El arquitecto Ángel Rocamora en el hotel Lucentum de Alicante.

El arquitecto Ángel Rocamora en el hotel Lucentum de Alicante. M. H. 241h5v

Exposiciones

Ángel crea desde Elche el proyecto museográfico de El Cigarralejo, candidato a mejor museo de Europa 3h50k

El estudio Rocamora adapta un palacio del siglo XVIII para exponer "un tesoro ibérico" del siglo IV antes de Cristo. 1u6y38

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En la pequeña ciudad de Mula en Murcia se esconde el "tesoro perdido" de "una colección brutal de arte ibérico del siglo IV al siglo I antes de Cristo". Y de hacer su proyecto museográfico se encarga Ángel Rocamora y su equipo desde Elche. Ahora ese trabajo es uno de los candidatos a Museo Europeo del Año.

Ángel asegura que aún siente incredulidad desde que les anunciaron hace meses que forman parte de una selecta lista de centros de todo el continente. Un galardón del que sabe su impacto gracias al Marq de Alicante, que ganó en 2004, o L'Etno en Valencia, que lo hizo en 2023.

Y un año antes él recibía el encargo del ahora candidato. "Era un ejercicio especial", recuerda, "porque era un palacio del XVIII con un tesoro ibérico". Y para complicar más las cosas sobre cómo combinar ambos mundos era "en un lugar que no podíamos tocar tabiques, con un presupuesto reducido".

Esa es la razón por la que Ángel no se esperaba que el trabajo en una ciudad que no cuenta con el apoyo de ser capital de provincia o autonomía consiguiera esa visibilidad entre los especialistas de decenas de países con el Museo de Arte Ibérico El Cigarralejo.

"Reconoce, creo, el trabajo de traducir a través de la museografía, pero también el trabajo social que hay de 30 años de una directora que termina de pasar a limpio con la última piedra un trabajo de comunicación territorio adentro", valora sobre la trayectoria de Virginia Page

Y antes de ella, como recuerda, está Emeterio Cuadrado, el arqueólogo que descubrió en 1948 los primeros materiales arqueológicos que acabaría cediendo para que formaran ese "tesoro nacional" que valora Rocamora.

Ángel ya está acostumbrado a tratar con piezas excepcionales que requieren de un cuidado extremo, como le pasó recientemente con los guerreros de terracota de Xi'an y sus exigentes cuidados. "Tocas piezas que muchas veces no pueden manipular hasta el último minuto", concede.

Eso implica un largo periodo de documentación y preparación para que cuando llegue el momento del montaje "se va de una escala macro a una escala micro". Desde los cálculos necesarios para los soportes que no se pueden probar antes hasta las pantallas o vitrinas en que se mostrarán. 

"El acercamiento ahí lo hemos hecho con todas las armas que nos ha dado la experiencia del Marq o de otras museografías y a través de la experiencia que tenía Virginia como directora", apunta el arquitecto.

Ahora ese trabajo aspira a formar parte de una lista de premiados a Museo Europeo del Año en la que desde 1977 solo aparecen otros cuatro museos españoles junto a la última incorporación de L'Etno de Valencia.

El primero en formar parte de este club fue el Guggenheim de Bilbao en el año 2000. Luego entró Alicante en 2004 con el Marq, el Cosmocaixa de Barcelona en 2006 y el de la Medina Azahara de Córdoba en 2012. De esta forma, España se coloca como el segundo país que más centros tiene destacados, detrás de Reino Unido.