La Final Four de la Euroliga 24/25 ha comenzado este viernes en Abu Dabi con una victoria del Fenerbahçe sobre el Panathinaikos por 82 a 76.
Los turcos ya esperan en la final al ganador de la otra semifinal, que a partir de las 21:00 mide el favoritismo del Olympiacos contra la rebeldía del Mónaco.
La clave del triunfo estuvo en la defensa y en la contribución de suplentes de lujo como Errick McCollum (13 puntos) cuando peor lo pasaban los de Jasikevičius. Devon Hall, con 18 puntos, fue MVP.
El primer cuarto comenzó con un vendaval turco. El Fenerbahçe salió más intenso y pronto el marcador reflejaba un 13-5 con justicia.
El vigente campeón reaccionó, pero marchó por detrás durante todo el partido por la sencilla razón de que sus rivales fueron mejores en ataque y en defensa.
La noticia del día llegó con el regreso a las canchas del pívot francés Mathias Lessort tras su lesión de larga duración.
Pronto disipó las dudas sobre su estado de forma poniendo un taponazo, pero su entrada no palió los males del equipo del trébol.
Los turcos ejercían una defensa muy intensa y encontraban puntos fáciles en cada ataque.
Por el contrario, los griegos jugaban sin ideas ni una buena circulación de balón. La selección de tiro brillaba por su ausencia y todo eran balones a Lessort para que jugase al poste bajo.
El mal juego del equipo se reflejó en el MVP de la Euroliga, Khris Nunn, que siguió con su tendencia en estos Playoffs y estuvo muy fallón al inicio.
El partido se marchó al segundo cuarto con 22-14 en el marcador para los turcos, muy superiores.
El guion no varió demasiado en el inicio del segundo cuarto. El Fenerbahçe comenzó encadenando varios triples (14 en total, por 7 de los griegos) que ampliaban todavía más la distancia en el marcador.
Los pupilos de Jasikevičius encontraban solo a Biberovic con facilidad y el turco estuvo muy atinado. 35-23 y la sangría no paraba.
Devon Hall se vistió de héroe inesperado y se marchó al descanso con 10 puntos y un 100% en tiros de campo.
El entrenador del Fenerbache, Sarunas Jasikevicius.
Pero el orgullo del vigente campeón y el talento Kendrick Nunn, todavía tenían algo que decir.
Más por un arrebato del base que por una mejora del juego del equipo, el Panathinaikos se mantuvo con vida en el partido que hasta ese momento estaba siendo muy gris para el MVP.
El marcador se marchó 38-33 al descanso con la sensación de que el Fenerbahçe, gran favorito al título junto a Olympiacos, había dejado escapar vivo a un rival infinitamente inferior durante los dos primeros cuartos.
El elevadísimo acierto en el tiro que los turcos habían exhibido fue poco a poco apagándose, y Nunn prosiguió con su exhibición.
El ecuador del tercer cuarto reflejaba una realidad tan ilógica como incontestable: el Fenerbahçe sumaba más rebotes, más triples y menos pérdidas, pero su ventaja era corta: 42-40.
El cortocircuito del equipo turco se frenó gracias a la unidad B. Errick McCollum llevaba 0 puntos al descanso y anotó 8 consecutivos en el tercero para volver a poner tierra de por medio. Melli aportó otros 6.
Baldwin cerró el cuarto con un matazo gracias a la autopista que dejaron los defensores del Panathinaikos y el partido se marchaba al cuarto decisivo con 55-48 en el luminoso.
El talento de Nunn dio una vida extra a los griegos, pero la diferencia entre ambas defensas era abismal.
El pívot francés, Mathias Lessort.
Las 13 asistencias de los turcos por las 6 de los griegos reflejaban los argumentos ofensivos de ambos. Del juego colectivo de unos a la inspiración individual de otros.
Pero no solo de los arreones se vive, y la ausencia de una buena circulación de balón pronto salió a pagar para los de Ergin Ataman.
El acierto de Nunn (19 puntos) en los tiros de dos (7/10) no se vio reflejado desde el triple (0/5) y su frustración se fue traduciendo en faltas.
El MVP acabó expulsado a seis minutos del final al ver cómo le señalaban la quinta falta (más técnica) por una infracción en ataque sobre un Devon Hall enorme a ambos lados de la pista.
Sin el principal argumento ofensivo del equipo del trébol, el partido parecía visto para sentencia. Hall, con 18 puntos, se erigió como el hombre de la noche y MVP.
El campeón tiró de orgullo y ajustó el partido: 70-66. El miedo cambiaba de bando. Pero ahí apareció el héroe inesperado, Errick McCollum, para clavar un triple que enfrió el arreón ateniense.
Panathinaikos y su capitán, Sloukas, ven cómo se les escapa la oportunidad para convertirse en el equipo y el jugador con más Euroligas desde el inicio de la era moderna (2001).
Su derrota les deja empatados a cuatro títulos con el CSKA de Moscú como los más ganadores del siglo XXI y confirma el favoritismo de los turcos para una final en la que ya esperan oponente.