Un bol de patatas fritas y kétchup.

Un bol de patatas fritas y kétchup. iStock

Aprende a cocinar

El sencillo truco de Dani García para unas patatas fritas con menos grasa y más crujientes

Un método que emplean los restaurantes para que este alimento esté mucho más bueno y sea más saludable.

Más información: Ni sal ni harina de trigo: el sencillo y efectivo truco para que las berenjenas no absorban aceite al freírlas.

Publicada
Actualizada

Aunque parezca fácil, lograr unas patatas fritas perfectas es todo un desafío que pone a prueba la paciencia y la técnica de cualquier cocinero o cocinera.

Este clásico acompañamiento, que se encuentra en menús de todos los rincones del mundo, es mucho más que un simple plato de fondo: es el resultado de un minucioso proceso donde cada detalle cuenta.

Muchos han sufrido la decepción de encontrarse con unas patatas empapadas, poco hechas o insípidas. La clave para evitarlo está en tres pilares esenciales: elegir la variedad adecuada de patata, dominar el arte de la fritura y mantener un control riguroso de la temperatura del aceite.

Patatas perfectas: el truco de un chef Michelin

El reconocido chef Dani García, con una trayectoria avalada por tres estrellas Michelin, ha compartido en diversas ocasiones sus secretos para conseguir unas patatas fritas de restaurante.

A través de sus redes sociales, ha desvelado que la magia reside en eliminar el exceso de almidón, controlar la humedad y respetar los tiempos de cocción.

El proceso comienza antes de encender la cocina. García recomienda optar por patatas frescas, preferiblemente de la temporada, ya que contienen menos almidón y permiten una textura más ligera.

El almidón es el culpable de que las patatas absorban demasiado aceite y pierdan ese deseado crujiente.

Patatas fritas.

Patatas fritas. iStock

Tras cortar las patatas, el chef insiste en sumergirlas en agua fría durante un rato. Este truco, habitual en las cocinas profesionales, ayuda a eliminar el almidón y evita que las patatas se apelmacen.

Después, es fundamental secarlas cuidadosamente, ya que cualquier resto de humedad puede arruinar el resultado final.

El tamaño del corte también influye en el resultado. García aconseja utilizar un cortador especial para conseguir piezas uniformes, lo que garantiza una cocción homogénea y un acabado impecable.

Durante la fritura, el chef recomienda trabajar con dos temperaturas diferentes. La primera fase, a una potencia moderada, permite que las patatas se deshidraten poco a poco y comiencen a flotar. (Es importante removerlas suavemente para evitar que se peguen, pero sin romperlas).

En la segunda fase, se sube la temperatura al máximo para lograr ese toque final de crujiente. García anima a aguantar hasta el final, asegurando que el resultado merece la pena.

Tras unos 18 minutos, las patatas estarán doradas, crujientes por fuera y tiernas por dentro.

El resultado: patatas ligeras y sabrosas

Al eliminar el almidón y la humedad, las patatas absorben menos aceite y adquieren una textura más ligera y un sabor más intenso. Así se consigue un acompañamiento que no sólo es delicioso, sino también más saludable y apetecible.

En definitiva, hacer unas patatas fritas perfectas es una combinación de técnica, paciencia y pequeños truquitos que marcan la diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario.