El Hércules se desploma y compromete su presente y su futuro 72g3m

El Hércules se ha metido en un lío de forma absurda e inesperada. El equipo alicantino se ha empeñado en enturbiar un final de Liga que parecía ideal para pelear por el ascenso o, por lo menos, para mantener viva la llama de la ilusión de cara al próximo curso. Pero el equipo, en lugar de disfrutar, ha elegido sufrir tras los dos últimos tropiezos, ante Villarreal y Algeciras, que comprometen el presente y el futuro.

El Hércules, en caída libre en la clasificación, es undécimo, a cinco puntos de la zona de descenso cuando sólo restan seis en juego. El equipo de Torrecilla debe enfrentarse al Intercity, rival ya hundido, y posteriormente al Atlético Sanluqueño, conjunto que marca precisamente el descenso. Si el Hércules no suma en el derbi ciudadano y al conjunto gaditano le da por ganar al Murcia, la última jornada puede ser un drama.

El triste epílogo del campeonato del Hércules no ha hecho más que multiplicar las dudas que existen en el club blanquiazul de cara al próximo proyecto. Rubén Torrecilla tiene un año más de contrato, pero la continuidad del preparador extremeño no está ni mucho menos garantizada.

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El hilo de confianza entre el técnico extremeño y el club hace tiempo que se rompió, posiblemente durante el mercado de invierno, y ahora ambas partes se observan con recelos. Desde el banquillo se desliza que el Hércules no apostó por reforzar lo suficiente al equipo durante la ventana de invierno, mientras que desde los despachos se recuerda que las grandes apuestas se hicieron en verano, a petición del entrenador, con jugadores caros de su máxima confianza, como Mario García, Dani Romera o Antonio Aranza, casi intrascendentes durante el curso.

Ni la dirección deportiva, encabezada por Paco Peña, ni la propiedad (Enrique Ortiz), están contentos con la dinámica del equipo. El Hércules, con los mismos recursos con los que cuenta ahora, cerró la primera vuelta en promoción de ascenso, pero en la segunda ha ido perdiendo solidez, tanto fuera como en el Rico Pérez. Quince derrotas en la Liga (41,6% de los partidos), 11 como visitante, y el temor a que un mal final de Liga vicie el próximo proyecto son argumentos que cada vez pesan más en el entorno de Ortiz.

El técnico justifica la caída clasificatoria del Hércules por las lesiones y el agotamiento colectivo de los jugadores claves, si bien desde el club se replica que no ha sabido dosificar a sus jugadores ni aprovechar todo el potencial de la plantilla.

Ortiz aconsejado por su círculo de confianza, plantea sin disimulo, e incluso con consultas externas, la opción de prescindir de Torrecilla, aunque hay varios argumentos que le hacen dudar, como el tema económico -tendría que compensar al técnico por el año de contrato- y la reacción de la hinchada.

El extremeño es un entrenador apreciado por parte de la afición y prescindir de él, un año después de lograr un ascenso, puede ser impopular y provocar una nueva ola de protestas contra el consejo. Además, existe un evidente vínculo personal con Torrecilla, al que Ortiz responsabiliza de darle la primera alegría tras una década de cemento y plomo.

Un final tranquilo de curso puede reconducir las aguas, aunque no será fácil. La opción más moderada aconseja aparcar las discrepancias y darle a Torrecilla un nuevo proyecto, más ambicioso, para que confirme que puede ser el técnico ideal para llevar al Hércules al fútbol profesional.

"Torrecilla se lo ganó el pasado curso y en parte del actual. Y si el equipo, por lo que sea, no arranca bien la próxima temporada, entonces tomas medidas y cambia", apuntan fuentes de la entidad. El precedente de lo vivido con Lluís Planagumà, que siguió en el cargo a pesar de que ya no contaba con la confianza de la dirección deportiva, sin embargo aún está demasiado reciente. Las dudas existen, pero el Hércules y su máximo accionista son imprevisibles. Cualquier cosa puede pasar hasta el inicio de la pretemporada.