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El Puente de Piedra de Zamora no se cerrará al tránsito peatonal aunque sea necesario subsanar deficiencias en su rehabilitación.

Así lo ha asegurado el alcalde de Zamora, Francisco Guarido, tras la decisión del Ayuntamiento de no recepcionar aún la obra tras detectar un desfase de entre seis y siete centímetros en la altura del pretil respecto al proyecto aprobado.

Sin embargo, Guarido considera que las actuaciones que se tengan que acometer, se pueden realizar sin necesidad de clausurar de nuevo el paso. 

"No se va a cerrar el puente, eso no puede ser, sería innecesario", ha asegurado, señalando que las actuaciones para subsanar el error podrían ejecutarse por tramos, sin necesidad de impedir el tránsito de peatones. "Siempre se puede hacer una línea y después hacer la otra", ha recalcado.

El Ayuntamiento ha ordenado a la dirección de obra, que recae sobre el arquitecto Francisco Somoza, que presente en el plazo de diez días un proyecto técnico para resolver esta situación.

Según el proyecto aprobado por la Comisión de Patrimonio, el pretil debería alcanzar una altura de 1,10 metros para cumplir con la normativa de accesibilidad e instalaciones públicas, algo que actualmente no se cumple y al que le faltan "aproximadamente siete centímetros", según recuerda Guarido.

El alcalde ha explicado que el margen de error detectado entre el pretil construido y lo recogido en el proyecto puede resolverse con dos posibles soluciones: "Una, desmontar la piedra de formación última y meter un taco de piedra de 7 centímetros y volver a colocar la piedra redondeada de arriba; o una línea de 7 centímetros de enrejado de correlación de la última piedra".

En todo caso, el alcalde ha aclarado que estas son "posibles soluciones" que deben contar con el visto bueno de la Comisión de Patrimonio. "Yo no estoy dando la solución, estoy diciendo posibles soluciones que yo voy a hablar con el director de la obra, pero ese es el que tiene que presentarlas", puntualizó.

Pese a esta deficiencia, el Puente de Piedra se mantiene abierto al tránsito. Guarido ha justificado esta decisión en un informe presentado por el director de obra, en el que Francisco Somoza asume "completamente la responsabilidad de la situación".

El concejal de Obras, Infraestructuras Urbanas, Movilidad y Participación Ciudadana, Pablo Novo; y el alcalde de Zamora, Francisco Guarido

En él, el arquitecto declara que "es una obra segura" y que puede estar abierto al público "asumiendo todas las responsabilidades que puede asumir en cualquier ámbito y en cualquier materia".

Por lo que ante cualquier incidente, la responsabilidad recaería sobre Somoza, según ha asegurado el alcalde de Zamora.

No obstante, Somoza defiende que el pretil actual se ajusta a criterios históricos y técnicas justificadas durante la intervención. En su alegato técnico argumenta que "un pretil no es una barandilla", lo que abriría la posibilidad de una interpretación más flexible de la normativa.

También sostiene que se elevaron las cotas del suelo por la necesidad de cubrir canalizaciones antiguas que no se desplazaron durante la obra, algo que justificaría una menor altura del pretil con respecto al vacío lateral del puente.

El alcalde ha reconocido que puede comprender algunos de los argumentos del arquitecto, aunque "comparte la posición de los funcionarios del Ayuntamiento", que consideran que la normativa vigente exige un mínimo de 1,10 metros de altura cuando existe un desnivel de más de seis metros entre la superficie y el vacío colindante.

"Yo comprendo que él también tiene sus razones que están en su órbita, pero lo que vale es lo que dicen los funcionarios del Ayuntamiento, aunque lo suyo puede ser interpretable, como todo en la vida", ha puntualizado Guarido.

El desajuste fue detectado durante la visita final de inspección para la recepción de la obra. En ese momento, los técnicos municipales acudieron acompañados del concejal de Obras, Pablo Novo, del director de obra y de responsables de la empresa constructora Rearasa.

Fue entonces cuando se constató que la altura del pretil no se ajustaba a lo previsto en el proyecto validado por Patrimonio.