
Una fuente de croquetas imv iStock 3d55y
Ni freidora de aire ni papel de cocina: el sencillo truco para que las croquetas no absorban aceite al freírlas 3l4qj
Las croquetas, si se fríen correctamente, no tienen que quedar aceitosas. 5n2s5u
Más información: Ni amasarlas en la encimera ni usar dos cucharas: el truco para dar forma a las croquetas más rápido que Arguiñano 4iv5g
Unas croquetas con un exterior crujiente y dorado, que contraste con una bechamel suave, cremosa y llena de sabor, esa sería la descripción ideal de la tapa favorita de muchos españoles.
Es también ese el resultado que esperamos cuando preparamos en casa nuestra versión favorita de este clásico de la cocina tradicional española, a menudo, intentando replicar las que nos preparaban nuestras madres o abuelas.
Las croquetas ricas nos encantan, de eso no hay duda, pero, al freírlas, nos preocupa que absorban aceite y queden demasiado grasientas, lo que las haría pesadas y difíciles de digerir. Aquí veremos cómo evitar que pase.
Buscando unas croquetas más ligeras, es frecuente cometer algunos errores que, en vez de resolver el problema, arruinan las croquetas haciendo que se rompan y pierdan su forma o haciendo que absorban más aceite.
El error de usar la freidora de aire 2c3v8
La fritura bien ejecutada es la clave de una buena croqueta. Esto se debe a lo que se conoce como reacción de Maillard, que es algo que ocurre cuando las proteínas y los azúcares se transforman por efecto de la exposición a una temperatura alta.
La freidora de aire, en vez de aceite, utiliza aire caliente que hace circular alrededor del alimento para cocinarlo. Así no se puede replicar la transmisión uniforme e instantánea de calor que se consigue con la fritura profunda tradicional.
Como consecuencia, la superficie de la croqueta no se sella de forma rápida ni homogénea, lo que puede provocar, por ejemplo, que el relleno comience a salirse, que se pierda la forma y que no se consiga el sabor tostado.
El empanado tradicional de las croquetas, con harina, huevo y pan rallado, está pensado para la fritura tradicional. Al no recibir el choque térmico del aceite a 180 ºC, no adquiere la misma textura crujiente ni el color dorado.
En vez de eso, el rebozado se quedará pálido; seco, por efecto del aire; con una textura gomosa, debido a que el huevo se sobrecuece y hasta puede que con un ligero regusto a harina cruda.
Al no conseguirse una corteza firme rápidamente, se favorece la rotura, arruinando tanto la presentación como la experiencia al comerlas. Esto será tanto más grave cuanto más cremosas sean las croquetas.
Por estas razones, aunque es tentador poder disfrutar de unas croquetas más saludables, la fritura tradicional sigue siendo el método más fiable para obtener croquetas bien hechas.
Por suerte, puede hacerse sin que las croquetas apenas absorban aceite, consiguiendo así un rebozado muy ligero y crujiente.
Error habitual: usar mal el papel de cocina 721n
Pasar las croquetas recién fritas a un papel de cocina pensando que así tendrán menos aceite es una de las prácticas más extendidas en las casas. Esto es un error que puede comprometer la calidad y arruinar la textura final de la croqueta.
Cuando una croqueta caliente se coloca sobre papel de cocina, el aceite superficial comienza a ser absorbido rápidamente. Sin embargo, si se mantiene en esa posición, la grasa que ha quedado en la base será reabsorbida por el empanado.
El resultado es una croqueta más grasienta, con una textura menos crujiente y una sensación no deseada al consumirla.
Además, este proceso puede ir acompañado del reblandecimiento de la corteza debido al vapor que se genera, lo que agrava aún más el deterioro de la textura al perderse el crujiente característico del rebozado.
Cómo evitar la absorción de grasa en la fritura tradicional 296j54
A continuación te contamos los pasos a seguir para freírlas en aceite, minimizando la cantidad de grasa absorbida y manteniendo intacta la textura crujiente del rebozado para poder disfrutar de unas croquetas mucho más ligeras.
Paso 1 5681s
Debemos asegurarnos de que las croquetas estén bien frías antes de freírlas, preferiblemente recién sacadas del frigorífico. Esto ayuda a mantener su forma durante la fritura y reduce el riesgo de que se abran.
No es aconsejable freírlas inmediatamente después de rebozarlas. Se deben dejar al menos 30 minutos en la nevera, sin tapar, para que el frío reseque ligeramente el rebozado. Esto mejorará el resultado final.
Paso 2 4u4a5
Calentamos una cantidad abundante de aceite de oliva o de girasol en una sartén honda o en una freidora. La temperatura ideal debe estar entre 175 y 180 °C y es importante para que las croquetas queden sumergidas y se frían de forma homogénea.
Si el aceite no cubre las croquetas, se dorará la parte inferior mientras que el rebozado de la superior se irá reblandeciendo por efecto del vapor. Esto favorece la rotura y el desastre.
Paso 3 m2g2p
Introducimos las croquetas en el aceite caliente en pequeñas tandas, evitando llenar en exceso la sartén o freidora. Si añadimos demasiadas a la vez, la temperatura del aceite bajará bruscamente, aumentando la absorción de grasa.
Paso 4 m703s
Freímos las croquetas durante unos pocos minutos, hasta que estén doradas y crujientes por fuera. No debemos manipularlas en exceso durante este proceso para evitar que se rompa el empanado.
Paso 5 6b3u38
Con la ayuda de una espumadera, retiramos las croquetas del aceite y las colocamos inmediatamente sobre una rejilla metálica o un colador grande suspendido sobre un recipiente.
Esto permite que el aceite escurra completamente por gravedad, sin que el vapor generado reblandezca la base de las croquetas ni se reabsorba el aceite.
Paso 6 4y5f71
Dejamos las croquetas reposar en la rejilla durante al menos uno o dos minutos antes de servirlas, así nos aseguramos de que se mantenga su textura crujiente y evitando el exceso de grasa superficial.