Alivio. Mucho alivio. Por fin. El Real Zaragoza puede respirar tranquilo después de otra triste y desastrosa temporada en la que el objetivo final ha sido la permanencia en Segunda División. El conjunto de Gabi dependía este domingo de sí mismo para conseguir la salvación y ha hecho los deberes venciendo al Deportivo de La Coruña por la mínima (1-0) con un gol en propia puerta. Los aragoneses, en un partido muy pobre, han tenido que esperar hasta el minuto 56 para celebrar el tanto que les daría después la victoria ante un rival que no se jugaba nada.
Así pues, el Real Zaragoza ha podido despedir a la vieja Romareda con un triunfo, aunque no brillante, pero fundamental. Y es que este domingo era el día de despedir a un estadio histórico, un templo con miles de recuerdos mágicos.
Fuera de lo significativo de la jornada, que iba a estar lleno de emociones, la relevancia máxima se encontraba en el terreno de juego. Ahí el Real Zaragoza debía ir a por la victoria para sellar la permanencia sin mirar el resultado del Eldense (que ha acabado empatando).
Para la cita, Gabi apostaba por algunos cambios en la alineación, destacando la presencia de Dani Gómez por Soberón y la titularidad de Luna, que devolvía a Francho Serrano al centro del campo con Guti y Arriaga.
Tras los emocionantes momentos vividos con el corteo, el recibimiento al autobús y el tifo ya en el interior del estadio, lo importante era lo que ocurriera en el césped, donde el Real Zaragoza debía demostrar que estaba su futuro en juego.
Sin embargo, el Real Zaragoza no salía demostrando eso y más allá de un potente disparo de falta de Tasende, que muchos celebraban, y un remate de Pau Sans inmediatamente después, apenas generaba peligro en el área del Deportivo.
Sin dominio ni ideas, el nerviosismo se notaba en el conjunto blanquillo. La falta de intensidad era evidente, algo lógico en el equipo gallego, pero no en los aragoneses. El partido seguía dormido hasta el tramo final de la primera parte, cuando el Real Zaragoza empezaba a generar ocasiones. La más clara era un disparo de Dani Gómez al larguero, al que seguían dos contras de Pau Sans y Adu Ares.
Eso sí, el Depor metía de vez en cuando el miedo en La Romareda con ligeros acercamientos. Aun así, nada era suficiente y el marcador llegaba al descanso sin movimiento ni mucho entretenimiento.
Euforia en la segunda parte a456d
La segunda mitad no había mucho más, hasta que Pau Sans probaba con un buen disparo que detenía Germán a córner. En la misma secuencia, que sacaba Guti desde la esquina, Patiño se metía en propia puerta para alegría de los 24.000 asistentes.
Era el minuto 56, queda mucho por delante, pero con la ventaja, el Real Zaragoza pausaba, todavía más, el ritmo del partido. Tenía alguna llegada para cerrar el encuentro, pero no estaba acertado en los últimos metros, ni de cara a puerta. Menos mal que el larguero quiso aparecer para impedir un golazo de Yeremay.
En adelante, ni unos ni otros tenían muchas ganas de jugar. El reloj corría para beneficio del cuadro local y el colegiado señalaba el final. Salvados, por fin. Eso sí, no había ni un momento de celebración, sino de inmediato reproche a la directiva.
Real Zaragoza 1 – 0 Deportivo de La Coruña 4er27
Real Zaragoza: Poussin; Francho, Jair, Bernardo Vital, Luna; Adu Ares, Raúl Guti, Kervin Arriaga, Francho Serrano; Dani Gómez y Pau Sans.
Deportivo de La Coruña: Germán; Petxarroman, Pablo V., Jaime, Obrador; Guerrero, Villares, Patiño, Diego Gómez; Mario S. y Bouldini.
Árbitros: Mallo Fernández. Amonestó a Adu Ares, Pau Sans, Marcos Luna, Soberón del Real Zaragoza. Pablo V., del Deportivo de La Coruña.
Goles: 1 – 0, Patiño en propia puerta (m.56)
Incidencias: 24.007 espectadores en La Romareda. Partido de la jornada 41 de LaLiga Hypermotion.