
Liza Minnelli, en una fotografía realizada en el año 2008. Gtres 2j1tm
La verdadera historia de Liza Minnelli, la actriz de 'Cabaret' que construyó su identidad tras la trágica muerte de su madre 6734a
La hija de Judy Garland acaba de estrenar en Movistar+ un documental en el que se desvela quién ha sido su entorno más cercano a lo largo de su vida. l1f6y
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A pesar de ser uno de los más reconocibles de la aristocracia hollywoodiense al ser hija del director Vincent Minnelli y Judy Garland, a Liza Minnelli (79 años) tuvieron que 'fabricarla' cuando su progenitora falleció tras una ingesta de barbitúricos en Londres en 1969. Fue devastador para ella. A partir de ese momento se fue construyendo una nueva identidad que acabó por convertirse en marca.
Cierto es que su debut como actriz se produjo en la escena final del musical En aquel viejo verano (1949), que ganó un Tony en Broadway por la obra Red Menace -se convirtió en la actriz más joven en ganarlo en (1965)- e incluso actuó con 20 años con su progenitora en el Palladium de Londres, pero aún quedaba mucho camino por recorrer hasta ser la estrella que es hoy en día.
En el documental Liza Minnelli: absolutamente real, recién estrenado en Movistar +, se desvela quiénes fueron las personas que lograron que 'la hija de' terminara siendo conocida solo con su nombre, tal y como le ocurrió a su intimísima amiga, Liz.

Liza Minnelli, en una fotografía realizada en 2007. Gtres
La primera que acudió a su rescate fue Kay Thompson, una extravagante cantante, arreglista vocal, letrista, compositora, icono cultural y de la moda y autora de los libros de Eloise, que parecen el alter ego de la Minnelli. "Cuando perdí a mis padres no se separó nunca de mí, muy unidas, lo era todo para mí. Entendía mis miedos, preocupaciones y siempre sabía qué decir", asegura Liza en el documental. En una de las imágenes de archivo, la protagonista de Cabaret le dice que "cuando llegas a la cima te das cuenta de lo que se espera de ti y da miedo" a lo que Kay replica: "Creo que nos ponemos así porque pensamos que tenemos que hacer más de lo que podemos, lo que es la locura más tonta del mundo".
Kay la protegió de todo y de todos. Le aconsejó que no perdiera el tiempo con gente aburrida y que viviera la vida y pareciera todo lo que estaba pasando. Fue justamente Kay quien le presentó a Halston, el mejor diseñador norteamericano de la época que se había hecho famoso por diseñar el pillbox rosa que Jackie Kennedy lució en la ceremonia de investidura de su esposo como el 35º presidente de los Estados Unidos en 1961.
Llegó un momento en el que Liza fue consciente que al hacer tantísimos espectáculos necesitaba crear un book que reflejara su personalidad y conexión con el público. En aquel momento, Halston estaba a la vanguardia de la moda. "Fue el primero que me dio confianza. La ropa te afecta no solo a como te vistes sino también a cómo te sientes y actúas", reflexiona la hija de la protagonista de El mago de Oz.
Halston creó su estilo definitivo. Las lentejuelas. Se decantó por ellas porque como Liza sudaba tanto en el escenario con los destellos de las lentejuelas no se veía dónde empezaba y acababa la transpiración. Además, como el peso de la actriz y cantante fluctuaba mucho, el diseñador llegó a hacer hasta cuatro tallas diferentes de la misma prenda. No contento con ello, como Liza tenía problemas en la espalda, concretamente escoliosis, lo que le producía mucha inseguridad, el modisto se encargó de disimular.

