco) caldeó todavía más los ánimos.

El presidente de Olympiacos, Yorgos Angelópulos señaló ante los medios de comunicación que su homólogo en Panathinaikos era "vomitivo" y que lo sucedido no tenía "precedentes en la historia del deporte griego".

Otro de los directivos rojiblancos señaló que Giannakopulos le había agarrado en la cancha y le había dicho que iba a "violar a la hija del presidente delante de él".

El dueño del Panathinaikos sale en defensa de Trump: "Es un verdadero líder, le están atacando"

Sus palabras provocaron que, con el partido en juego, el club interpusiera una demanda judicial contra el presidente rival. Desde el Olympiacos se asegura que Giannakopulos está en busca y captura.

Varios vídeos colgados en redes sociales muestran cómo acabó huyendo a la carrera hacia el parking del estadio junto a sus escoltas, perseguido por algunos agentes y amenazado por los hinchas locales.

Giannakopulos ha negado estos hechos y ha presentado otra denuncia contra Olympiacos por difamación.

Oferta del Gobierno 3l6t23

Ante esta compleja situación, el Gobierno griego ha decidido intervenir con dureza para lanzar un mensaje de ejemplaridad y evitar que este tipo de bochornos se vuelvan a producir.

El portavoz del Gobierno, Pavlos Marianakis, anunciaba este lunes que ante este "clima tóxico" el partido que se iba a disputar este miércoles quedaba aplazado.

Lo cierto es que existen precedentes. En el derbi de fútbol entre ambos equipos, las autoridades se han visto obligadas a suspender el partido hasta en tres ocasiones en la pasada década (2012, 2015, 2019) por la violencia de la hinchada.

El Ejecutivo también trasladó una oferta a los dos presidentes para que sellasen la paz y se comprometiesen a calmar los ánimos. De lo contrario, la temporada quedaría cancelada definitivamente.

Aficionados del Olympiacos durante el último derbi ateniense. Reuters Reuters

Los dos dirigentes se han cerrado en banda: oferta rechazada. Ahora, el Ministerio de Deportes da un ultimátum: o se reúnen este miércoles a las 15:00, o la liga griega habrá terminado.

Para justificar su negativa, el presidente de Olympiacos ha esgrimido que el único encuentro que mantendrá con su rival tendrá lugar "en los juzgados".

El polémico Giannakopulos, por su parte, ha alegado que jamás se sentaría con la directiva rival y que, en todo caso, aceptaría hablar con el ministro por separado.

Con este cóctel, parece complicado que ambos acudan a la cita del miércoles y el riesgo de suspensión definitiva es real.

Largo historial 538r

El comportamiento de Giannakopulos (54 años) no es de extrañar para quienes siguen el baloncesto europeo.

En los últimos años ha protagonizado todo tipo de polémicas contra los árbitros, la organización de la Euroliga y, a veces, contra sus propios jugadores o aficionados.

En 2018, envió por paquetería urgente a varios medios de comunicación un dossier con fotografías, PowerPoints y CDs en los que detallaba los perjuicios arbitrales sufridos contra los "beneficiados" Fenerbahce, Olympiacos y Real Madrid.

Dimitris Giannakopoulos, presidente del Panathinaikos. Redes Sociales

Un año antes, después de la eliminación de su equipo en Euroliga ante el Fenerbahçe (0-3), castigó a los suyos con un regreso en autobús desde Estambul a Atenas (1.100 kilómetros).

También fueron muy comentadas sus amenazas de abandonar la Euroliga por el maltrato arbitral que, según él, sufría el "mejor equipo de la historia" de Europa.

Tras un duelo ante Fenerbache, publicó en sus redes sociales que "odiaba eternamente" al (entrenador rival) Obradovic y que iba a "follarse a todos los turcos hasta que sangren".

La Euroliga sancionó al presidente del Panathinaikos con un año de suspensión en los que se le prohibía acceder a cualquier pabellón donde se disputaran partidos europeos.

Al conocer la resolución, amenazó con hacer un referéndum entre su hinchada para abandonar la Euroliga e irse a la nueva competición de la FIBA, aunque nunca lo cumplió.

En 2015, tras una derrota en el clásico de la liga griega, Giannakopoulos agarró a la estrella rival, Spanoulis, y le soltó lo siguiente: "Te mataré a ti y a tu familia, me follaré a tu madre y mandaré a tus hijos a la tumba, bastardo".

Fuera del baloncesto, tampoco se ha mordido la lengua a la hora de apoyar a Donald Trump en sus redes sociales.

"No permitáis que los medios os laven el cerebro. Trump es un líder atacado por todas las marionetas del Nuevo Orden Mundial porque obstaculiza sus terribles planes para nuestro mundo", afirmaba.

Eternos enemigos 6n2w4x

Olympiacos y Panathinaikos representan una de las mayores rivalidades del deporte europeo. No en vano, sus duelos se conocen como el derbi de los enemigos eternos o la madre de todas las batallas.

Como suele ocurrir en el deporte, la rivalidad entre ambos equipos trasciende lo que ocurre en la cancha y tiene un poso histórico, sociológico y político.

El Panathinaikos se constituyó en 1908 en el aristocrático distrito de Kallimarmaro, en el centro de Atenas, como representante de las altas esferas de la capital.

Casi dos décadas después, nació el Olympiacos (1925) en el puerto ateniense: El Pireo.

Muy pronto los hinchas de clase obrera que poblaban la zona comenzaron a identificarse con el club y poco a poco los pobres de toda Grecia desarrollaron su simpatía por los muchachos que plantaban cara a los ricos del centro.

Con el paso de los años, los dos grandes dominadores del fútbol y el baloncesto griego han convertido Atenas en el escenario de una auténtica guerra civil en cada derbi y sus hinchadas son famosas por recibir a sus rivales de manera hostil.

El legendario delantero griego Antonis Antoniadis, durante la final de Copa de Europa de 1971. UEFA UEFA

En baloncesto, Panathinaikos es el hegemón: 40 ligas griegas, 21 Copas de Grecia y 7 Euroligas. Su rival, el Olympiacos, es uno de los grandes equipos de Europa, pero su palmarés es menos lustroso: 14 ligas, 12 Copas y 3 Euroligas.

En fútbol ocurre todo lo contrario. Olympiacos es el gran dominador de la Liga griega (48 títulos, por 20 de Panathinaikos) y de la Copa de Grecia (29 a 20).

En el ámbito europeo, Olympiacos posee el único título europeo jamás ganado por un club griego: la Conference League de 2024 con José Luis Mendilibar como entrenador.

Los hinchas del trébol, no obstante, presumen de haber disputado una final de Copa de Europa (1971) ante el Ajax de Johan Cruyff (2-0 para los ajacied).

El Figo griego b285r

El exportero griego, Antonis Nikopolidis. UEFA UEFA

Toda rivalidad necesita héroes y villanos. En el caso del derbi ateniense, incluso existe su propio caso Figo.

El protagonista: el mítico guardameta y capitán de la selección griega que levantó la Eurocopa de 2004, Antonis Nikopolidis.

El portero llevaba más de una década en Panathinaikos (271 partidos) cuando, contra todo pronóstico, firmó por Olympiacos como agente libre después del triunfo griego ante Portugal.

La traición generó amenazas y altercados, pero el portero continuó en El Pireo siete años hasta su retirada en 2011.

Se marchó como una leyenda de ambos clubes y diez títulos ligueros, aunque en el centro de Atenas, no lo quieren ni ver.