Zaragoza
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No tiene fin la agonía de un Real Zaragoza que, por mucho que pelee, cualquier golpe le deja absolutamente KO y sin apenas reacción. Nueva derrota del equipo de Gabi al que una más que cuestionable doble amarilla de Calero dejó sin opciones de pelear ante un potente Racing de fiesta en El Sardinero. Menos posibilidades todavía si vuelves a tener errores inisibles en defensa, en un balón parado mal defendido y un regalo de infantiles de Jair. Con todo en la coctelera, el resultado es un 2-0 fácil para un Racing que se cuela en ascenso directo.

Gabi recuperaba esta semana a los internacionales Kosa, Arriaga y Bazdar, pero únicamente daba entrada en el 11 al hondureño para compartir doble pivote con Toni Moya, además de un Tasende que fue suplente en el estreno ante el Córdoba. Como ya mostró el lunes, el técnico confió su defensa en un 4-4-2 con las líneas juntas y tratando de evitar sustos ante un potente Racing, espoleado por un ambientazo en El Sardinero.

El Racing se hizo dueño del partido desde el primer instante ante un Zaragoza desguarnecido y protegido en dos líneas de 4, con dudas a la hora de iniciar jugada, pero con aparente energía en las disputas y en la defensa. A la contra llegó el primer acercamiento maño con una buena conducción de Guti, que vio la internada de Tasende, pero el lateral no encontró un compañero en el corazón del área.

Acumulaba el Racing acercamientos al área de Poussin, pero sin llegar a probar al portero francés, con una muralla roja por delante que taponó los disparos de Pablo Rodríguez e Íñigo Vicente tras una pérdida de Toni Moya. Siempre intentaba haber un zaragocista –y dos, y tres…- encima de los atacantes del Racing, que poco a poco se iba desesperando al no encontrar la mínima oportunidad de crear ocasiones.

Pero todo se complicó en el minuto 34 con la expulsión de Calero. Pérez Hernández decide señalar el punto de penalti en un tímido agarroncito sobre Íñigo Vicente de Calero, que ya llevaba otra tarjeta sin venir a cuento por otro agarroncito antes de que se sacara un córner. Emergió entonces la figura de Gaetan Poussin, siempre puesto en duda y castigado por los dos entrenadores anteriores, pero que detuvo el lanzamiento de Andrés Martín para mantener en pie al Zaragoza.

Gabi recompuso al equipo con Luna en el lateral derecho por Dani Gómez, dejando arriba solo a Soberón para aguantar el asedio al que iba a someter el Racing durante la hora restante de partido. Lo intentaron los cántabros por banda, principalmente por la izquierda de Íñigo Vicente y la movilidad de Andrés Martín, pero únicamente obtuvieron un remate lejano que atrapó atento Poussin.

Segunda parte 3a561

Se avecinaba una larguísima segunda parte para el Zaragoza y Gabi no quiso esperar más para seguir recomponiendo a su equipo con 10. El técnico quitaba a Arriaga, que también llevaba amarilla, y Soberón y daba entrada a Liso y Bazdar. Pero apenas duró minuto y medio la táctica que planteó Gabi. Pablo Rodríguez remató sin oposición un centro al segundo palo y el balón se coló en la portería de Poussin.

Intentó reaccionar el Zaragoza, pero, si ya le costaba generar en ataque con 11, ya con 10 llegaba demasiado mercado de efectivos. Tampoco ayudó la excesiva fijación de Pérez Hernández por pitar falta en todos los duelos, intentando disimular su bajo nivel para Segunda cortando constantemente el juego. Toni Moya lo intentó desde la frontal en una buena combinación en ataque, pero el balón se perdió muy por encima de la portería de un todavía inédito Ezkieta.

Y cuando parecía que el Zaragoza podía encontrarse cómodo con 10 y Gabi dio entrada a Aketxe para buscar más juego en ataque, llegó otro de los errores inisibles en defensa que tanto y tanto están lastrando al equipo esta temporada. Jair, que no estaba haciendo mal partido, regala de forma inisible un balón que tenía ganado sin complicaciones y Andrés Martín bate fácil a Poussin en el mano a mano. Con errores así, será tremendamente difícil mantener la categoría.

Más de un cuarto de hora por delante sin historia, con un Zaragoza impotente, sin alma para buscar una reacción y que se marcha de El Sardinero con un solo tiro a puerta. Y cuando llegó, Pérez Hernández vio mano de Luna antes de empujar el balón en un rechace de Ezkieta. Seguirá peleando el equipo de Gabi en los nueve partidos que quedan hasta el final, cada día con el descenso ahogando más y más lejos de recordar lo que era una victoria.