Si uno camina por el paseo de la Independencia de Zaragoza, es fácil sentirse transportado a una de las avenidas más icónicas de Nueva York, como la 5ª Avenida o el distrito financiero de Manhattan. En medio del bullicio y el ritmo frenético de la ciudad, se alza un edificio que parece contar historias de grandes rascacielos y arquitectura moderna: el Edificio de Telefónica.
Su diseño vanguardista, con sus grandes ventanales y una estructura cristalizada, destaca en un entorno donde las construcciones tradicionales zaragozanas predominan. Así lo explica a este diario Jesús Martínez, historiador, quién señala que este edificio, construido en 1926, es la huella de la influencia de la arquitectura industrial estadounidense: "un trozo de Manhattan a pequeña escala", que se erige como símbolo de una nueva era en la que el vidrio y el acero transformaban el skyline de las grandes ciudades.
Diseño innovador
El arquitecto Ignacio de Cárdenas Pastor, quien diseñó este imponente edificio, se formó en Estados Unidos y fue el encargado de llevar a cabo una arquitectura que marcó un antes y un después en la ciudad. Su visión fue incorporar las características de la arquitectura industrial estadounidense, inspirada en la moderna estructura de los rascacielos de Nueva York y el vidrio como material principal.
Aunque el edificio fue diseñado originalmente para albergar instalaciones de Telefónica, como centralitas y oficinas, su cristalización y diseño vanguardista lo hacían completamente innovador para la época.
El edificio, en la actualidad.
Cárdenas Pastor no solo diseñó el edificio de Zaragoza, sino también los de Madrid y Barcelona, consolidándose como el arquitecto principal de la compañía norteamericana ITT, encargada de la infraestructura telefónica en España.
Un legado arquitectónico 203y5r
Este edificio de Telefónica es un claro ejemplo de la modernidad que se estaba incorporando en la arquitectura de principios del siglo XX. Su estructura, de líneas rectas y grandes ventanales, contrasta con la estética más tradicional que predominaba en el paseo de la Independencia.
De hecho, si uno se fija demasiado en la construcción puede descubrir que hay algo que no encaja. Si bien la estructura del edificio es un claro ejemplo de los edificios neoyorquinos, si uno observa los pies del mismo se dará cuenta de que hay una diferencia: "El paseo empezó a sufrir una transformación, los porches tal y como los conocemos hoy en día no existían y se fueron creando poco a poco. Este edificio, se adaptó a el cambio y se fusionó con el resto de estética", explica Martinez.
En su origen, el edificio de Telefónica tenía una forma más estilizada y un diseño central elevado, con un arco de medio punto en el centro que armonizaba con los arcos de los porches del Paseo de la Independencia. Con el tiempo, el inmueble ha sufrido modificaciones, pero sigue conservando su fachada protegida, siendo considerado un bien de valor histórico y arquitectónico.
A lo largo de su historia, el edificio de Telefónica ha sido testigo de los cambios en la ciudad. En su momento, albergaba las instalaciones de la ITT, y más tarde, pasó a ser parte de la Compañía Telefónica Nacional de España, antes de convertirse en el referente que es hoy para los zaragozanos. Durante años, sus cabinas telefónicas y centralitas fueron un punto clave para los servicios telefónicos, permitiendo incluso realizar llamadas internacionales de conferencia.
Sin embargo, con el paso de los años y la transformación de las necesidades tecnológicas, el edificio fue desocupado. En la actualidad, Movistar (propietaria de las instalaciones) lo ha puesto a la venta, dado que las antiguas instalaciones ya no son necesarias para la compañía.
El edificio sigue siendo un símbolo del Paseo de la Independencia, un lugar que, según señala Martínez, actualmente está adquiriendo un carácter más comercial, algo que contrasta con su historia original como centro de servicios y espectáculos.
La evolución de Zaragoza 2lj5v
El edificio de Telefónica es solo un ejemplo de cómo el Paseo de la Independencia ha evolucionado a lo largo de los años, transformándose de un espacio dedicado a servicios y espectáculos a un polo comercial. Este cambio se ve reflejado también en otros edificios de la zona, como la antigua sede de la CAI, que está experimentando una transformación similar.
El futuro del edificio de Telefónica sigue siendo incierto, pero su historia y su arquitectura siguen siendo un legado que marca la identidad de Zaragoza. La ciudad, siempre en constante cambio, continúa preservando sus monumentos más emblemáticos mientras se adapta a las nuevas demandas comerciales y urbanísticas del siglo XXI.