Liza Minelli, en un concierto en la ciudad de Frankfurt en el año 2009. Gtres
Se había convertido en un personaje con tanta personalidad que llegó a ser uno de los fichajes de las estrambóticas fiestas de Studio 54 donde se citaban los más grandes como Jerry Hall (68), Bianca Jagger (80), Elizabeth Taylor, Halston y, por supuesto, Warhol, que no dudó en fotografiar y pintar a Liza. Por cierto, los cuadros que colgaban de su salón se los llevó su cuarto marido, David Guest, mientras ella estaba de gira. Aquella relación terminó como el rosario de la aurora ya que el productor desvalijó toda la residencia dejando a Liza únicamente la cama y una lámpara.
Sin dudarlo, Liza puntualiza que "Charles Aznavour cambió toda mi vida. Es la gran influencia de mi vida personal y profesional". El cantautor francés le enseñó a interpretar los temas. Como dice Chita Rivera, fallecida tras el rodaje del documental, "Liza Minnelli se tomaba en serio los consejos de Charles Aznavour con respecto a las letras y la interpretación".
Cuando nuestra protagonista vio en el escenario al denominado Frank Sinatra francés con más de 180 millones de discos vendidos exclamó: "Eso es, eso es…". Había descubierto una forma muy diferente de actuar a como lo hacía Judy Garland ya que "Aznavour encarnaba no solo la parte del espectáculo y la esencia vocal, sino también la crudeza de la vida", asegura Michael Feinstein (68), uno de los más íntimos y leales amigos de Liza considerado uno de los mejores cantantes y pianistas de las últimas décadas.
Fue él quien denunció el maltrato que sufrió Liza cuando apareció en silla de ruedas junto a Lady Gaga (39) para entregar el Oscar a la mejor película en 2022. A priori, la hija de Vincent Minnelli quería salir sentada en una silla de director para mantener su dignidad, no deseaba que la vieran cojeando y mucho menos que la gente se preocupara. Pero por imposición y cinco minutos antes de empezar la gala, tuvo que sentarse en la silla de ruedas.
Su gran amiga Mia Farrow (80), que conoce a Liza desde la infancia ya que sus padres fueron el realizador John Farrow y Maureen O’Sullivan, la reconocida Jane del Tarzán Johnny Weissmuller y con quien incluso compartió guardería, afirma que "Liza sabía hacer las cosas a lo grande, como lo hacía su madre, pero su habilidad para hacer ambas cosas es algo que solo mostró después de conocer a Charles Aznavour".
Feinstein disecciona la vida de su querida amiga. Asegura que Liza "daba la sensación de que necesitaba coger todo ese talento en bruto para el baile y dirigirlo hacia algo y de repente apareció Bob Fosse, una leyenda del baile que canalizó su talento y le cambió la vida". Y así fue. Tras conocerse en la cafetería del hotel Waldorf, Fosse extrajo lo mejor del interior de su pupila. Gracias a él por su trabajo como director, Liza ganó el Oscar a la mejor actriz por Cabaret (1972). Era desgarbada y Fosse la depuró. La imagen de la actriz es una de las más icónicas de la historia del cine.
Una parte del éxito se lo debe a Christina Smith, su maquilladora. Por casualidad, Liza entró en una tienda donde Smith vendía unas pestañas enormes y tras hablar un poco decidieron colaborar juntas. La especialista le hizo las pestañas del filme totalmente a mano, bastante más largas por el centro, lo que contribuyó al hiperrealismo de la película. A partir de ese momento Liza solo quería trabajar con Smith, "se negaba (Liza) a hacer un programa a menos que me contrataran, yo no estaba en el sindicato, no me dejaron entrar, no había maquilladoras entonces, así que Liza me defendió y fui una de las primeras maquilladoras de la historia. Es muy leal".

Liza Minelli y Fritz Wepper, en una fotografía realizada en Munich en el año 2007. Gtres
También fueron vitales el compositor John Kander y el letrista Fred Ebb, quien le enseñó a cantar de una forma creíble. "Él me inventó", asegura Liza. Él le dio dos sabios consejos: "En el momento en el que creas que estás actuando, la gente notará que estás actuando (…) La gente te quiere porque muestras una gran vulnerabilidad y humanida". Y Liza apostilla: "Tampoco me dejaba hablar mucho de su madre porque decía que el público pensaría más en ella y no en mí". Sin duda, Fred la ayudó a evolucionar desde el legado de la hija de Judy Garland a la asombrosa intérprete en la que se convirtió a partir de Cabaret y del espectáculo Liza Without Z (1972).
Junto al letrista se encontraba el compositor John Kander, que "eran tan profesionales y también una especie de padrinos para ella (Liza), estaban tan unidos, que participaban en su vida creativa y, por tanto , en la de su corazón", exclama Mia Farrow. La pareja Ebb y Kander fueron los autores de la banda sonora de Cabaret.
Como asevera Michael Feinstein "el fallecimiento de su madre fue un catalizador", por lo que se dedicó a perfeccionar el oficio y el legado. Su amigo Ben Vereen (78), mundialmente conocido por la serie Raíces, destacó que "se tomó el duelo como un período de incubación".