Un joven bebiendo una cerveza.

Un joven bebiendo una cerveza. 2e4n49

Salud

El 45,9% de los adolescentes bebe alcohol en discotecas: el problema que olvida el Gobierno con la nueva ley 5em6i

Esta norma pretende concienciar a la sociedad para que no normalice el consumo de estas bebidas y retrase la edad de inicio de los adolescentes. f121m

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El consumo de alcohol en jóvenes españoles es una de las cuestiones que más preocupan a los expertos. No es una inquietud sin fundamento. El 73,6% de los adolescentes entre 14 y 18 años ha tomado algún tipo de bebida espirituosa en el último año y el 56,6% reconoce haberlo hecho en el último mes, según datos del Ministerio de Sanidad. "Es una barbaridad", alerta Albert Espelt, coordinador del Grupo de trabajo de alcohol de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) e Investigador del grupo Interuniversitario Epi4health de la Universidad de Manresa, la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universitat Oberta de Catalunya. 

Tras estos datos, explica, hay una enorme normalización y una sociedad que plantea el ocio y la interacción alrededor de estas bebidas. Para atajar el problema, el Consejo de Ministros aprobó el pasado martes el proyecto de ley de alcohol y menores que pretende reducir el consumo entre los jóvenes

Uno de sus puntos es limitar los espacios en los que se podrá beber. No se podrá vender ni consumir alcohol en los lugares donde la presencia de niños y adolescentes sea mayoritaria, como centros educativos (excepto universidades), de menores o residencias de estudiantes que itan menores. 

Tampoco podrá beber ninguna persona en lugares dedicados al deporte o al ocio cuando se organice una actividad dirigida a los más jóvenes. Por ejemplo, en un concierto para niños, los padres no podrán tomar cerveza, vino o copas. Asimismo, no podrán hacerlo si van a ver el partido de fútbol de sus hijos. 

Estos lugares que contempla la nueva ley no se corresponden con los elegidos por los adolescentes para comprar y consumir el alcohol, que son principalmente discotecas, bares y pubs. Aunque pueda parecer una discordancia, no lo es. Hugo López, vicepresidente de la sociedad científica Socidrogalcohol, cuenta que realmente la norma complementa algo que ya está regulado, aunque no se cumpla.

Lo que se pretende con esta nueva ley es impedir su exposición a estímulos que lo normalicen en los sitios donde hacen su vida diaria. El objetivo no es reducir inmediatamente el consumo de alcohol, dice Espelt, sino evitar esa asimilación que pueda llevarles a acabar bebiendo. 

Cuanto menos lo vean, menos lo entenderán como algo habitual y sin perjuicios, agrega. Por lo tanto, beberán menos. También considera que es más útil atajar la cuestión en estos lugares porque puede retrasarse el inicio y se conciencia mejor. En bares y discotecas ya están bebiendo, por lo que "Ya es tarde", dice el experto de la SEE.

La normativa que no se cumple 2q6f5j

Hace años que en España es ilegal que los menores de edad adquieran y consuman alcohol en discotecas, bares o pubs, entre otros. Aun así, les resulta muy sencillo conseguirlo. Los datos de Sanidad muestran que el 52,3% de los chavales entre 14 y 18 años lo compran en el supermercado y el 45,9% han bebido en alguna discoteca en el último mes. 

El dato resulta más alarmante si se tiene en cuenta que seis de cada diez de ellos, lo hace por sí mismo, sin necesidad de que intervenga un adulto. López es claro a este respecto, si esto ocurre es porque "hay un adulto que está cometiendo un delito". Ahí es donde se debería poner el foco, según el experto, en por qué lo hacen.

Tanto Espelt como López están de acuerdo en que esto ocurre por la normalización que hace la sociedad española del consumo de alcohol. Tanto es así que en muchos casos son adultos de la familia los que le consiguen estas bebidas a los menores para sus noches de fiesta. Más allá, agrega el epidemiólogo de la SEE, el primer consumo suele hacerse en algún evento familiar, como una cena de Navidad. 

Los más jóvenes están, por tanto, desprotegidos frente a los riesgos de esta sustancia, reconoce el vicepresidente de Socidrogalcohol: "Ahí están los datos". Los patrones que se crean en la adolescencia duran hasta la vida adulta, por lo que cuanto antes se empiece, más se consumirá de adulto, advierte Espelt. 

Por otra parte, recuerdan los expertos, en la adolescencia el cerebro sigue en pleno desarrollo y esta sustancia hace más probable que haya daños neurológicos. Además, López recalca puede tener efectos a nivel psicológico: "Si queremos proteger su salud mental, hay que protegerles del alcohol". 

Un primer paso 635y2q

Espelt es consciente de que la puesta en marcha de esta ley "puede suscitar dudas" a una parte de la sociedad que considere que no es necesario tomar este tipo de decisiones. Precisamente por eso hay que hacerlo. El alcohol es la sustancia tóxica que más problemas causa porque es la más normalizada y la menos regulada, lamenta.

Tanto él como López son conscientes de que esta norma no será la solución definitiva, aunque es un comienzo. "No es suficiente, pero es necesario", señala el segundo. Aun así, para el epidemiólogo es "una satisfacción increíble" saber que se ha puesto en marcha algo así.

No obstante, para que funcione y sea realmente útil hay que acompañarla de otras medidas. Esto debe pasar por subir los impuestos, disminuir la accesibilidad (tanto en horarios como en locales de venta) y por regular el etiquetado. El alcohol está relacionado con más de 200 enfermedades y comorbilidades, pero no se advierte en los envases, apunta López. Esto hace que no tengan la información necesaria para tomar una decisión consciente: "Los consumidores están desprotegidos".

La nueva norma también pretende regular otros aspectos como la publicidad. Por ejemplo, los bares no podrán utilizar mesas, sillas o sombrillas en sus terrazas con el nombre de marcas de cerveza u otras bebidas espirituosas. Tampoco se permitirá anunciar estas empresas o productos en la vía pública en un radio de 150 metros de centros educativos, sanitarios, sociosanitarios, parques y lugares de ocio infantil.

El objetivo es concienciar a la población hasta conseguir que quien beba alcohol "sienta que no lo hace bien", algo similar a lo que ocurre actualmente con el tabaco, expone Espelt. Aun así, es realista: "Aún estamos muy lejos de ese cambio social". A pesar de eso, es optimista y celebra la intención de este primer paso, aunque todavía quede camino por recorrer. "Sería genial hacer una ley de alcohol real".